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Las dos buenas noticias para el este productivo y el puente con Brasil que generan un "cambio sustancial" para el gobierno
Luis Lacalle Pou sabía que ese 31 de julio era un día significativo para su presidencia e invitó a su padre Luis Alberto Lacalle Herrera a que lo acompañara en el helicóptero que lo iba a trasladar hasta el lugar.
Mientras sobrevolaba la zona, observó que su percepción no estaba equivocada. Se divisaba una fila inmensa de autos en la ruta y el puente que en un rato iba a inaugurar estaba atiborrado de personas.
Ya aterrizado, demoró más de una hora en caminar poco más de cien metros desde el extremo olimareño hasta la carpa en la mitad del puente, y tras cortar la cinta habló –con “profunda alegría”– de que no era un “día más”. De que había visto una “peregrinación laica” que reflejaba la “dimensión enorme” de lo que estaba a punto de comenzar.
La construcción del puente sobre el río Cebollatí, que une la localidad rochense que lleva ese nombre con La Charqueada en Treinta y Tres fue una promesa de campaña de Lacalle Pou en 2014 y 2019, y simboliza –entienden en el gobierno– una “concepción del país” porque parte de un conocimiento de la “geografía humana”. “Qué siente, qué quiere, qué necesita y qué anhela el que vive acá”, en palabras del presidente.
Hasta ahora, los pueblos eran conectados por una balsa del Ministerio de Transporte y Obras Públicas que funcionaba entre las seis de la mañana y las nueve de la noche, algo que limitaba el desarrollo de la región por el incremento de los costos logísticos.
El puente –al decir de Lacalle Pou– significará un “cambio sustancial” en una zona sumergida que también verá en otras dos obras que se realizarán con Brasil (el puente sobre el río Yaguarón y la hidrovía de la Laguna Merín) una explosión, ya que también está sobre la mesa la posibilidad de una inversión privada de un puerto.
Los cambios
“Significa un impulso muy importante para el desarrollo de la región este y noreste de nuestro país. Mejora la conectividad y potencia el desarrollo con menos costos logísticos para la salida de la producción”, dijo a El Observador el subsecretario de Transporte y Obras Públicas, Juan José Olaizola.
El jerarca adelantó que a dos semanas de la inauguración, dos empresas de ómnibus (Tureste y Rutas del Sol) solicitaron permisos para pasar por el puente modificando líneas que conectan Treinta y Tres con La Charqueada, Cebollatí, Rocha, San Carlos y Montevideo.
A su vez, el intendente de Rocha, Alejo Umpiérrez, valoró que la construcción del puente permitirá el cruce de camiones con arroz, ganado o cemento, algo que antes no se podía.
“Acorta fletes en 60 kilómetros o más con relación a molinos arroceros e incluso para frigoríficos posibilita negocios ganaderos en todo el entorno que antes eran inviables por no poder llevar animales de un lado a otro”, especificó Umpiérrez.
En esta línea, el presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Alfredo Lago, dijo –a modo de ejemplo– que antes para mandar una cosecha desde Cebollatí a Treinta y Tres (más al norte) era necesario pasar por Lascano (al sur), mientras que ahora podrán hacerlo de forma directa. “Se triplicaban los kilómetros de fletes para llevar de una chacra a la industria. Será un impacto directo en el abaratamiento de los costos y habrá un uso más racional de los recursos”, manifestó.
La ausencia de un puente que uniera Cebollatí con La Charqueada significó una “división” de la cuenca arrocera que obligó a los productores a desarrollar estructuras a ambas márgenes del río.
“Son zonas muy próximas pero que estaban desconectadas y ahora están a un paso”, explicó Lago, que adelantó que la interconexión tendrá un “impacto fuerte en los costos logísticos y la eficiencia de los proceso de la cadena” porque permitirá “ocupar industrias” que estaban del “otro lado”.
A su vez, destacó que la zona tiene “mucha disponibilidad de agua” debido a que está cerca de la Laguna Merín, por lo que calculan un incremento en los próximos 5 años de “no menos” de 20% de las áreas de siembra de arroz en la región.
Obras binacionales
La semana pasada, tras la inauguración del puente, el gobierno recibió desde Brasil una noticia muy esperada, ya que la administración de Lula incluyó dentro del programa de “inversiones prioritarias” la construcción del nuevo puente sobre el río Yaguarón y el desarrollo de la hidrovía que unirá la Laguna Merín con la Laguna de los Patos (Río Grande del Sur).
Se trata de dos proyectos que fueron acordados por Lacalle Pou con Lula durante la reunión en Montevideo, y cuyos avances se esperan para este año.
El costo del nuevo puente ascenderá a US$ 20 millones y será pago por Brasil, mientras que Uruguay se encargará de financiar los accesos del lado uruguayo además de la reparación del puente actual (considerado patrimonio nacional), dos obras que ascenderán a US$ 16 millones.
La hidrovía, en tanto, es un viejo reclamo de los productores de la región y supone una salida al Océano Atlántico por el puerto de Río Grande del Sur, que está a 220 kilómetros de Melo, prácticamente la mitad de la distancia entre la capital arachana y Montevideo.
Un trabajo del Centro de Estudios para la Realidad Social (Ceres) elaborado el año pasado evaluó que el desarrollo de la hidrovía permitirá una “nueva vía de exportación” hacia China. “El frigorífico Pul, ubicado en Melo, es un ejemplo ilustrativo de este nuevo fenómeno. El año pasado exportó 29 mil toneladas de carne por un monto de US$ 90 millones utilizando la vía terrestre antes comentada”, dice el informe.
A su vez, destaca que hay productos de “enorme potencial comercial” como el maíz y la roca calcárea (uno de los componentes principales del cemento gris) para satisfacer la demanda del sur brasileño. “Existe un mercado para el maíz uruguayo destinado como alimento para las producciones avícola y porcina. Hoy en día, el abastecimiento de este insumo para los productores de Río Grande del Sur proviene de estados del centro oeste de Brasil y de Paraguay”.
