A pesar de que ayer, entrada la noche, todo indicaba que los integrantes de los Rolling Stones no iban a salir del Sofitel en Carrasco, Mick Jagger salió a cenar y eligió el barrio Pocitos para hacerlo.
El restaurante Tandory -ubicado en Masini y Libertad- recibió al Stone, que llegó rodeado de seguridad.
Lejos de pedir asado, Jagger ordenó ensalada Marroquí, pimientos rellenos y pescado Koskera, según publicó el restaurante en su cuenta de Facebook, que agregó en un comentario "que se fueron agradecidos por la atención brindada" y felicitaron al chef y dueño del restaurante, Gabriel Coquel. Para beber, el artista eligió el vino Preludio, botella emblemática de la bodega Familia Deicas.
Coquel dijo entrevistado por Gastón Solé en El Observador TV, que más allá del orgullo y alegría de servir a uno de los integrantes de la banda británica, el estrés se potenció. "La gente piensa que todo es lindo y de alguna manera es un orgullo y un reconocimiento pero se pasa mucho estrés. Tenés gente importante, gente aglomerada en la puerta y tenés que atender a los demás clientes", sostuvo.
A la cena se le sumó baile. Jagger bailó candombe junto al músico uruguayo Ruben Rada y su hija, Julieta. La familia Rada celebraba el cumpleaños de Fernando "Lobo" Núñez, percusionista del músico, que cumplió 60 años.
Cuando la cena de Jagger comenzó a hacerse pública, decenas de personas se acercaron a la puerta del restaurante para esperar a su ídolo, al que verán esta noche en el Estadio Centenario, a partir de la hora 21.
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