La erosión de las playas preocupa a las autoridades de la Intendencia de Montevideo, que tienen el desafío de enfrentarse a la pérdida de arena en la costa. Por orden de la comuna una empresa había comenzado los primeros días de diciembre a trasladar más de 200 camiones de arena provenientes de las obras del ex hotel Riviera y a depositarla en la playa de Carrasco.
Sin embargo, este lunes la Dirección Nacional de Medio Ambiente resolvió suspender los trabajos por la gran cantidad de escombros que tenía. La situación había sido denunciada ante la Prefectura por el abogado penalista y excandidato a la presidencia, Gustavo Salle, quien este lunes recorrió un tramo de la playa de Carrasco y difundió un video donde se observaban cascotes, bloques y varillas de metal que estaban mezclados con la arena.
El director de desarrollo ambiental y secretario general de la Intendencia de Montevideo, Fernando Nopitsch, reconoció que cometieron un “error” al no examinar el material que fue vertido en la playa de Carrasco.
“Acá lo que hubo fue un mal control, tendríamos que haber controlado. Había más escombros que los que debía que haber”, dijo a El Observador. “No va a haber sanción para la empresa porque esto fue acordado con técnicos de la Intendencia”, agregó.
La Intendencia evaluará el material que salga de la demolición y resolverá si retoma el traslado de arena hacia la costa para recuperar las playas, que este martes fue retirado completamente. “Nosotros entendemos que ese material es el complemento que las playas necesitan para la recuperación. Tirar arena en la playa es recuperar la erosión que tiene”, afirmó Nopitsch.
La gravedad de la erosión en las playas de la capital del país obligó a la comuna a contratar a la Facultad de Ingeniería y a un grupo internacional para determinar qué mecanismos se podrían implementar para revertir la problemática. Un peligro latente es que vuelvan a suceder derrumbes o desmoronamientos en la rambla, por la falta de médanos o arena suficiente para retener las crecidas del río.
El director de desarrollo ambiental de la Intendencia de Montevideo también reconoció que de agravarse la erosión existe riesgo de desaparición de las playas y por eso estudian el fenómeno.
Entre las causas de la problemática identifican errores en la construcción original de la rambla de Montevideo, el crecimiento del nivel del mar, la falta de vegetación que permita la generación de dunas, y las construcciones -como paradores- que acumulan arena y funcionan como vehículos para sacarla de la playa.
El gobierno departamental analiza alternativas para rellenar la costa como el traslado de arena de cantera, que posee residuos de tierra, hacia las playas y así reducir el riesgo de que se produzcan derrumbes. La función de estos mecanismos es que cumplan el rol de defender la infraestructura cercana, como la rambla.
Según un comunicado de la Intendencia, los trabajos de recuperación en la playa de Carrasco empezaron el 2 de diciembre y se iban a extender hasta el 20. "La esquina ubicada en rambla República de México y 8 de abril está siendo modificada, y en el marco de esas obras se extraerán del terreno unos 2.200 metros cúbicos de arena", anunció la comuna la semana pasada.
En el comunicado agregó que en la playa de Carrasco se acopiaría el material para luego distribuir en otras playas que necesiten ser reacondicionadas.
Según declaró al portal institucional el director de la Unidad de Playas, Emergencias y Necropcias, Luis Muniz, la acción se enmarca en las "estrategias del sistema de gestión ambiental para mitigar la erosión". Además, el jerarca destacó que la arena permanecería reservada "durante la temporada estival y no estaría apta para ser usada", hasta que no fuera sometida a "controles de calidad", ya que podía "contener residuos de la obra".
No fue la primera vez que la Intendencia de Montevideo acordó con empresas privadas que trabajaban en obras para depositar arena como relleno en las playas, aunque generalmente el material de obra es derivado a la usina de Felipe Cardozo.
Según explicó el director de desarrollo ambiental, el mecanismo también se utilizó con el Hotel Sofitel, que significó una cantidad 15 veces mayor a la que se pretendía trasladar en esta ocasión a la playa de Carrasco. Según relató a El Observador, en ese caso también hubo escombros que fueron retirados a medida que el agua los iba separando de la arena y la Intendencia compró un detector de metales para lograr identificar residuos peligrosos por tratarse de una playa.
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