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La pandemia y el desafío de sostener a las clases medias en la región, según tres expertos

Después de que experimentaron un incremento histórico en Latinomérica durante este siglo, al estancado crecimiento de los últimos años se suma el impacto del covid-19
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02 de junio de 2020 a las 05:04

Las clases sociales medias en la región se pueden caracterizar, entre otras variables, por la capacidad en base a sus ingresos monetarios y de redes de contacto para mantenerse como uno de los puntales del desarrollo económico en los países de América Latina.    

A su vez, las clases medias difieren en las proporciones en los países de la región, con mayor presencia en los del Cono Sur como Uruguay y Argentina, y en otros en un porcentaje bastante más pequeño si se considera el total de la población.

Durante las últimas dos décadas esa clase media consiguió importantes logros durante varios año que tuvieron importantes tasas de crecimiento económico en América Latina, pero se entremezclan, entre los que tienen cierta capacidad de ahorro y una gran cantidad de trabajadores informal. Según la economista jefe para América Latina de la UNPD, Marcela Mélendez, estos últimos implican el mayor reto para la región en el futuro.

La experta disertó en en una charla vía Zoom organizada por el Banco Desarrollo de América Latina (CAF), junto al actual director de Investigaciones Económica de la CAF, Christian Daude y al investigador peruano Hugo Ñopo. 

Por su parte, en el caso de las clases altas, explicó al profesional, su acceso al mercado laboral con un empleo formal y su capacidad de ahorro le permiten sortear con menores dificultades una caída generalizada de los ingresos como se está dando tras la llegada del covid-19 a América Latina.

Los que están en riesgo

Mélendez dijo que esos pobres, que trabajan como cuentapropistas sin un vínculo formal, en confinamiento y sin la capacidad de salir a trabajar, son los que mayor impacto tienen porque les implica llevar a cero sus ingresos. A estas diferencias, se suman la comodidad en que vive un estrato (bienestar) y otro en una situación de encierro en relación a las condiciones materiales, apuntó la especialista.  

https://www.elobservador.com.uy/nota/el-desafio-del-estado-para-proteger-a-los-mas-vulnerables-2020320203325

En la misma línea, el exdirector de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía (MEF), Christian Daude, apuntó que en la última década y media se ha dado “un gran avance en términos de generación del ingreso”, dado que principios del milenio más de un tercio de la población vivía con menos de US$ 4 por día.

“En nuestra región hemos desarrollado programas de seguridad social y transferencias que han sido exitosos en reducir la pobreza, pero se tiene un sistema fragmentado que no alcanza a todo el mundo. Hay 240 millones de personas en la región que no tiene acceso a ningún instrumento de protección social. Viven a espaldas del Estado y tampoco se sabe quiénes son o cómo llegarles”, puntualizó Daude.

El investigador principal PhD en Economía de la Northwestern University, Hugo Ñopo, por su parte, sostuvo que lo que esta crisis está diciendo como elemento adicional “es que además del monto de ingreso, es muy importante la frecuencia”.

“Ahora que repentinamente nos hemos confinado en nuestra casas, hay un grupo importante de trabajadores que genera sus ingresos diariamente o semanalmente. Para esas personas el confinamiento es súper restrictivo. Otro aspecto es la multidimensionalidad, o sea, los activos que se tienen en los hogares. En Perú, por ejemplo, la mitad de los hogares no cuenta con un refrigerador en su casa. Además de los ingresos, hay que pensar en la multidimensionalidad del bienestar”, ejemplificó Ñopo.

Agregó que aunque es cierto que en la mayoría de los países latinoamericanos los hogares tienen más ingresos y más gastos en las dos últimas décadas, un fenómeno que también se ha dado en varios de ellos es el “de la privatización de ciertos servicios que antes eran de provisión pública”, en referencia en particular a la salud y la educación.

Con respecto a la latente posibilidad de que las clases medias se vean reducidas con esta crisis global, Daude indicó que con las tasas de crecimiento negativas que se va a tener en la región el impacto obviamente se va a sentir en las clases medias y más vulnerables.

“La pregunta es cómo mantener de forma más intacta la capacidad de volver a generar ingresos. Es importante el apoyo al empleo, particularmente al formal, tanto en pequeñas y medianas empresas como en las grandes. Ese es uno de los grandes riesgos. Además de verse perjudicados los trabajadores dependientes e independientes, se está presenciado una destrucción muy importante del empleo formal, que suele ser el más productivo pensando en el crecimiento económico en la fase de recuperación”, reflexionó el exjerarca uruguayo del MEF.

https://www.elobservador.com.uy/nota/el-40-de-los-hogares-uruguayos-esta-en-riesgo-de-caer-en-la-pobreza-segun-estudio-2018816500

Daude insistió sobre la importancia de los seguros de paro especiales como los que se han otorgado en Uruguay, para mantener de esa forma la relación laboral de los trabajadores con las empresas que en este momento “las pusimos en coma inducido”.

Para Meléndez, no hay dudas de todas formas que más allá de los mecanismos utilizados la clase media “se va a achicar”.

“Si uno imagina que estamos en una escalera de bienestar de ingresos, lo que estamos haciendo es jalar del piso hacia atrás a todo el mundo. Va a haber un retroceso general y la preocupación sobretodo debe caer en aquella población que está en una línea cercana a la pobreza”, afirmó Meléndez.

La economista destacó en esta dirección, además, la relevancia que puede adquirir que los gobiernos den subsidios directos, pero le preocupa que los créditos no están fluyendo hacia las pequeñas empresas, a veces en parte porque “hay miedo de endeudarse en esta coyuntura”.

“Es un momento de subsidios directos no solo para las nóminas, sino también para reconvertir esas empresas para que puedan operar durante el coronavirus. Adaptar al sector productivo para que siga funcionando es costoso, por lo que no todo el mundo lo podría hacer. Pero necesitamos que el sector productivo vuelva a operar, es la única manera de rescatarnos”, reflexionó Meléndez.   

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