Fútbol > DE AQUELLAS CRUZADAS

La historia del uruguayo que se reencontró con Gallardo después de 22 años

Conoció al actual técnico de River argentino en una cruzada rioplatense de baby fútbol cuando tenían 12 años y se volvieron a encontrar en 2010, cuando Gallardo llegó a Nacional
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21 de mayo de 2020 a las 16:07

Una fotografía de hace más de 30 años despertó una historia fantástica que tiene como protagonistas a Marcelo Gallardo, uno de los entrenadores de fútbol más exitosos de los últimos tiempos, y a Fabián Laureiro, periodista uruguayo que actualmente conduce el programa Runfit en VTV.

La foto, tomada en 1988, fue publicada por el periodista argentino Diego Borinsky en sus redes sociales. Dos niños de 12 años, vestidos de futbolistas: uno es Marcelo Gallardo con la indumentaria del club Nahuel de Buenos Aires y el otro Laureiro con la del Rayo Rojo de Montevideo. Detrás, una dedicatoria: "Querido Marcelo. Esta foto es para que siempre recuerdes tus días en Montevideo junto a mi familia", firmada por Fabián W. Laureiro.

Borinsky se comunicó con Laureiro, quien recordó aquellos tiempos en los que se hacían las cruzadas rioplatenses de baby fútbol, un intercambio entre equipos de Argentina y Uruguay, viviendo cada chico una semana en la casa de un compañero, de ida y vuelta. En esa ocasión, primero fue Gallardo quien se quedó en la casa de Laureiro en Montevideo y después el argentino recibió al uruguayo. La nota fue publicada en la web cadena3.com.

"Marcelo y yo teníamos 12 años en la cruzada. Marcelo vino en enero a casa y yo fui en febrero para allá. Era una semana muy intensa que incluía dos partidos en cada país pero en el medio nos organizábamos para mostrarle cosas al visitante”, recordó el perdiodista.

“Esto ocurrió hace más de 30 años, pero hay cosas que me quedaron grabadas para siempre. Tengo una hermana tres años menor con la que compartía el cuarto, así que hubo que acondicionar la casa para recibir a Marcelo, a mi hermana debimos mudarla. Con Marcelo pegamos tremenda onda desde el inicio, el loco era un pibe super educado, mesurado, como se lo ve ahora. Nos quedábamos charlando en mi cuarto hasta dormirnos, y una noche, una de las últimas, cuando se sentía con confianza, me dijo: ‘Che, Fabián, mirá que cuando vayas para allá yo no te voy a poder recibir’. Me lo dijo clarísimo. ‘No te voy a poder recibir porque no tengo cómo’. Pah, me mató. ‘Pero si yo no voy allá a estar contigo, ¿a qué voy?’, le dije”.

A la semana, Rayo Rojo fue a visitar al Nahuel: "Me acuerdo patente que bajamos del bondi, entramos en fila al club, miré para arriba y vi a un señor parado, apoyado en su rodilla, muy parecido a Marcelo. Era Macho, su papá, todos le decían así. Y me dice: ‘Vos te venís con nosotros para casa’. Tá, tremenda alegría, no me la esperaba. Entré al club y lo vi a Marcelo, nos dimos un abrazo”.

“Ya cerca del anochecer llegamos a la casa de Macho. Recuerdo que era una casa sencilla, humilde, con tremenda cancha de fútbol enfrente. Dejé los bolsos y nos fuimos a pelotear. Las hermanas creo que se fueron a casas de vecinos, eso no recuerdo bien, sí que tomábamos jugo de naranja en bidón, la marca era ‘5 mentarios’, ja, ja, eso no lo olvido, nada de Coca Cola. También me acuerdo de la vieja de Marcelo, muy cálida, nos cocinaba, la pasé espectacular”, le comentó al diario argentino.

“Después de las cruzadas nos perdimos el rastro con Marcelo. Y un día, mirando con mi viejo en la tele un partido de un sub 17, creo, aparece un tal Gallardo. ‘Es Marcelo, si está igual’, nos dijimos. ‘¡Qué bueno que le fue bien!’, comentamos y empezamos a recordar".

A mediados de 2010, Gallardo fue contratado por Nacional y se instaló en Montevideo. Laureiro trabajaba en el diario La República, pero no se animaba a ir a buscarlo: "¡Qué se va a acordar de mí!’, les decía a mis compañeros. No quería que el loco pensara: ‘no nos vemos hace millones de años y me cae este peludo de regalo’. No quería ponerlo incómodo. Fueron pasando los meses hasta que un día charlando con mi señora en la casa de mis suegros, que viven en la esquina del Parque Central, me dice: ‘andá a saludarlo’. Fue justo al final, Marcelo iba a dar una conferencia para anunciar su retiro como futbolista".

Allí se dio el reencuentro, luego de anunciarse con el jefe de prensa del club tricolor: "Marcelo aparece y me viene a abrazar. Me llevó a un pasillito, me preguntó cómo andaba la familia, nos pasamos los números de teléfono y me dijo: ‘Quiero ver a tus viejos, quiero comer un asado con ellos’. Fue muy lindo ese reencuentro”, relata el uruguayo en la historia publicada en Argentina.

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