Según señala Naciones Unidas (ONU), la arena, utilizada como material de construcción, es el segundo recurso natural más explotado del mundo después del agua, en volúmenes al límite de lo sostenible. Y, como tal, el organismo advierte sobre el problema que eso causa.
El delta del Mekong, en el sur de Vietnam, es una estratégica región para el cultivo del arroz y la biodiversidad, pero su futuro está en serio peligro dado el creciente agotamiento de sus reservas de arena, algo que el Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund, WWF) destaca en límites dramáticos de aquí a 2035.
En su último informe, los investigadores de WWF señalan que las presas hidroeléctricas que retienen los aluviones y la extracción de arena destinada a las obras, que son cada vez más numerosas en el actual Vietnam en desarrollo, frenan la renovación natural de las reservas. Para colmo, el secado de la arena provoca la aceleración de la erosión de las orillas, en una región que ya es vulnerada de manera permanente por el aumento del nivel del mar provocado por el calentamiento global.
Hasta aquí, los datos, pero los datos se transforman en realidades tremendas y los habitantes del delta del Mekong son quienes sufren las consecuencias sociales y económicas de la erosión a diario y los que viven cotidianamente la amenaza de pertenecer a las decenas de miles de desplazados.
Perderlo todo
Thi Hong Mai vivía en las afueras de Can Tho (sur), a orillas de un río en el delta del Mekong. Hoy, lejos de su hogar, cuenta a la agencia de noticias AFP: “Una mañana de verano, oí una explosión, salí corriendo y todo había desaparecido: mi casa, el restaurante que tenía al lado y con el que me mantenía, perdí todo”. Esta mujer de 46 años es una de las decenas de miles de vietnamitas que destrozó la rápida erosión de la orilla por el agotamiento de las reservas de arena.
No lejos de la casa y el restaurante de Mai que ya no están, Diep Thi Lua se despertó en medio de la noche y vio por la ventana de su casa en la provincia de Hau Giang que a su jardín lo había devorado el agua. “La tierra temblaba. Estábamos muy asustados”, cuenta la mujer de 49 años.
El gobierno vietnamita tiene informes que detallan que entre 2016 y agosto de 2023 desaparecieron al menos 750 kilómetros de orillas y cerca de 2.000 casas debido a la erosión.
Y a pesar de que el régimen comunista que gobierna el país registra una de las tasas de crecimiento más elevadas de la región, el fenómeno erosivo pone en peligro las ambiciones económicas en el corto plazo.
Construir/destruir
El Ministerio de Transporte vietnamita anunció que la región del delta necesita 54 millones de metros cúbicos de arena para construir seis autopistas antes de 2025. Es por eso que cerca de la desembocadura del río más largo de Asia sudoriental las barcazas circulan día y noche para extraer arena del lecho. Pero el río puede suministrar poco menos de la mitad de esa arena, y como la debilidad de las reservas retrasa las importantes obras, las autoridades de la región debaten alternativas: sacar la arena de la playa o importarla desde Camboya. Choca con esta última opción la prohibición de importar arena en todas sus formas que decretó el gobierno vietnamita en 2017.
Y como señala un especialista de la región, Nguyen Huu Thien, “la demanda interna es tal que supera las capacidades naturales de renovación del Mekong”.
La ruta entre Can Tho y Ca Mau, en el extremo sur de Vietnam, es de tierra y de tránsito dificultoso. Está programado pavimentarla y acelerar las economías de las dos regiones, pero no hay arena disponible para producir el revestimiento. O como señala uno de los trabajadores que, ante AFP, prefirió mantener el anonimato: “No tuvimos arena suficiente desde el principio del año, así que tampoco podemos hace demasiado”.
Algo que confirma Thien mientras señala las grúas: “Estos son los últimos granos de arena que dragamos”.
Rehacer los mapas
A pesar de que, como señalan los medios de comunicación vietnamitas, desde 2016, el gobierno gastó más de US$ 480 millones en 190 proyectos destinados a contener los efectos de la erosión, la mayoría de ellos fracasó.
Thien dice que “varias de las estructuras terminaron hundidas en el río, con lo que puede calcularse que la mitad del delta habrá desaparecido de aquí a finales de siglo”. Y agrega, triste, “después, desaparecerá todo el delta y tendremos que ponernos a reescribir los libros de geografía”.
La agencia gubernamental encargada de la prevención y gestión de los desastres naturales informa que, en la actualidad, cerca de 20.000 hogares necesitan ser desplazados por los riesgos asociados a la erosión. Y la WWF confirma estos datos: “más de 500.000 personas podrían perder sus casas”.
En la provincia de Hau Giang también lo saben. “El programa de reubicación requiere de mucho dinero y nuestro gobierno nunca lo tendrá”, dice un funcionario de la provincia que no quiso aportar su nombre. “Sabemos que las personas pueden perder la vida en estas zonas. Pero no tenemos solución”, agrega.
Mientras tanto, las barcazas siguen yendo y viviendo con sus cargas cada vez más escasas de arena.
(Con información de AFP)
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