En un contexto marcado por la desaceleración de la economía uruguaya el gobierno recibió este mes cuatro noticias positivas en distintos frentes.
Por el lado del comercio exterior, las exportaciones de bienes mostraron en octubre una suba de 9,9%. Además de buenas colocaciones de carne hubo una recuperación de las exportaciones de soja, acompañada por productos lácteos y plásticos.
De esa forma, en el acumulado de los primeros 10 meses de 2018 se verificó una suba de 0,9% en la comparación interanual.
Otra dato positivo está vinculado a la recaudación impositiva. La recaudación bruta de la DGI alcanzó los $ 33.355 millones en octubre (unos US$ 1.027), lo que implicó una variación interanual de 4,6%. De esta forma, los ingresos de la caja de ingresos más relevante para el Estado se recuperó tras un descenso de 1,9% en setiembre y un magra expansión de 1% en agosto. El menor dinamismo que muestra el consumo se ha visto reflejado en los ingresos del fisco durante el año, particularmente en los ingresos por IVA e Imesi.
En el terreno de los precios, la inflación se moderó en octubre por tercer mes consecutivo y se ubica en 8%. Aunque se mantiene por fuera del rango meta objetivo trazado por las autoridades (entre 3% y 7%) la desaceleración es una buen noticia, por ejemplo, para la ronda de negociación salarial que todavía tiene abierta la negociación en alrededor del 50% de los grupos de actividad.
Por último, este martes se conoció que la confianza de los consumidores mejoró por segundo mes consecutivo, aunque todavía se mantiene en zona de “moderado pesimismo”. El índice que publica la Cátedra Sura de Confianza Económica de la Universidad Católica mostró que buena parte de la recuperación estuvo dada por una mayor predisposición a la compra de bienes durables que se vio fuertemente golpeada en los últimos meses, particularmente por la fuerte devaluación del peso y la suba del dólar que llegó a venderse por encima de $ 34 en setiembre.
El deterioro del mercado de trabajo que sigue sin mostrar señales de recuperación es otro elemento que ha jugado de forma negativa este año en las expectativa de los consumidores.
Estos datos se conocen en medio de un panorama que no luce muy alentador, al menos para la mayoría de los analistas privados que son pesimistas en sus pronósticos. Así esperan un crecimiento de 1,5% este año y 1,3% en 2019 según la última encuesta de Expectativas Económicas de El Observador. También las expectativas empresariales van en esa dirección.
Pero el gobierno se mantiene optimista y apuesta a que la economía crecerá 2,5% este año y de 3,3% para 2019, según lo planificado en la última Rendición de Cuentas.
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