Celeste Saulo y el saliente titular de la OMM, Petteri Taalas, durante el Congreso Meteorológico Mundial

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La argentina Celeste Saulo será la primera mujer en dirigir la Organización Meteorológica Mundial

Sucederá al frente del cada vez más influyente organismo de Naciones Unidas al finlandés Petteri Taalas. La “prioridad absoluta” está puesta en la criosfera, según lo estableció Congreso Meteorológico Mundial celebrado en Suiza
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02 de junio de 2023 a las 05:01

La científica, docente e investigadora argentina Celeste Saulo será la primera mujer en dirigir la Organización Meteorológica Mundial (OMM), tras ser elegida en primera vuelta en la ciudad suiza de Ginebra para reemplazar desde el primero de enero próximo al finlandés Petteri Taalas, según indicó la organización dependiente de Naciones Unidas (ONU).

“En estos tiempos en los que las desigualdades y el cambio climático son las mayores amenazas mundiales, la OMM debe contribuir a reforzar los servicios meteorológicos e hidrológicos para proteger a las poblaciones y sus economías, proporcionando servicios rápidos y eficaces, y sistemas de alerta temprana”, declaró Saulo tras su elección.

La latinoamericana, que dirige la agencia meteorológica argentina desde 2014, fue elegida por 108 votos frente a los 37 que recibió la candidatura del chino Zhang Wenjian, actual número tres de la organización, resultado que según las fuentes diplomáticas de Ginebra fue acogido con vigorosos aplausos.

Los otros dos candidatos para dirigir la OMM, que tiene un rol clave en la vigilancia y anticipación del cambio climático, eran la ruso-suiza Elena Elena Manaenkova, actual número dos de la organización, y el vicepresidente segundo, Albert Martis, jefe del servicio meteorológico de Curazao.

Historia

La OMM está integrada por 193 países y territorios. Su predecesora fue la Organización Meteorológica Internacional (OMI), cuyos orígenes se remontan a 1873, año en que se celebró en la ciudad austríaca de Viena el Congreso Meteorológico Internacional.

La OMM quedó establecida el 23 de marzo de 1950 en virtud de la ratificación del Convenio de la OMM, y un año después pasó a ser el organismo especializado de la ONU para la meteorología, la hidrología operativa y las ciencias geofísicas conexas.

Su Secretaría, con sede en Ginebra, está dirigida por un Secretario General, función que desempeñará Sauco, y tiene como órgano superior el Congreso Meteorológico Mundial, un foro cuya importancia e influencia no dejaron de crecer al compás del cambio climático y sus consecuencias.

En los últimos años, la OMM puso el acento en la articulación a nivel mundial de nuevos sistemas de vigilancia y alerta temprana destinados a salvar vidas ante los trastornos climáticos, pero también a comprender mejor y anticiparse a los profundos cambios que está provocando el calentamiento global, prioridades adoptadas durante la gestión de Taalas, quien no podía volver a presentarse al cargo luego de cumplir dos mandatos al frente del organismo.

Saulo era ya la primera mujer en ocupar el cargo de vicepresidenta primera de la OMM desde 2019. En su candidatura, la argentina se describe como una “apasionada por la meteorología y la resolución de los desafíos globales asociados al cambio climático, los riesgos naturales y la creciente vulnerabilidad de los pueblos”.

Doctorada en Ciencias Meteorológicas en 1996 en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Saulo se especializó en la predicción numérica del tiempo, las interacciones entre tierra y atmósfera, y el estudio de sistemas de precipitación intensa en la zona meridional de América del Sur, según la biografía publicada en el sitio web de la OMM.

En los últimos años se centró en problemas interdisciplinarios, incluyendo la producción de energía eólica, los servicios climáticos para aplicaciones agrícolas y los sistemas de alerta temprana.

La crioesfera

La elección de Saulo es el punto culminante del Congreso Meteorológico Mundial que se celebra cada cuatro años. “La prioridad de este Congreso es intensificar la respuesta de la OMM al calentamiento global e intensificar la ayuda a los países a adaptarse al cambio climático”, declaró la portavoz, Clare Nullis. “No podemos evitar que las condiciones meteorológicas sean más extremas, pero podemos salvar vidas”, agregó.

Uno de los objetivos de la OMM es facilitar el intercambio libre y sin restricciones de datos, información, productos y servicios, en tiempo real o casi real, sobre cuestiones relacionadas con la seguridad y la protección de la sociedad, el bienestar económico y la protección del medio ambiente; como así también contribuir a la formulación de políticas en esas esferas a escala nacional e internacional.

Además, a través de sus programas de asesoramiento, la OMM ejerce una función destacada en colaboración con otros organismos de la ONU y los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales en la aplicación de varios convenios relativos al medioambiente enfocados en el desarrollo sustentable.

Desde hace aproximadamente una década, la OMM incorporó entre sus principales tareas de monitoreo la elevación del nivel de los mares, la evolución de las temperaturas globales, el deshielo de los glaciares y otros indicadores que dan cuenta de la degradación del clima. Taalas logró convencer especialmente a los delegados de la necesidad de crear una verdadera red mundial de alerta temprana de fenómenos extremos, sobre todo en los países en desarrollo.

El congreso, que se inauguró el 22 de mayo y finaliza este jueves, decidió dar prioridad absoluta a la criosfera, dado el creciente impacto del deshielo del hielo marino, los glaciares y el permafrost. También lanzó un nuevo proyecto de seguimiento de los gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global pero aún mal cuantificados a escala mundial por falta de una red suficientemente permanente y densa.

En la actualidad, la OMM coordina a nivel mundial los datos recogidos por más de 10.000 estaciones meteorológicas de superficie (automáticas o dotadas de personal), 1.000 estaciones en altitud, 7.000 buques, 100 boyas fondeadas y 1.000 boyas a la deriva, además de cientos de radares meteorológicos y 3.000 aeronaves comerciales especialmente equipadas que miden a diario parámetros clave de la atmósfera, la tierra y la superficie del océano.

La red se completa con unos 30 satélites meteorológicos y 200 satélites de investigación, lo que permite tener una idea del volumen de las observaciones geofísicas, en particular meteorológicas e hidrológicas, que recopila y controla la OMM en base a las normas técnicas definidas por el Programa de Instrumentos y Métodos de Observación (PIMO), información que, posteriormente, se pone gratuitamente a disposición de todos los países a través del Sistema de información de la OMM (SIO).

La OMM facilita el establecimiento, el mantenimiento y la continua expansión de esa red mundial, cuyas actividades se coordinan en el marco del Sistema Mundial de Observación (SMO) que depende del sistema de Vigilancia Meteorológica Mundial (VMM). Por su parte, el Sistema Mundial de Observación del Clima (SMOC) y el Sistema Mundial de Observación de los Océanos (SMOO), que copatrocina la OMM, contribuyen a mejorar la recopilación de los datos para elaborar las predicciones y detectar las variaciones climáticas.

La prioridad puesta en la criosfera, término que describe las partes de la superficie de la Tierra donde el agua se encuentra en estado sólido, comenzó cuando la OMM declaró el Año Internacional Polar el bienio 2007-2008, lo que condujo a la creación del sistema de Vigilancia de la Criosfera Global (VCG), cuyo objetivo es establecer un sistema global, coordinado, rentable y sustentable de observaciones e información sobre la criosfera a escala nacional, regional y mundial.

Desde entonces, las capacidades de predicción medioambiental en las regiones polares se intensificaron mediante actividades intensivas de observación y modelización. “A medida que vaya aumentando la presencia humana en las regiones polares se necesitarán más servicios de información oceánica y servicios conexos para establecer medidas de protección de la vida humana y de los bienes en el mar y en las costas”, advirtió la OMM en uno de sus últimos informes.

El mismo informe pone como ejemplo lo que sucede en la alta criosfera asiática en la meseta tibetana, que proporciona agua a ocho grandes ríos que allí se originan y de los que depende el suministro de agua del 45% de la población mundial. Actualmente, los glaciólogos están preocupados por la reducción de los glaciares. “En la zona de Karakorum Range, en Pakistán, se comprobó que seis glaciares se estaban derritiendo a un ritmo creciente”, precisa el documento.

Saulo, como nueva secretaria general del organismo, será la encargada de aplicar todas estas iniciativas, una vez que asuma su cargo el próximo año.

(Con información de la agencia de noticias AFP y la OMM)

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