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Las armas del Estado Islámico proceden de EEUU y de Rusia
Amnistía Internacional denunció que la falta de controles permitió el abastecimiento del horror
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10 de diciembre de 2015 a las 05:00
Las transferencias irresponsables de armas realizadas hacia Irak son el origen del temible arsenal utilizado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), de acuerdo con un informe divulgado por Amnistía Internacional, que reclama controles más estrictos. Gran parte de ese arsenal proviene de Estados Unidos, Rusia y antiguos países soviéticos, que equiparon a las fuerzas iraquíes que luego acabaron conquistadas por los extremistas.
"Una mala regulación sumada a una falta de vigilancia de los enormes flujos de armas en Irak desde hace décadas fueron una oportunidad para el EI y los demás grupos armados, que tuvieron un acceso sin precedentes a la potencia de fuego", estimó Patrick Wilcken, investigador de Amnistía.
A medida que conquista zonas, el EI se apodera de las armas que encuentra en el camino. Es así que, por ejemplo, en la toma de la ciudad de Mosul en junio de 2014 se hizo de un primer gran arsenal con el que pudo luego conquistar otros territorios y cometer crímenes contra los civiles.
Lo mismo ocurrió luego con importantes cantidades de armas requisadas cuando el grupo se hizo con el control en Irak de bases militares y policiales en Faluya, Saqlawiya y Ramadi o Tikrit, así como en Siria.
Por ejemplo, ahora mismo el ejército regular de Irak pelea contra el Estado Islámico para reconquistar Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar. Los insurgentes dan pelea con un "centenar largo de vehículos blindados de combate, incluyendo tanques", que recuperó de otros territorios. Es que el EI es ágil para repartir sus bienes: armas conseguidas en Mosul fueron utilizadas dos semanas más tarde en el norte de Siria, a 500 km de allí.
"El inmenso y variado armamento que utiliza el grupo armado ilustra hasta qué punto el comercio irresponsable de armas alimenta las atrocidades a gran escala ", afirmó el investigador.
Es así que el arsenal del EI es nutrido y variado, aunque tal vez un poco vetusto. De acuerdo con la investigación, sus armas provienen de 90 países, aunque gran proporción fue originalmente suministrada por Rusia, EEUU y otros países del bloque soviético a cambio de petróleo o contratos para el Pentágono.
La primera ola de suministros ocurrió entre 1970 y 1980, durante el conflicto Irak-Irán. Los norteamericanos daban equipamiento a los iraquíes, y los soviéticos asistían a los iraníes. En ese período llegaron a la zona tanto los fusiles kalashnikov rusos como los M16 y Bushmaster estadounidenses. Se trató, a juicio de Amnistía, de un "momento álgido para el desarrollo del mercado global de armas modernas".
Una segunda ronda de abastecimiento tuvo lugar tras la invasión de 2003 liderada por Estados Unidos. Después que ese país se retiró en 2011, firmó convenios para seguir abasteciendo al ejército iraquí. Es así que en los últimos años el país recibió aviones de combate F16, unidades portátiles Stinger 681, baterías antiaéreas Hawk y demás material. Solo en 2014, Washington dio unos US$ 500 millones en armas pequeñas y munición al ejército del país asistido.
"La corrupción endémica del ejército iraquí, así como la falta de controles estrictos sobre los arsenales y el seguimiento de armas implicaron el peligro constante de que tales armas se desviaran a grupos armados, incluido el Estado Islámico", observó la organización internacional.
El grupo denuncia, asimismo, que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU –EEUU, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña- eran conscientes de los riegos de la transferencia de armas en Irak.
Amnistía, que se caracteriza por hacer relamos cada vez que divulga un informe de esta naturaleza, reclama un embargo total de los suministros de armas a las fuerzas gubernamentales sirias y mayores controles a las transferencias hacia Irak. Asimismo, solicita que aquellos países que no han ratificado el Tratado sobre Transferencias de Armas, se apresuren a hacerlo. ¿Cuáles son esos países? Estados Unidos, Rusia y China figuran en la nómina.
"Una mala regulación sumada a una falta de vigilancia de los enormes flujos de armas en Irak desde hace décadas fueron una oportunidad para el EI y los demás grupos armados, que tuvieron un acceso sin precedentes a la potencia de fuego", estimó Patrick Wilcken, investigador de Amnistía.
A medida que conquista zonas, el EI se apodera de las armas que encuentra en el camino. Es así que, por ejemplo, en la toma de la ciudad de Mosul en junio de 2014 se hizo de un primer gran arsenal con el que pudo luego conquistar otros territorios y cometer crímenes contra los civiles.
Lo mismo ocurrió luego con importantes cantidades de armas requisadas cuando el grupo se hizo con el control en Irak de bases militares y policiales en Faluya, Saqlawiya y Ramadi o Tikrit, así como en Siria.
Por ejemplo, ahora mismo el ejército regular de Irak pelea contra el Estado Islámico para reconquistar Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar. Los insurgentes dan pelea con un "centenar largo de vehículos blindados de combate, incluyendo tanques", que recuperó de otros territorios. Es que el EI es ágil para repartir sus bienes: armas conseguidas en Mosul fueron utilizadas dos semanas más tarde en el norte de Siria, a 500 km de allí.
"El inmenso y variado armamento que utiliza el grupo armado ilustra hasta qué punto el comercio irresponsable de armas alimenta las atrocidades a gran escala ", afirmó el investigador.
Es así que el arsenal del EI es nutrido y variado, aunque tal vez un poco vetusto. De acuerdo con la investigación, sus armas provienen de 90 países, aunque gran proporción fue originalmente suministrada por Rusia, EEUU y otros países del bloque soviético a cambio de petróleo o contratos para el Pentágono.
La primera ola de suministros ocurrió entre 1970 y 1980, durante el conflicto Irak-Irán. Los norteamericanos daban equipamiento a los iraquíes, y los soviéticos asistían a los iraníes. En ese período llegaron a la zona tanto los fusiles kalashnikov rusos como los M16 y Bushmaster estadounidenses. Se trató, a juicio de Amnistía, de un "momento álgido para el desarrollo del mercado global de armas modernas".
Una segunda ronda de abastecimiento tuvo lugar tras la invasión de 2003 liderada por Estados Unidos. Después que ese país se retiró en 2011, firmó convenios para seguir abasteciendo al ejército iraquí. Es así que en los últimos años el país recibió aviones de combate F16, unidades portátiles Stinger 681, baterías antiaéreas Hawk y demás material. Solo en 2014, Washington dio unos US$ 500 millones en armas pequeñas y munición al ejército del país asistido.
"La corrupción endémica del ejército iraquí, así como la falta de controles estrictos sobre los arsenales y el seguimiento de armas implicaron el peligro constante de que tales armas se desviaran a grupos armados, incluido el Estado Islámico", observó la organización internacional.
El grupo denuncia, asimismo, que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU –EEUU, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña- eran conscientes de los riegos de la transferencia de armas en Irak.
Amnistía, que se caracteriza por hacer relamos cada vez que divulga un informe de esta naturaleza, reclama un embargo total de los suministros de armas a las fuerzas gubernamentales sirias y mayores controles a las transferencias hacia Irak. Asimismo, solicita que aquellos países que no han ratificado el Tratado sobre Transferencias de Armas, se apresuren a hacerlo. ¿Cuáles son esos países? Estados Unidos, Rusia y China figuran en la nómina.
