Pese a las estrictas sanciones que los Estados Unidos mantiene sobre Irán, sus exportaciones de petróleo aumentaron en los últimos meses gracias a mayores envíos a países como China, según datos de empresas que analizan los flujos internacionales de hidrocarburos, como Vortexa, Tanker Trackers y Kpler.
Las cifras que manejan esas empresas estiman que, en los últimos tres meses, las exportaciones de crudo y consensado iraní alcanzaron un promedio de 1 millón de barriles por día, lo que está igualmente por debajo de los más de 2,5 millones de barriles que Teherán exportaba a principios de 2018, antes de que el presidente Trump se retirara de las negociaciones nucleares con Irán e impusiera sanciones al país.
El aumento actual hay que contrastarlo con los escasos 500.000 barriles que se exportaban en 2020 y según analistas del mercado energético se debería a que Washington no está aplicando estrictamente las restricciones como una forma de mantener bajo el precio internacional del crudo.
Thomas O´Donnell, un especialista en energía citado por la agencia de noticias DW dijo que "los estadounidenses podrían estar haciendo la vista gorda porque están contentos de tener tantos barriles más en el mercado para ayudar a desplazar al petróleo ruso".
O'Donnell dijo que muchos envíos de petróleo iraní se dirigen a China a través de Malasia, donde se mezcla con otros crudos y se vuelve a etiquetar para ocultar su fuente original.
“Mucho del petróleo venezolano e iraní va a Malasia y no es para consumo interno. Va allí y se mezcla para ocultar su origen”, señaló.
"Está mucho más allá de lo que Malasia puede producir, por lo que probablemente sea petróleo iraní y algo de petróleo venezolano que ingresa, se mezcla y se vuelve a etiquetar. Y aparentemente, una buena cantidad se dirige a China", agregó.
Por su parte, Robert Malley, el enviado especial de la administración Biden para Irán, le dijo a Bloomberg la semana pasada que los Estados Unidos no estaba de acuerdo con aumentar las exportaciones de petróleo iraní y que harían todo lo que estuviera a su alcance para hacer cumplir las sanciones.
Malley enfatizó que Washington presionará a Beijing para que deje de comprar petróleo iraní, ya que "China es el principal destino de las exportaciones ilícitas de Irán".
La Administración de Información de Energía de los Estados Unidos (EIA) también notó esta situación y afirmó que, “de acuerdo con analistas de la industria, gran parte de los envíos de petróleo de Irán a China es etiquetado como proveniente de Malasia, Emiratos Árabes u Omán para evitar la detección de las autoridades aduaneras”.
Henry Rome, miembro del Instituto de Washington para la Política del Cercano Oriente, dijo que Washington necesitaría pensar de manera creativa y ajustar sus prioridades con países como China y los Emiratos Árabes Unidos si quiere ver menores exportaciones de petróleo iraní.
Esa opción tiene "un costo diplomático", señaló. Y agregó que aumentar la presión sobre Teherán "también podría provocar una respuesta asimétrica iraní, y también puede existir escepticismo en la administración Biden acerca de que esta presión adicional sea tan productiva".
"Finalmente, podría conducir a precios más altos del petróleo, aunque esto es menos preocupante hoy que durante el verano", dijo.
Irán posee algunos de los depósitos de petróleo y gas natural más grandes del mundo, pero la producción de petróleo crudo de la nación cayó desde 2017 debido a años de sanciones internacionales y a la falta de inversión.
La EIA estima que, si se levantaran las sanciones, la producción podría volver a su capacidad total, alrededor de 3,7 millones de barriles por día.
O’Donnell afirmó que "incluso si Irán obtiene un nuevo acuerdo en el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) sobre el tema nuclear, todavía tendrían problemas para aumentar la producción. Durante el último JCPOA, tuvieron problemas para firmar nuevos contratos con BP y otras empresas debido a la nacionalización de los recursos".
En la actualidad, el país está luchando contra una inflación desenfrenada, una moneda que pierde valor considerablemente y una presión cada vez mayor sobre los niveles de vida, que afecta particularmente a los pobres y las clases medias de la nación.
También se produjeron disturbios masivos contra el régimen por la muerte de una joven bajo custodia policial, luego de que fuera arrestada por una supuesta violación del estricto código de vestimenta para mujeres de la nación islámica.
La represión de los manifestantes, que produjo más de 500 muertos, provocó nuevas sanciones de los países occidentales.
En este contexto, el reciente aumento en exportaciones de crudo ofrece un respiro al gobierno de Irán y a su economía afectada por la crisis.
El gobierno dio a conocer recientemente un presupuesto para el año fiscal 2023 que es un 40% mayor que el presupuesto del año anterior, basándose en exportaciones proyectadas de 1,4 millones de barriles de crudo por día a un precio promedio de US$ 85, según informó la agencia estatal de noticias IRNA.
El especialista Rome dijo al respecto que tomar medidas enérgicas contra las exportaciones de petróleo y el acceso a los ingresos, es el paso más importante que los Estados Unidos puede tomar para aumentar la presión económica sobre Teherán, mucho "más significativo económicamente que las sanciones impuestas relacionadas con los derechos humanos, el terrorismo o las transferencias de drones".
(Con información de agencias)
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