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La voz de la banda Café Tacuba explora la raíz latinoamericana

Luego de que visitara Montevideo en 2012, Rubén Albarrán vuelve al país con Hoppo!, un proyecto que fusiona el folclore local con sonidos actuales y pasados
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22 de enero de 2015 a las 17:19

Hace algunos años, Rubén Albarrán, líder de Café Tacuba y una de las voces más distinguibles del rock latinoamericano, lleva el nombre de K’kame. Supo ser Juan, Cosme, Anónimo y más recientemente Zopilote. Pero K’kame es el nombre que adoptó con su banda en paralelo, Hoppo!

Entre intervalos de descanso de su banda principal, Albarrán conformó un proyecto que, según ha afirmado en entrevistas, fluye de manera más natural y menos planificada. Con este proyecto regresa luego de su última presentación en Montevideo, en setiembre de 2012, en el marco del festival Primavera 0. Y lo hará esta vez en Punta Ballena, el 23 y 24 de enero en el festival Medio y Medio.

La ruta autóctona

Hoppo! está conformado por Rodrigo “Chino” Aros y Juan Pablo “Muñeco” Villanueva y Giancarlo Baldevenito de Chile y el mexicano Carlos Icaza. Su nombre significa en lengua lakota “¡Vamos!”.

Ese impulso se traduce en una exploración hacia otro rincón que Café Tacuba, una banda que ya cuenta con fama mundial. Se aleja del rock y el pop para dedicarse a un tipo de folclore latinoamericano, extraño por cierto, dominado por el sitar y su reconocida voz.

Su primer disco homónimo (2010) mostró el camino clásico de una banda nueva: realizar versiones de temas conocidos. En su caso tomaron temas del cancionero latinoamericano, como Gracias a la vida de Violeta Parra, Te recuerdo Amanda de Víctor Jara y Dale tu mano al indio de Daniel Viglietti.

“Para mí fue liberador cantar estas canciones”, dijo el vocalista en entrevista con La Nación en 2012. “Era algo que se tenía que hacer, como todo trabajo creativo. Una vez que aparece la semilla de la creación tienes que hacerla germinar porque, si no, te hace daño físico. (...) Mi propósito para haber hecho este trabajo y este homenaje a mi madre, y creo que lo logré”.

Con su segundo álbum, titulado Ollín Rollín (2012) presentaron ya temas originales que introdujeron la psicodelia a la ecuación. “Las canciones son bien actuales y la música es bellísima. En contraposición a la música demasiado programada, esta música es mucho más libre, con ese sonido de los sesenta y setenta, con esa inmediatez y espontaneidad que es lo que buscamos. Es parte de la esencia de Hoppo!”, definió Albarrán en la misma entrevista.

En estos shows que realizarán en Punta Ballena la banda presentará canciones de su último disco, El inmortal, que mantiene la línea de sus trabajos anteriores, introduciendo cantos de indios sioux en medio de riffs de guitarras eléctricas, como sucede en el tema que abre el disco, Wakantanka.

“Esta es una agrupación que me trae bastantes alegrías y satisfacciones”, dijo esta vez para Página 12 Albarrán. Y agregó: “Lo vivo de forma gozosa porque no es demasiado intelectual, todo lo que hacemos sucede por intuición y por gusto. Resolvemos conforme se nos presentan las situaciones, de manera relajada, bajando la velocidad. Al mismo tiempo voy aprendiendo de diferentes músicas”.

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