La tarde soñada del Cebolla

Corría el año 2005 cuando de la mano de su representante Francisco Casal fue sacado de Peñarol. Lo mandaron a Francia junto con Carlos Bueno. No entendía el idioma. Estaba en una país extraño. Pero el golpe en el corazón fue cuando Peñarol lo terminó declarando en rebeldía.

No pudo estar en la selección que en ese entonces se jugaba su pasaje para ir al Mundial de Alemania 2006.

De ahí en más inició un largo peregrinaje por el fútbol internacional. Se fue de Francia a Portugal, donde jugó en los dos grandes: Benfica y Porto. Luego, a la liga española para defender a Atlético Madrid. Y como no contaba con la continuidad que quería, tomó el camino de salida.

En ese entonces ya estaba consolidado como jugador de selección. Buscaba justamente tener continuidad para ser considerado por Tabárez. Fue a Parma y fue un paso en falso. Encontró un club fundido. Y empezó a pegar la vuelta. Se empezó a hablar con mayor insistencia de su regreso a Peñarol.

Y, pese a que el corazón se lo pedía, el Cebolla entendía que aún tenía más para dar a nivel internacional. Se fue a Gremio de Porto Alegre. Las lesiones le impidieron tener continuidad.

Cuando rescindió, la gente de Peñarol enloqueció. Todos soñaron con el regreso. Pero Cebolla aclaró: "Quiero volver bien, con edad y físico para rendir".

Estuvo cerca como nunca y se fue como siempre. Independiente fue el club que lo contrató. Hasta que cansado de cargar con los problemas de su físico pegó la vuelta. Luego de 12 años de andar por el exterior, volvió al club de sus amores.

El que lo había tenido más de una tarde en la Ámsterdam cantando. Las dudas sobre su estado de salud abundaban. Pero Leo Ramos aclaró que le tenía confianza. Esperaba que, en su entorno, con su familia, su gente cerca, y en el club del que es hincha, el Cebolla no sufriera el estrés deportivo de otros lugares.

"(Estoy) muy contento, he esperado por mucho tiempo y la verdad es que hice una promesa de que a los 31 años tenía que venir y estoy acá", dijo Rodríguez en la conferencia de prensa celebrada en el estadio Campeón del Siglo.

La ilusión con la que empezó el año 2017 se quebró al perder al Apertura. Pero el Cebolla mantenía la fe y la confianza intactas.

El Clausura comenzó con otros aires. Peñarol arrancó de buena forma. Líder con puntaje ideal. Y si bien el Cebolla tenía claro el lugar que ocupa en el corazón del hincha, es distinto cuando se lo vive en un clásico.

La entrega, el partido que se mandó, y el gol de penal consolidaron aun más la relación. Fue ovacionado. El beso al escudo fue una clara demostración de que el Cebolla siente los colores. El amarillo y negro que lleva tatuado para toda la vida en la piel. l

Con Peñarol en la piel

El Cebolla lleva a Peñarol en su corazón y en la piel. Cada vez que se la baja la media se puede observar el enorme escudo que tiene el jugador aurinegro en una de las piernas, acompañado por una leyenda

2005

Emigró. El Cebolla se fue declarado en rebeldía por Peñarol tras un conflicto con Francisco Casal.

2017

Regresó. Doce años después volvió y quedó claro que la relación con la gente se mantiene.