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La caída de la producción de opio en Afganistán alienta sustitutos más baratos y peligrosos
entre 2021 y el año pasado, según un reporte de la Naciones Unidas (ONU) en el que se advierte que la prohibición del cultivo por parte los talibanes desde que retomaron el poder provoca graves consecuencias económicas para los campesinos y podría disparar todavía más la proliferación de sustitutos más baratos y peligrosos de la heroína, como el fentanilo.
Tras la prohibición impuesta en 2021, la producción de opio se desplomó un 95 %, indica el informe "Estudio sobre el opio en Afganistán" del organismo, en el que se detalla que la superficie cultivada con la adormidera pasó de las 233.000 hectáreas a unos 10.800 actuales en el bienio bajo estudio.
El informe señala que la disminución sostenida de la producción en Afganistán puede desplazar e intensificar el cultivo en otros países, como ya se verifica en México y Colombia, o en Vietnam, Tailandia, Laos, Myanmar y Pakistán; además de alentar la producción y el tráfico internacional de fentanilo, uno de los principales responsables de la oleada de cientos de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos en los últimos años.
La prohibición impuesta por los talibanes determinó que la mayoría de los agricultores afganos abandonaran el cultivo de la amapola y, con ello, vieran reducidos sus ingresos, que pasaron de unos US$ 1.360 millones a aproximadamente US$ 110 millones entre 2022 y 2021, un 92 % menos, según el estudio.
Los expertos de la ONU detallan que los agricultores reemplazan sus campos de opio por cereales, sobre todo trigo, que ofrece ingresos muy inferiores. Mientras que por cada hectárea de trigo obtienen US$ 770 anuales, con el opio logran unos US$ 10.000.
El informe agrega que desde la toma del poder de los talibanes en agosto de 2021, la pobreza se profundizó y afecta a 34 millones de personas, y aunque no existe un censo actualizado se estima que en el país viven unos 40 millones de personas, por lo que el 85 % de la población viviría en la pobreza.
Además, la caída de los ingresos de los agricultores afganos se produce en un contexto ya muy difícil, caracterizado por una aguda crisis económica producto de las sanciones que rigen contra el país, una persistente sequía y la destrucción causada por los recientes terremotos, por lo que el estudio de la ONU demanda que se ofrezca al país una urgencia ayuda humanitaria.
(Con información de agencias)
