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Lacalle Pou en “modo político” lucha contra el fantasma de Astesiano

Blancos esperan que el presidente esté más presente el próximo año en la discusión política pero aún lo acecha el caso de su excustodia @leopereyra5
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09 de diciembre de 2022 a las 14:15

“Orsi que saque número”; “¿se acuerdan de la manija contra la LUC”; “con las ollas populares dale manija, dale manija…”; “no vale cualquier cosa con tal de volver al poder”. Todos esos dichos pertenecen al presidente Luis Lacalle Pou y lo muestran en una actitud más agresiva ante las críticas que está recibiendo desde la oposición frenteamplista. Las palabras utilizadas el miércoles 30 de noviembre durante una rueda de prensa, en la que respondió preguntas sobre el caso que involucra a su exjefe de custodia, Alejandro Astesiano, revelan una faceta del mandatario que, según entienden dirigentes oficialistas, se hará cada vez más visible tras el verano que se avecina.

Se trata de un Lacalle “en modo político” que repartirá sus tareas de gobernante con la de la principal figura de su partido para defender al gobierno en medio de la campaña electoral que se avecina.

Fuentes nacionalistas dijeron a El Observador que esa tendencia hacia el “Lacalle político” es irreversible aunque algunos temen que el mandatario salga debilitado por el caso que involucra a su excustodia. Lacalle dicen, es el mayor activo que tienen los blancos y no puede estar afuera del debate político. Pero precisan al Lacalle Pou seguro de los días de la pandemia, y no al que se mostró incómodo ante las preguntas de los periodistas en algunas de las recientes apariciones públicas.

Lo cierto es que ante las cada vez más virulentas críticas del Frente Amplio –impulsadas por el caso Astesiano- Lacalle Pou se ha mostrado especialmente cuestionador de la oposición de izquierda y apuntó contra algunas de sus principales figuras.

Los dirigentes blancos consultados por El Observador entienden que la metamorfosis de Lacalle Pou de gobernante a político es cuestión de meses.

 

Así, el presidente afirmó que el intendente de Canelones y precandidato presidencial frenteamplista, Yamandú Orsi, es “de los tantos que ha dado manija” sobre el affaire Astesiano y dijo esperar que “después que pase esto dirá si tenia razón o no tenía razón”

“Que saque número también”, respondió cuando le preguntaron por los dichos de Orsi quien pidió que el gobierno asuma “la responsabilidad” ante los hechos, y lo instó a llamarlo por teléfono “como me ha llamado por otras cosas". 

En esa aparición pública, el presidente siguió pegándole a la oposición: “Yo he escuchado muchas cosas, que en la Torre Ejecutiva había una asociación para delinquir, escuché algo así como que había un narcoEstado, escuché hace dos días que el gobierno está acostumbrado a mentir. Eso es grave, esas acusaciones son graves. (…) ¿Se acuerdan de los errores de la LUC, se acuerdan de la manija de la LUC? Privatizar la educación pública, los desalojos expres, los abusos de la policía… eso obviamente no sucedió y todos los que hablaron no aceptaron su error. Segundo, las ollas populares, dale manija, dale manija, igual que aquella mentira de que comían pasto en Bella Unión en el barrio las Láminas, manija, manija, manija… Se hizo una investigación sobre las ollas populares, se mostraron resultados y todos los que dieron manija no hablan más del tema”.

Luego de mencionar al presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, a quien cuestionó por haber dicho que el gobierno “se acostumbró a mentir”, Lacalle lanzó una advertencia con los ojos puestos en las próximas elecciones. “No vale cualquier cosa con tal de volver al poder”, dijo en referencia al Frente Amplio.

Los dirigentes blancos consultados por El Observador entienden que la metamorfosis de Lacalle Pou de gobernante a político es cuestión de meses.

Eso sí, esperan que el caso Astesiano se resuelva rápidamente y con el menor costo para el gobierno. Si las investigaciones de la fiscal Gabriela Fossati se llevan puesto a algún integrante de peso del oficialismo, el golpe repercutirá inevitablemente en cualquiera de los nacionalistas que quiera suceder a Lacalle Pou en el cargo.

Entonces, es de esperar que el presidente se acostumbre a bajar con más frecuencia del piso 11 de la Torre Ejecutiva para meterse en la pelea dialéctica de la política, esa que, pese a su juventud, lo tiene como un experimentado navegante.

Por ahora, aquella pretensión del presidente de que el gobierno tome “el centro del ring” –como le sugirió el colorado Julio Sanguinetti- no se ha concretado y los golpes que está lanzando el mandatario se parecen más a una defensa para mantener al rival a distancia que a un ataque dirigido a tumbarlo.

Así están los blancos: a la espera de que el sol del verano espante al fantasma de Astesiano para que el presidente pueda pasar a la ofensiva sin el peso de tamaña losa sobre sus hombros.

 

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