Un grupo de acreedores se siente perjudicado por la venta de La Constancia.

Economía y Empresas > PROVEEDORES DENUNCIAN MANIOBRA

La denuncia de "engaño" y "manipulación" que generó la venta de La Constancia por el cobro de sus deudas

El grupo estaba conformado por dos sociedades pero debido a que en Uruguay no se acepta el concurso de grupo económico, los acreedores del frigorífico no pueden cobrar sus créditos
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05 de octubre de 2022 a las 05:00

A principios de setiembre, el gigante español Valls Companys y el empresario uruguayo Germán Urgal adquirieron los activos de La Constancia, la granja y empresa de chacinados ubicada en San José. Los nuevos propietarios pretenden construir cuatro y seis naves de terminación y un frigorífico destinado a la producción para exportación con una inversión prevista cercana a los US$ 50 millones. 

Sin embargo, un grupo de cinco de acreedores del grupo La Constancia se sienten perjudicados por el manejo que se hizo con la venta porque pueden recuperar una parte ínfima de sus pasivos y acusan a los accionistas y directores de realizar una "maniobra ilícita" con el manejo de las dos sociedades (la granja y el frigorífico), y que fueron "engañados en su buena fe". 

Dos sociedades 

La Constancia estaba conformada por dos razones sociales distintas para su operación. Una Madibel SA (granja) y otra Mirnabel SA (frigorífico). Ambas estaban en concurso de acreedores. El grupo español y Urgal compraron los activos dentro del proceso concursal.

La granja (Madibel) se constituyó en 2005 y tiene un inmuebles en el km 50 de la ruta 1 en la localidad de Libertad, San José. Allí se lleva adelante la cría y engorde de cerdos y la actividad agrícola de cultivos de granos para consumo animal. 

En tanto, el frigorífico de cerdos y la planta de elaboración de chacinados (Marinbel) se constituyó en 2007, y tiene como actividad principal la faena de cerdos que provienen de la granja. La Constancia emplea a 150 empleos directos y otros 60 indirectos de empresas tercerizadas. 

El 15 de febrero de este año, se declaró el concurso necesario de ambas sociedades (Madibel y Marinbel) y se designó como síndico a la Asociación Uruguaya de Peritos (AUPE).

El 1° de junio se decretó la liquidación de la más activa de Madibel (granja). En tanto, el 22 de junio, la sindicatura adjuntó una oferta de la familia Urgal y Grupo Valls Companys para la adquisición total de los activos de Madibel y Miranbel. El 8 de julio se llevó una subasta privada donde el mejor postor fue la oferta de Germán Urgal por US$ 3,55 millones por los activos de ambas sociedades. 

De acuerdo a un escrito elevado ante el juez letrado de Concurso de 2° Turno el pasado 30 de setiembre — a la que tuvo acceso El Observador, se pactó que el producido de la venta de los activos sería distribuido entre los concursos de Miranbel (9,52%) y Madibel (90,48%), a prorrata del valor de tasación informado en cada procedimiento, respetándose como mínimo que el importe a asignar a Miranbel (frigorífico) fuera de US$ 850 mil y para el caso de Madibel (granja) US$ 1 millón. 

El 27 de junio, la sindicatura presentó una rendición de cuentas donde informó que en su poder tenía la suma de US$ 2,7 millones por la subasta de los activos en concurso.

El régimen concursal de Uruguay no admite el concurso de grupo económico, sino que cada empresa debe concursar en forma separada. Por ello, es que los acreedores del frigorífico no pueden cobrar sus créditos, mientras que la sociedad de la granja (Madibel) se queda con unos US$ 1,8 millones para repartir como dividendo a los accionistas y directores que la llevaron al concurso. 

La granja recibía los productos que los acreedores le suministraban pero el frigorífico era quien asumía el pago. Entonces, una empresa recibía gratis materia prima y la otra asumía pasivos sin recibir productos.

Esto derivó en que se iniciara un reclamo por ocultación de activos, de pasivos, alteración de estados contables, fraude concursal contra accionistas y directores que vendieron. 

"Tomando en consideración estos antecedentes y la forma en la que se pretende repartir el producido de la venta del activo de ambas sociedades, lo que ocurrirá será que se confeccione un proyecto de distribución, en el cual la menor cantidad de dinero se distribuirá en Miranbel (frigorífico), sociedad que tiene la mayor cantidad de pasivo (por maniobras ilícitas llevadas a cabo por ambas sociedades, tal y y como desarrollaremos en este escrito), lo que implica que la masa de acreedores cobrara un porcentaje ínfimo de sus créditos", advierte el documento elevado por el grupo de acreedores proveedores.

Además, agrega que "la mayor cantidad de dinero se destinará a Madibel (granja), que es donde se concentra el menor porcentaje del pasivo, todo lo cual redunda en que serían los propios accionistas de Madibel y Mirnabel quienes saquen la tajada de lo producido por la venta de las sociedades, sin antes haber pago la totalidad del pasivo de las mismas, todo lo cual se revela inadmisible y deberá por tanto, ser impedido por esta sede". 

Las cinco empresas le vendían alimentos e insumos a la concursada (Madibel) para la alimentación y cuidado del criadero de cerdos en la granja. No obstante, pese a que estas empresas le vendían únicamente a la granja, recibían facturas de Miranbel (frigorífico). "Ello era práctica habitual y no generaba ninguna sospecha a los acreedores puesto que para todos, ambas sociedades (Miranbel y Madibel) conformaban en su conjunto la conocida empresa denominada La Constancia", explica el documento. 

"Hasta allí, la historia resulta ser anecdótica, si no fuera porque dicha práctica terminó ocasionando graves perjuicios a todos los proveedores que la vendían a la granja", advierte el escrito. Esto porque desde el punto de vista documental, para el concurso, los proveedores de la granja figuraban como acreedores del frigorífico. 

Según argumentan los proveedores de la granja, existe un "interés legítimo" en que el concurso de Madibel se declare culpable, "a efectos de que directores y accionistas sean condenados a cubrir el déficit concursal con su propio patrimonio".  Agrega que ello se vuelve necesario porque los directores y accionistas "actuaron con total intencionalidad de perjudicar a los acreedores manipulando el pasivo de las sociedad (La Constancia)".

Miranbel tiene más de 40 acreedores mientras que Madibel solo tiene pasivos verificados con el BPS, el Scotiabank y Bandes Uruguay. 

El documento judicial advierte que de no declararse el concurso culpable se corre el riesgo de configurarse un "fraude concursal", ya que se estaría perjudicando a los acreedores en beneficio del deudor, "como resultado de un accionar deliberado de este último". 

 

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