El 30 de marzo se cumplió un año de una noticia que se publicó en El Observador y fue un terremoto. Ese día de 2019 se informó que José Gavazzo había confesado haber arrojado al río Negro el cuerpo de un preso político, Roberto Gomensoro. Esa confesión, realizada en 2018 y que había pasado por el Ejército, el Ministerio de Defensa y la Presidencia de la República, llevaba once meses sin ser denunciada en la justicia ni comunicada a la opinión pública.
Para cuando se publicó la nota, el comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, y el entonces presidente Tabaré Vázquez habían firmado sendos documentos referidos al Tribunal de Honor donde la confesión había sido dada. Pero ninguno de ellos le había dedicado una sola línea.
Un año después, muchas de las dudas generadas por aquella noticia siguen sin ser aclaradas. El hoy senador Manini Ríos, acusado por la fiscalía de haber ocultado los hechos, enfrenta un pedido de desafuero. Pero él no es el único que tiene aclaraciones pendientes.
Un par de semanas antes de que estallara el escándalo, el 12 de marzo de 2019 el presidente Vázquez cesó a Manini Ríos como comandante en jefe del Ejército, porque criticó al Poder Judicial en un escrito que adosó a las actas del Tribunal de Honor a Gavazzo, Jorge Silveira y Luis Maurente.