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La historia del español que tiene 15 años y ya abrió tres empresas

Sergio Conejo tiene tres proyectos empresariales ligados al mundo de la informática y los videojuegos
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06 de febrero de 2019 a las 11:01

Cuando era pequeño, el español Sergio Conejo recibió un regalo de su abuela: una consola de videojuegos Sony PSP. Cualquier otro niño se habría limitado a jugar con ella. Pero Sergio no era un niño convencional. "Me di cuenta de que quería montar mi propio estudio de videojuegos, así que me puse a investigar cómo se hacía", explica.

Pidió ayuda a su padre, un empresario propietario de varias tiendas de ropa, pero ni él ni su madre (que es contadora) tenían conocimientos de informática. Así que el joven Sergio aprendió a programar por su cuenta viendo tutoriales de internet, con nueve años.

Comenzó creando juegos sencillos, estilo Arcade. Dos años más tarde ya estaba desarrollando juegos para móviles. A partir de entonces dio el salto a juegos más complejos. Para ello, tuvo que recurrir a la ayuda de colaboradores, a los que reclutó poniendo anuncios en diversos foros de desarrolladores en internet. "Al principio no les decía mi edad, para que no se echaran para atrás", recuerda.

Hoy tiene 15 años y cuenta con más de 20 colaboradores, la mayoría entre los 20 y 30 años. Entre todos han desarrollado diversos juegos bajo el paraguas de uno de los proyectos empresariales de Sergio: Deox Games. Estos juegos (DotBall, FitTheShape y Wavid) se encuentran de forma gratuita en plataformas como Google Play. "Al principio lo hacíamos como hobby y para ganar experiencia. Pero ahora ya estamos preparados para desarrollar juegos de pago".

Sin embargo, la edad es un handicap más importante de lo que parece a la hora de emprender un negocio. La ley española no le permite trabajar ni emanciparse hasta que no cumpla los 16. Sergio está contando los días que le faltan para su próximo cumpleaños. Entre tanto tiene todo bien atado con sus colaboradores. "Si el proyecto sale, los beneficios se repartirán entre todos. Los porcentajes ya están negociados y dependerán de la parte que ha hecho cada uno", explica. La idea es vender su primer juego de pago a Steam, una plataforma de videos online.

No obstante, Conejo es consciente de que un buen producto no lo es todo si se quiere triunfar. "Necesito gente que me ayude con la campaña de marketing. Es imprescindible darse a conocer". 

El de los videojuegos es solo uno de los tres proyectos empresariales que Sergio tiene en marcha. Otro de sus negocios, y el más lucrativo hasta el momento, está ligado al desarrollo de páginas web y diseño gráfico. Al ser menor de 16, se ve obligado a facturar a través de su padre. Los ingresos le han permitido sufragar los gastos de sus otros proyectos. "Nunca le he pedido dinero a nadie. Todo lo que he invertido ha salido de mi propio trabajo", afirma.

Su tercer proyecto es una app, FisoTer, que pone en contacto a fisioterapeutas con clientes. "Alguien me comentó un día que estaba buscando un fisioterapeuta y que no era fácil. Vi que no había ninguna aplicación de esas características, así que le propuse el proyecto a un programador y un diseñador y creamos esta app", comenta.

Empresario y estudiante

Entre proyecto y proyecto, Sergio sigue cursando sus estudios de bachillerato. "Mi objetivo es hacerme ingeniero informático, aunque también hacer algún curso de empresas". Allí los profesores intentan ponerle las cosas fáciles. "El profesor de matemáticas me ayuda con las materias que pueden estar más relacionadas con mi campo, como la estadística o el manejo de Excel", explica.

Su familia es un importante apoyo para él. No obstante, su padre aclara que Sergio es completamente independiente, así que le deja volar a su aire. 

El objetivo de Sergio es emular a su ídolo, Bill Gates, que fundó Microsoft con apenas 20 años. Mientras tanto, anda a la búsqueda de inversores que le ayuden a materializar sus proyectos. Es consciente de que su edad puede cerrarle puertas, pero se lo toma con filosofía. "Ya he tenido reuniones con programadores y empresarios y me ha ido bien. De todos modos, si a alguien le importa mi edad no hay mucho que yo pueda hacer, no puedo crecer más rápido", comenta.

Millonarios antes de terminar el secundario

Ser adolescente no es obstáculo para lanzar un negocio de éxito. Un ejemplo es Nick D'Aloisio. Este programador británico es el creador de Summly, una aplicación que selecciona y resume las noticias más importantes que circulan por la red. Con 15 años cerró su primera ronda de financiación y a los 17 vendió el proyecto a Yahoo por US$ 30 millones. Tras la venta, D'Aloisio se quedó trabajando para la multinacional estadounidense, mientras terminaba sus estudios de secundaria en un instituto de Wimbledon.

Otro joven emprendedor que logró llegar a la cima es Fraser Doherty. El escocés se convirtió en empresario con 14 años, cuando comenzó a vender SuperJam, una mermelada artesana basada en una receta de su abuela y elaborada con fruta 100% natural.

Doherty diseñó él mismo la etiqueta del producto desde la computadora de su casa. Vendía los tarros puerta por puerta en las tiendas locales y los mercados de granjeros. Con 18 años, logró colocar sus productos en la cadena Waitrose y hoy se venden en más de 2.000 supermercados.

Fuente: Expansión - RIPE

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