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Laura Felipe, la jugadora uruguaya que de Nacional pasó a Boca: "Le sacaba la cabeza a las muñecas para jugar al fútbol"

A los 13 años debutó en la Primera de Nacional recomendada por Álvaro Gutiérrez; este año fue transferida a Boca Juniors, en un pase histórico
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21 de marzo de 2020 a las 05:03

Laura Felipe tiene 22 años y desde el viernes 13 de marzo es la primera futbolista uruguaya que firmó contrato con Boca Juniors de Argentina. Su historia es fantástica. De niña le sacaba la cabeza a las muñecas para jugar al fútbol. Hizo todo el baby en dos equipos masculinos de la Liga Palermo. A los 13 años debutó en la Primera división femenina de Nacional, recomendada por el técnico Álvaro Gutiérrez. Es hermana de Sergio, el jugador que actualmente defiende al Palestino de Chile, quien le aconseja sobre la función del lateral.

La cuarentena por el coronavirus que hace Laura desde el lunes pasado en un apartamento de Belgrano en Buenos Aires, no reduce la alegría que siente por el histórico pase. 

“Llegué a Buenos Aires el viernes, firmé y entrené. El sábado y domingo paramos por el virus, el lunes volvimos a entrenar y después se paró todo. Junto a una compañera estamos aisladas en el apartamento, pero acá tenemos para entrenar", contó a Referí.

El hospedaje se lo proporciona SA10, la empresa estadounidense que la representa, si bien el club también le ofreció uno.

Sus compañeras de equipo, que la vieron dos veces, ya le pusieron apodo: Uru. “Cuando vine a conocer la propuesta quedé muy contenta. Si bien en Nacional ha mejorado mucho, en Boca cambia todo: el lugar de entrenamiento, el gimnasio al que en Uruguay es casi imposible acceder a uno, el cuerpo médico, los profesores, tener un vestuario propio en el que puedas dejar tus cosas”, dijo la jugadora con admiración.

Eso sí, para debutar con la camiseta xeneise va a tener que esperar. Al campeonato actual le falta una fecha (se iba a disputar este fin de semana) y después se jugará un Clasificatorio para la Copa Libertadores, que es donde se estrenará ella. Pero ahora se suspendió todo.

Los primeros pasos

Laura juega al fútbol desde siempre. Desde los 6 a los 13 años defendió los colores de Sur 2000 y Don Bosco, equipos del barrio Sur que no tenían categorías de fútbol femenino.

“Veía jugar a mis hermanos (Sergio y Michel) y quería ser como ellos. Los dos son fanáticos del fútbol y uno de ellos me llevó. Él jugaba en un equipo del barrio y como yo siempre estaba con la pelota en la calle, un día me dijo 'vamos' y fui a Sur 2000. Le dijo al técnico que tenía una hermana que jugaba muy bien, el técnico me recibió bárbaro y ahí empecé”.

Siempre fue defensa, aunque en esa época del baby también actuó en el mediocampo. “Le sacaba la cabeza a las muñecas y me ponía a jugar a la pelota”, recordó.

Desde su entorno siempre la alentaron, aunque en esa época el fútbol femenino no estaba tan extendido como actualmente. “Mis padres siempre me apoyaron y mis compañeros de equipo, que eran todos varones, también. De hecho nunca tuve problemas con la discriminación. Capaz que a los otros equipos les chocaba un poco, pero mi familia y mis compañeros siempre me dieron para adelante”.

En ocasiones, los niños rivales no la querían marcar: “Hacían comentarios y también los padres de los otros equipos. Pero yo siempre estaba enfocada en lo mío y en seguir para adelante”.

Nunca se amedrentó. Ni siquiera cuando Guti, el último técnico campeón del Uruguayo con Nacional, la recomendó para el equipo femenino de los tricolores.

“Yo jugaba con el hijo de Alvaro Gutiérrez en Don Bosco. Cuando se estaba terminando el campeonato, Gutiérrez me preguntó qué iba a hacer y me dijo que fuera a Nacional que había hablado por mi. Fui con mi cuñada, que jugaba ahí”. En esa época Gutiérrez era técnico en divisiones juveniles del club albo.

El primer día de entrenamientos, quedó fichada. “El técnico (Pocho Barindelli) quedó muy sorprendido. Venía con el ritmo de los varones y supongo que eso me ayudó bastante. Para mi era todo nuevo porque el fútbol femenino no tenía difusión y yo ni siquiera sabía que había equipos o una selección de fútbol femenino”, admitió.

Llegó a los tricolores en julio de 2011 y en setiembre de ese año debutó en Primera división. Tenía 13 años. “Aunque siempre fui medio petisa, era de pechar e ir para adelante. Tenía fuerza”, contó y agregó: “En aquel entonces éramos todas bastante chicas, hoy debutan con más edad”.

Con Nacional fue campeona uruguaya en 2011 y 2012. En noviembre de 2011 jugó la Copa Libertadores, en la que notó una diferencia muy grande a favor de las brasileñas. Repitió el torneo continental en 2013. Pero un año antes debutó en la selección nacional.

Un triunfo inolvidable

En enero de 2012 Laura jugó el Sudamericano sub 20 con Uruguay en Curitiba, Brasil. Todavía tenía 13 años. Apenas volvió a Montevideo, fue convocada para disputar el Sudamericano sub 17 en Sucre, un torneo que nunca olvidará. “Fue histórico porque por primera vez Uruguay se clasificó a un mundial femenino. Me acuerdo de todo y puntualmente el partido contra Colombia que nos dio la clasificación. Íbamos ganando, pero nos empataron y quedamos con 10 al mismo tiempo. La ilusión se alejaba. Pero cuando faltaban cinco minutos pasamos a ganar 2-1 con un gol de tiro libre. Con la garra charrúa que nos identifica a los uruguayos sacamos adelante ese partido que nunca voy a olvidar”, recordó.

Aquel equipo se clasificó al mundial de Azerbaiján y fue la primera vez que Laura cruzó el Océano.

El consejo de Sergio y la Facultad

Laura destaca a sus dos hermanos como apoyos fundamentales para que se dedicara al fútbol. Sergio es el más conocido por jugar profesionalmente y si bien ella dice en broma que en la cancha “él pega más que yo, lo hace hasta por gusto”, escucha sus consejos: “Si no hubiera sido por ellos esto que estoy viviendo no sería posible. Aunque cuando me va a ver me corrige mucho. Soy una lateral que ataca más de lo que defiende y él me dice que el lateral lo primero que tiene que hacer es defender y después atacar; yo soy todo al revés”.

Más allá de eso, Laura tiene claro que también el estudio es importante para la vida. “Hubo un momento que me quería dedicar al fútbol y dejé de estudiar durante dos años. Lo retomé no hace mucho y fue al revés, dejé el fútbol y me enfoqué en terminar el liceo; después volví a jugar”.

Ahora, uno de los requisitos que se puso para ir a Boca es seguir la facultad en Argentina, donde cursará profesorado de matemáticas porque “me encantan los números”. Si bien recibirá un sueldo del club argentino, “ni se compara con los hombres; ojalá algún día pueda vivir toda la vida de esto, pero también hay que asegurarse por otro lado por si me pasa algo, también tengo que pensar en mi futuro”, dijo la nueva jugadora de Boca. 

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