Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > MÚSICA

La Vela Puerca: veinte años en cinco canciones

El vocalista de La Vela Puerca, Sebastián Teysera y los directores del DVD Festejar para sobrevivir diseccionan algunos de los himnos de la banda
Tiempo de lectura: -'
02 de diciembre de 2017 a las 05:00
Un muro de Pocitos, un coffee shop de Ámsterdam, una casa en Villa Serrana y un bar en Cuzco tienen en común que en allí nacieron algunas de las canciones que integran el repertorio de La Vela Puerca.

El show que la banda dio en noviembre de 2016 en el Velódromo de Montevideo, como cierre a su gira de celebración por sus 20 años de trayectoria, incluyó 28 temas.

De esa lista, que marcó un repaso a toda la discografía del grupo, el vocalista y compositor principal, Sebastián Teysera, seleccionó cinco canciones –que considera representativos del show y de la carrera del grupo–, para contar sus historias.

Junto a él, los directores del DVD (que incluye un documental y el registro del espectáculo), Lolo Paradell y Rodrigo Labella, explicaron cómo fue registrar esas cinco composiciones, y la historia particular que trataron de contar durante la grabación del show aniversario.

A lo verde

En 1998 Teysera y Carlos "Coli" Quijano, el saxofonista de La Vela, se fueron de viaje al norte argentino, Bolivia y Perú. Teysera tenía un arpegio de guitarra y una secuencia de acordes en su cabeza que acarreó durante el recorrido. Una noche, en Cuzco, Quijano desobedeció la recomendación de Teysera y comió en un puesto callejero, lo que lo dejó dos días en su cama de hostel.

"Yo aprovechaba y me iba a callejear. Uno de esos días me fui al teléfono público y llamé al Mandril (Nicolás Lieutier, el bajista de la banda). Era la época en la que había entrado Alejandro Piccone, el trompetista, y Coli estaba nervioso porque no lo conocía y ya estaban ensayando los que estaban acá. De ahí me fui a un pub y me puse a escribir, pensando en el Mandril, que es un hermano de mi vida. Está dedicada a él", explicó Teysera.


La canción cuenta con la participación de los guitarristas de Alfredo Zitarrosa, quienes le revelaron al cantante que había compuesto un minué.

Las guitarras fueron uno de los dos ejes al momento de filmar la canción, dijo Paradell. El otro, la emoción de la canción. "Tanto entre la gente que la canta, como los técnicos –que también la viven– y la emoción que marcan las guitarras", comentó. La intimidad es lo que buscó retratar la dupla de directores, que se genera en los momentos acústicos como el de A lo verde. "El amor de los músicos a las guitarras y el contrapunto con Sebastián cantándole a un hermano, generan una simbiosis", concluyó.

Zafar

Teysera estaba mal de amores. Uno de sus amigos también. Resolvieron "zafar" de Montevideo y de su situación con un fin de semana en Villa Serrana. "Fuimos a descansar, pero uno de los primos de mi amigo estaba haciendo una casa ahí y nos pasamos cargando portland y trabajando", contó el compositor.

Ese fin de semana surgió el concepto del tema, que comienza con el escape de la ciudad y deriva hacia otro tipo de escapes.


Para Labella, Zafar fue uno de los momentos más climáticos del show, al que se sumó Emiliano Brancciari, de No Te Va Gustar. "Es evocativa, la banda está super compenetrada y se suma a una intención de respetar lo que la canción refleja para la banda. A Emiliano elegimos mostrarlo algunas veces y otras solo insinuarlo, mostrar su silueta", explicó el director.

Por la ciudad

Lo primero que tuvo Teysera en este caso fue una melodía. Con esa idea fue a un muro de la calle Aguilar, en Pocitos, donde pasó varias tardes de su adolescencia (junto a Labella, amigo desde esa época).

Con esa idea y una guitarra empezó a probar secuencias de acordes. Empezó con sol. Siguió en sol. Y siguió, sin moverse del acorde. Así quedó: toda la canción tiene como base el mismo acorde.


Labella explica que desde el punto de vista audiovisual se trató de representar el crescendo del tema. "Cada vez es más emotiva y va subiendo. Además se genera el pogo. Es uno de los himnos de la banda", contó. Para eso fueron a "buscar a la gente", una pieza clave del relato del registro.

Vuelan palos

Rookies es un coffee shop céntrico de Ámsterdam. Allí fue donde nació esta canción, que germinó desde una línea melódica de bajo, la misma que la del cántico "vamos la Vela de mi corazón", que acompaña cada presentación en vivo de este tema.

Teysera estaba de mochilero en Europa y en esa parada compuso ese tema. La canción se estrenó en 1996, en el bar El Tigre, donde debutó el grupo un año antes. Dos amigos (uno de ellos el involucrado en la historia de Zafar), empezaron el cántico que ahora se ha convertido en un clásico de los shows.


"Nuestra indicación a los cámaras fue que se fueran soltando, como va pasando en el show", dijo Paradell. "Era una instrucción, pero les terminó pasando de forma inconsciente, por la energía que genera el show", continuó.

Su colega complementó la reflexión explicando que este es un punto alto del espectáculo y es, también, la previa a los bises. La intensidad de ese momento del concierto en la edición le generó un nudo en la garganta.

El viejo

Es la única de las seleccionadas que no compuso Teysera, sino que pertenece al Mandril Lieutier. La melodía es la de Tercer Milenio, una clarinada del espectáculo del año 2000 de Falta y Resto, murga a la que los dos acompañaban a través de su vínculo con Alejandro Balbis.

"Un día nos juntamos con él y le di la idea de hacer una canción con esa melodía. Armé la estructura de acordes y el Mandril –que nunca había escrito una canción pero que yo sabía que lo hacía muy bien– hizo El viejo. Y fue lo peor que podía suceder". Nunca más compuso.


"Yo ya la clavé en el ángulo, no lo voy a arruinar", es su excusa. Está inspiración en Galeano y un viejo del barrio, pero en realidad es un relato genérico sobre el hombre de la calle.

Para Labella filmar El viejo fue incluso más intenso y poderoso que la grabación de Vuelan palos. "Había niños cantando, familias agitando. Fuimos a mostrar que la chaveta ya había saltado. Porque había alegría e intensidad al mismo tiempo".

Paradell destaca la sinergia entre banda y público. "Todos saltaban, la energía estaba compartida". Lo más difícil fue elegir qué mostrar. "Todo estaba bueno, era increíble", dice.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...