Espectáculos y Cultura > LA DÉCADA

Por qué el streaming causó una revolución en el dormitorio y marcó la década

Es uno de los cambios más radicales en el paradigma cultural de la década; transformó nuestra relación con el cine y las series y marcó nuevas pautas para la industria audiovisual
Tiempo de lectura: -'
30 de diciembre de 2019 a las 05:00

No queda muy claro cuándo era más sencillo, si antes o después. Pero sí está claro que la experiencia se transformó de manera radical. Porque las escenas, en su esencia, son idénticas. 
Y a la vez son diametralmente opuestas.

Escena 1 

Lugar: un videoclub de cualquier punto del país. 
Fecha: algún día de 2010.

Los pasos se pierden entre las estanterías. La mano se desliza por la madera y las portadas, tocando por el placer inconsciente de poder tocar. Porque sí, en ese momento las historias se pueden tocar. Las películas se sienten de manera física. La elección, en tanto, pasa más por la portada, por cómo se vende el título y los actores, quizás por la recomendación del encargado de turno. Se agarran varias cajas, se sopesa la decisión y se elige. Se paga entre $ 30 y $ 45, se llega a casa, se pone el disco, se disfruta del cine en el hogar. 

Escena 2 

Lugar: el dormitorio de una casa. 
Fecha: noviembre de 2019.

Los ojos se pierden entre el scrolleo sin fin. El pulgar se desliza por la superficie de cristal del smartphone, pasando el catálogo de opciones que se despliega de dos en dos. Sí; en ese momento las historias ya no se tocan, lo que se toca es el mundo a través del celular. La elección, ahora, pasa más por otra cosa. Pasa por el argumento que te tira el servicio de streaming en el momento, pasa por el tráiler que te salta de manera involuntaria, por ese tuit megusteado infinitas veces que dice que la última de tal director está disponible y que es un peliculón, o que la undécima temporada de esa serie que te metiste a prepo el pasado fin de semana cual yonqui del contenido ya se puede cliquear. Así que ahí aparece la elección, pero está llena de dudas porque hay millones de cosas más que ver y todas están a un toque de distancia. Pero se elige, se cumple con la cuota audiovisual, se le da play y se disfruta del cine en el hogar.

La manera de mirar películas o series en casa sigue siendo la misma, pero a la vez no. Si algo marcó esta década que termina en diciembre de 2019 –sí, termina ahora y no el año que viene– es la masificación del streaming de contenidos audiovisual a un punto de no retorno. Y si será tal la dimensión del fenómeno, que hasta la palabra masificación parece un eufemismo demasiado pobre como para describir la revolución que se gestó en nuestros cuartos, nuestros livings y hasta en nuestros baños. 

Si uno se pone a analizarlo fríamente, el streaming de por sí es una locura. Podemos, si se nos da la bendita gana, no parar de ver una serie hasta terminarla, estemos en el lugar que estemos. Podemos hacerlo mientras cocinamos, mientras trabajamos, tirados en el sofá, tirados sobre una mesa, desparramados en una cama, podemos hacerlo hasta sentados en el wáter, mientras movemos las tripas y agilizamos el tránsito intestinal. No podemos concebir el consumo sin streaming, y ya no solo tenemos a Netflix o a HBO GO metiéndose en nuestra vida; las plataformas son varias y en poco tiempo habrá un ejército de empresas de entretenimiento al servicio de nuestro dedos, todas tratando de llevarse la porción más grande de nuestra atención. Sin ir más lejos, en 2020 llegará a Uruguay una de las apuestas más colosales del rubro: Disney +, el servicio con el que la empresa del ratón pretenderá hacerse con el control de uno de los pocos mercados audiovisuales que todavía escapan a su dominio.

Así, los contenidos del futuro tienen un destino claro y es on demand. El cine, obviamente, seguirá subsistiendo y resistiendo –de hecho, la venta de entradas a nivel global no ha hecho más que aumentar con el paso de los años– pero las tendencias se irán modificando. Que dos de las películas más nominadas de los próximos Globos de Oro (y posiblemente de los Oscar también) sean producto de una plataforma pensada para ver en casa no es algo aleatorio.

El disruptor

Hoy parece bastante estúpido mencionarlo, pero la obviedad no reduce su importancia y en este repaso no podemos dejar de aclararlo: Netflix fue el gran gestor del cambio radical que sufrió el consumo audiovisual en estos años. La historia de su fundador Reed Hastings y su ya clásico olvido a la hora de devolver una película en un Blockbuster ha sido contada y recontada cientos de veces, pero hay algunos datos de esta multinacional que todavía hoy, con el servicio activo en millones de dispositivos de todo el mundo, siguen impactando.


Para empezar, la empresa no nació en esta época, sino que apareció en el mapa en 1997, bastante antes de que en Uruguay nos imagináramos algo parecido al Wi-Fi o incluso al ADSL. Su web recién se creó al año siguiente y el sitio de streaming se inauguró en el tardío año 2007. En Uruguay, así como en el resto del continente, la plataforma desembarcó en 2013. Y esto se publicaba en aquel entonces en El Observador: “Muchos uruguayos ya saben lo que es disfrutar de contenidos de cine y TV gracias al sitio Cuevana, pero lo cierto es que Netflix, que posee los derechos para streaming de una impresionante cantidad de contenidos sin necesidad de descargarlos, promete abrir un capítulo nuevo en el consumo de contenidos audiovisuales y también en la relación de los usuarios locales de internet”. Y vaya si lo hizo.

Hay más datos. En 2018, por ejemplo, su utilización consumía el 15% del ancho de banda de internet de todo el mundo y era el mayor líder de este indicador. En 2019 perdió el puesto a manos del streaming en general, pero sigue siendo el servicio más exitoso y rentable. Se estima que los usuarios ven todos los días más de 100 millones de horas de contenido, un número con el que una nota de El Mundo hacía un paralelismo jocoso: todos los días se consume tres veces la cantidad de tiempo que ha pasado desde que se inventó la escritura hasta ahora.

Pero abramos la cancha. Según un informe de la TGI Global Quick View publicado en julio de este año, actualmente el 31% de la población mundial está suscrita a al menos un servicio de streaming de video. En ese sentido, los que más consumo hacen de este tipo de plataformas son los que se encuentran entre los 25 y los 34 años, que ocupan el 39% de total. En cuanto a los países, China es el principal suministrador de suscriptores; el 47% de su población accede a alguno de estos servicios. La siguen Dinamarca (44%), Suecia (43%), Estados Unidos (42%), Noruega (40%) y Australia (37%). 

En ese ranking, entre los primeros diez no aparece ningún país latinoamericano. Pero lo sorprendente sucede cuando se ven los datos específicos de Netflix: Brasil, México y Argentina, en ese orden, son los países en los que Netflix es más popular a la hora de elegir una plataforma a la que suscribirse. Claramente tiene que ver con una cuestión de disponibilidad –de este lado del mundo todavía no podemos acceder a sitios como Hulu, por ejemplo– pero también muestra un fuerte interés por parte de la compañía –y se ve en sus estrategias y en sus ficciones– en apostar al consumidor latino. Actualmente en el continente hay 20 millones de suscriptores y se prevé que para 2024 ese número suba a 24 millones.

Uno más por favor

Por fuera de los números, la proliferación del streaming ha cambiado el ADN de cómo se consumen los contenidos. Las series cada vez responden más a los parámetros que los algoritmos indican y su popularización ha modificado los intereses del mercado. Hoy, varios cineastas que antes solo pensaban en cine están contando sus historias de manera episódica. Y los usuarios, tal como parece, lo prefieren. La tendencia además parece estar mudándose al cine más comercial; hoy las sagas más populares no son trilogías, sino que acumulan ocho, nueve, diez películas encadenadas, así como películas derivadas, precuelas y secuelas. 

Pero quizá lo más interesante de todo suceda en el terreno de los hábitos. Hoy las producciones que estrenan un capítulo a la semana tienen sus paladines (HBO, por ejemplo) y resisten, pero el binge-watching (la vieja y querida maratón) también se ha colado con fuerza en los televisores. Ver cuatro episodios seguidos o incluso una temporada de corrido parece ser moneda corriente entre los más asiduos a estas plataformas, y las propias empresas han desarrollado la posibilidad que los capítulos se enganchen automáticamente. Y el espíritu de la maratón, además, se ha mudado al contenido: gran parte de la oferta de Netflix está pensada para que así se consuma. ¿Algo como Stranger Things sería tan exitoso si sus episodios se estrenaran uno por domingo? Seguramente sí, pero no al nivel que lo fue.

Está bien claro que hay cosas más importantes que las series, las películas y cómo las vemos. De hecho, en estas mismas páginas hay varios ejemplos. Pero sin darnos cuenta, fuimos conejillos de indias de una revolución. Hubo pruebas en humanos, nos testearon, crearon contenido a partir de nuestros datos, entendieron como manipular a las masas, cómo sacarle partido al sedentarismo galopante, se generaron discusiones, marcos teóricos, peleas en festivales de cine, se aceptaron los nuevos códigos, se abrazó la tecnología y hoy todo eso es una realidad. El mundo del entretenimiento cambió infinidad de veces en su historia, pero en los últimos años se quebró radicalmente. Hay un antes y un después en la masificación del streaming y todavía no tenemos idea de a qué punto llegará. Solo nos queda sentarnos a esperar y ver qué sucede. Y lo vamos a hacer, claro, on demand y por la pantalla del celular. 
 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...