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9 de febrero 2013 - 20:53hs

El tema de la habilitación o inhabilitación del Ministro Jorge Venegas para ejercer el cargo de senador (fue elegido como suplente del senador Lorier) y, por tanto, de ministro, que lleva los mismos requisitos en cuanto al ejercicio de la ciudadanía, se ha convertido en un auténtico sainete de declaraciones y confusiones que, vía indirecta, nos permiten saber lo que piensan del estado de derecho importantes actores políticos.

Raro es que el tema demore tantos días en dirimirse cuando la situación es muy clara. Se trata de una cuestión de hecho: la Corte Electoral debe mirar si los documentos del ministro Venegas sobre su ciudadanía cumplen o no lo que exige la Constitución de la República al respecto. Si los cumple, está habilitado. Si no los cumple, debe ser inhabilitado.

Confusas son las declaraciones del presidente Mujica en cuanto a que hay “dos o tres bibliotecas” al respecto, como quitando importancia al tema y dando a entender que en los asuntos jurídicos y constitucionales todo es relativo, y como caben muchas interpretaciones no cabe hacerse mala sangre por ese tema.

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En dirección similar habló el propio ministro cuando dio como prueba de su orientalidad el hecho de que grita los goles de Luis Suarez. Pero el tema no es la orientalidad del ministro ni sus aficiones futbolísticas sino el hecho concreto de si cumple o no cumple los 7 años que deben pasar desde que obtiene la ciudadanía legal para ejercer el cargo de senador y ministro. Dado que Venegas obtuvo la ciudadanía legal en 2007, no podría ejercer ninguno de dichos cargos hasta el 2014. Es una cuestión muy simple: o cumple o no cumple. No hacen falta bibliotecas ni pasiones futbolísticas para determinarlo. Y eso es lo debe determinar la Corte Electoral y para lo cual se ha tomado demasiado tiempo.

Pero ese tiempo excesivo, con todo, ha sido sumamente útil, porque nos ha permitido conocer la opinión del PIT-CNT sobre el particular. En efecto, la central obrera ofreció su respaldo al Ministro cuando este la visitó la semana que termina. Pero ¿respaldo a qué? ¿A qué está habilitado legalmente para ejercer el cargo diga lo que diga la Constitución y determine la Corte? ¿Un respaldo a su gestión al frente del MSP? ¿A la reforma de salud que se inició en el gobierno del Dr. Vázquez? No está claro, por cierto. Pero afortunadamente el dirigente sindical Jorge Bermúdez hizo declaraciones que parecen echar luz sobre el manido respaldo al afirmar que si Mujica releva al ministro será “un triunfo de la derecha”. O sea, no importa lo que diga la Constitución o lo de que determine la Corte Electoral: si Venegas se tiene que ir, habrá triunfado “la derecha”.

Curiosa interpretación esta según la cual si aplica la Constitución es un triunfo de la derecha. Y tesis tan sorprendente como peligrosa, porque cumplir la Constitución no es de derecha ni de izquierda ni de centro. Es, simplemente, cumplir lo que dice la norma máxima que nos dimos los uruguayos para organizar nuestra vida en sociedad. Si cumplir esa norma, es considerado triunfo político de alguien, ya sea de la derecha o de la izquierda, es que no entendemos nada de lo que significa un régimen democrático y republicano construido sobre la separación de poderes, el respeto del estado de derecho y la defensa de las garantías y libertades individuales. Es pensar que lo político está por encima de lo jurídico y que, por tanto, lo jurídico no tiene demasiada importancia y puede manejarse a gusto de quien ejerza el poder en cada momento.

Si esta concepción fuera predominante o se abriera camino en nuestro país, en la izquierda o en la derecha, estaríamos yendo al precipicio institucional donde lo único que importa es la voluntad del que manda, sin los límites y contrapesos establecidos en la Constitución. Estaríamos yendo a un régimen autocrático. Es lo que está ocurriendo, en mayor o menor medida, en Venezuela, en Argentina, en Bolivia y en Ecuador. Los gobernantes son elegidos democráticamente pero ejercen el poder en forma autoritaria, con desprecio a las formas constitucionales, buscando reelecciones indefinidas y soslayando el respeto a la división de poderes. Ya tuvimos nefasta experiencia de ello hace 40 años. No la repitamos.

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