Mundo > Diez días de paro

La basura y los malos olores no hacen huelga en París

La protesta contra la reforma de las pensiones llegó a los recolectores de desperdicios y a los trabajadores de las incineradoras
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03 de febrero de 2020 a las 15:35

Basureros desbordados, malos olores y proliferación de roedores. Toneladas de basura se acumulaban este lunes en las calles de París debido a una huelga de recolectores de basura y trabajadores de incineradoras contra la reforma de pensiones del gobierno francés.

Los recolectores de basura y los trabajadores encargados del tratamiento de residuos están en huelga desde hace diez días y seis de los siete hornos de la región parisina donde diariamente se queman toneladas de la basura están bloqueados.

Y nada indica que la situación vaya a mejorar pronto ya que los huelguistas votaron seguir la protesta al menos hasta el 7 de febrero, según Julien Lambert, del sindicato CGT, el más movilizado contra la controvertida reforma del sistema de pensiones francés.

Bolsas de basura, cartones y residuos alimentarios invadían el lunes las calles de varios barrios de París, que se han transformado en verdaderas pistas de obstáculos.

"Francamente es un asco... ¡Horrible! ¡Horrible!, dice a la AFP Joël Bonnet, un jubilado, frente a una montaña de basura que se ha alzado en una esquina del prestigioso distrito VI de París.

"¡Es huelga tras huelga tras huelga... ¡Es insoportable! Y lo preocupante es ver a las ratas viniendo para el open bar en las calles", se queja Catherine Lemoine, una mujer de unos 40 años.

Los comerciantes se quejan también de la situación que se vuelve cada día más difícil de manejar.

"Conservamos una parte de nuestra basura en el sótano porque ya no hay dónde ponerla. Si la huelga sigue, va a ser complicado", comenta León Castro, empleado en un restaurante parisino.

"¡Sin contar con los malos olores!", añade Laurent Zhang, también empleado en un restaurante en el centro de la capital francesa, que ya no sabe qué hacer con todas las bolsas de basura que se acumulan frente a su puerta ni con las ratas y ratones atraídos por los residuos. 

En la ciudad portuaria de Marsella (sureste), donde empleados en huelga bloquean desde hace diez días los centros de clasificación de residuos, se han amontonado en las calles unas 3.000 toneladas de residuos, según las autoridades locales. 

La ciudad ha impuesto un nivel mínimo de servicio a los sindicatos y ha colocado vertederos de basura en la calle para tratar de evitar que los residentes arrojen su basura a la calle.

Los recolectores de basura se han alzado en armas ante la intención del gobierno de fusionar los 42 planes de pensiones diferentes y que permiten a algunas categorías de trabajadores, incluyendo los funcionarios, jubilarse anticipadamente.

Los conductores de trenes suspendieron su huelga el mes pasado después de 47 días consecutivos de huelga en el metro de París y en los trenes interurbanos que causaron dolores de cabeza a millones de personas.

Fuente. AFP

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