Errores históricos, metáforas particulares, acusaciones y contradicciones fueron algunas de las características del discurso que el exvicepresidente Raúl Sendic dio este jueves de noche en un comité de base de Malvín Norte.
Allí criticó al Tribunal de Conducta Política de la coalición gobernante –a la que acusó de estar “flechado”– luego de su duro rechazo al uso que dio el senador Leonardo de León a las tarjetas corporativas de ALUR cuando fue presidente de la compañía.
Pero también protestó porque el sistema político y la prensa, a su entender, no señalan con igual énfasis las desviaciones a la ética en que incurrieron otros líderes políticos, y se consideró así mismo un “cordero” ofrecido a los dioses, una imagen que usó para explicar por qué “se focaliza en una sola persona” o se trata el caso Sendic “como paradigmático" a la hora de aludir la violación de los normas de la administración pública.
“Los US$ 800 millones que dicen que me robé de Ancap, nunca me los robé”, dijo Sendic, cuando El Observador le preguntó si el dirigente de la 711 –a quien varios sectores del FA quieren impedir su candidatura al Senado– incluía a la principal compañía del Estado cuando se refirió a la defensa de las empresas públicas que, a su juicio, ha hecho la coalición de izquierda desde que llegó al poder en 2005.
"(Esos millones) están en inversiones, en infraestructura, porque si eso hubiera ocurrido no estaría aquí parado frente a ustedes, sino que estaría preso o prófugo, como ocurre con algunos de los que han gestionado empresas públicas en el resto de América Latina”, agregó Sendic. A continuación, se refirió al caso del expresidente peruano, Alan García, a quien el Estado rechazó el asilo político esta semana. “Tiene que dar cuenta de más de US$ 300 millones que faltaron”, afirmó.
“Hay un director del Correo”, dijo el exviceresidente, en alusión al nacionalista Fernando Saralegui, “que utilizó la tarjeta corporativa con miles de dólares y ustedes no han hecho ni un solo informe sobre esos gastos”, añadió.
Ante la consulta del periodista de El Observador respecto a cuál había sido la vía por la que se había enterado entonces, Sendic preguntó: “¿Ustedes conocen el detalle sobre los gastos? ¿Han investigado eso? No lo han investigado”.
Sendic dijo que está “dispuesto a dar una batalla a favor de la ética y en contra de la corrupción”, y que lo que ocurre en su caso –como ya lo ha afirmado– es un ensañamiento. “Cuando se focaliza tanto en una persona, se lo está usando como un cordero ofrecido a los dioses par poder limpiar nuestros pecados”, aseguró.
Y luego, ya dentro del comité, dirigiéndose a los militantes, citó la historia de Ana Bolena, quien fue la esposa del rey de Inglaterra, Enrique VIII, para trazar una comparación metafórica con su situación.
“Es de las peores formas que hay de hacer política, ese escrache público, esa incineración en la plaza que recuerda lo que pasaba en la Edad Media, allá cuando Enrique VIII mandaba quemar a Ana Bolena en la hoguera. Esto es lo mismo”, dijo.
Las burlas en las redes sociales por esa referencia se debieron a que Bolena no fue incinerada en una plaza, sino decapitada por su esposo, pero en 1536, cuando hacía 44 años que la Edad Media había terminado.
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