El sábado 22 de agosto, la policía allanó una discoteca en Lima donde jóvenes juerguistas estaban infringiendo las restricciones del confinamiento. Los jóvenes corrieron hacia la salida para evitar ser arrestados y 13 murieron aplastados o asfixiados. Las estadísticas que el Ministerio del Interior peruano publicó al día siguiente fueron casi igualmente impactantes: de los 13 muertos, 11 tenían Covid-19. De las 23 personas arrestadas por la policía, 15 dieron positivo.
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