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La promesa incumplida de Bolsonaro y la confesión sobre un "Brasil quebrado"
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, desde hace meses se muestra relajado en sus apariciones públicas pese a la expansión del coronavirus por Brasil y a que es uno de los países más afectados por esa causa en todo el mundo. Aunque esta vez volvió a minimizar el impacto de la pandemia señalando que el virus (por el covid-19) está "potencializado por esos medios de comunicación sin carácter" que, entiende, existen en su país, expresó preocupación por la situación actual de millones de familias pobres, a quienes el gobierno llegó a ayudar con montos de hasta US$ 230 y que ahora dejará de apoyar por la complicada situación de las cuentas públicas.
Brasil, que terminó 2020 con una reducción aproximada de su economía de casi 4,5% —la mayor desde hace varias décadas—, atraviesa, según Bolsonaro, un panorama delicado, pero que se exagera en la prensa. En su opinión, los medios hacen "un trabajo incesante de intentar desgastar" al gobierno y así "atender intereses oscuros".
El mandatario, reconoció, sin embargo, que los gastos no le permiten al gobierno extender esos subsidios que abarcaban a 60 millones de desempleados, trabajadores informales y un elevado número de pobres, pero que una solución podría ser concentrar esfuerzos en reducir el impuesto de renta, promesa que elaboró durante su campaña electoral cuando propuso disminuir el porcentaje de brasileños que deben pagarlo y que, por el momento, ha incumplido.
"Brasil está quebrado. Yo no consigo hacer nada. Quería modificar la tabla del impuesto de renta, pero no pude", indicó el presidente brasileño ante un grupo de seguidores que lo escuchaban a pocos metros de la Casa de Gobierno.
"Me van a tener que aguantar hasta 2022, tengan seguridad de eso", agregó.
