Izuibejeres, el amuleto de los campeones

Tenía 25 años y 16 de actividad ininterrumpida en Trouville –empezó a jugar a los 9–, cuando festejó su primera Liga Uruguaya de Básquetbol. Allí descubrió algo más que la gloria: le regaló la primera Liga a su club, después de seis décadas, y encontró la puerta para desarrollar su carrera profesional tomando distancia del corazón. Cinco años después, acumuló otras dos Ligas para su historial, una con Malvín y otra con Hebraica Macabi.

“Todos los campeonatos que gané los disfruté plenamente, pero el que conseguí con Trouville, el club en el que nací, del que soy hincha, en el que mi padre era presidente y era la primera Liga que ganaba, tuvo algo muy especial”, confiesa Izuibejeres a El Observador.

Cuando habla de Trouville la voz parece tener un tono particular. Pero los hechos confirman su profesionalismo en la cancha: “De Malvín me llevé los mejores recuerdos y de esa temporada que salimos campeones destaqué la forma en la que lo conseguimos, porque costó mucho pero lo disfrutamos a pleno. Y Hebraica Macabi fue un club que me trató de maravilla, se formó un gran grupo humano y conseguimos lo que queríamos. Le dimos un valor especial a lo que logramos porque fue después de una temporada muy larga”.

El jugador, que tiene un año más de contrato con Hebraica Macabi, destacó que es un hecho anecdótico haber logrado el título con tres equipos diferentes (Trouville 2005-2006, Malvín 2010-2011 y Macabi 2011-2012) y ser el único desde que se juega la Liga Uruguaya que lo consiguió.

“Cuando dejé Trouville, me marcó. Porque me fui de mi casa, del club en el que jugué entre los 9 y 25 años, donde tengo muchos amigos y del que soy socio. Fue una decisión muy difícil, pero la posibilidad de Malvín la tomé para estar en un club que peleaba por el torneo. Podré ser de Trouville, pero en esto soy profesional y en la cancha del cuadro que defiendo, y ahora me debo a Hebraica Macabi”, explica, aunque sobran las palabras después de lo que hace en la cancha.