Agro > TEMPORAL EN PAYSANDÚ
Los 36 terneros en el terraplen y la lucha constante del tambero
El intenso temporal de este martes en Paysandú, con vientos que superaron los 130 km/hora, generó daños en varias zonas, pero particularmente en Porvenir y alrededores, con muchas personas perjudicadas y entre ellas varios productores agropecuarios.
Un caso que es ideal contar para dar cuenta de la magnitud del daño causado por el fenómeno climático es el que impactó en el predio de un tambero, entre Parada Esperanza y Porvenir.
Roberto Ceriani integra una empresa de escala familiar que produce leche y remite a Conaprole hace 30 años, con un rodeo de 95 vacas en ordeñe, manejando un área de 110 hectáreas, entre propias y arrendadas.
El temporal cerca estuvo de dejarlo sin 36 terneros.
Gracias a la advertencia de una vecina a dos de sus hijos que viven con sus familias mismo donde se produce y a la rápida reacción en el predio, por el momento solo murió uno, hay otro desaparecido y algunos aún muy afectados, pero la enorme mayoría fueron salvados.
Roberto recordó a El Observador que empezó a llover durante la madrugada del martes y que poco después el ordeñe matutino se realizó sin contratiempos.
A eso de las 7:30 sucedió el temporal, inesperado en su magnitud.
“El viento era en remolinos, iba y venía, no era parejo hacia un lado, quedaron árboles arrancados apuntando para un lado y otros para el lado contrario, fue como si un gigante fuese hacia un lado y otro arráncadolos como si fuesen yuyos”, dijo.
Sobre las 9:00, cuando el temporal aflojó y estaban de a poco recomponiendo todo, aunque sin Internet ni servicio de teléfono, por suerte una vecina les advirtió sobre terneros atrapados en un terraplén, donde hay un curso de agua que pasa por una de las chacras, sitio en el que los animales buscaron refugio en medio del temporal.
“Estaban arrinconados, 36 terneros de cuatro a seis meses, muy chicos por lo cual se vienen abajo muy rápido, estaban temblando de frío y algunos muy afectados y nos costó llegar, hubo que cortar un alambrado y ahí estuvimos dos horas para salvarlos, incluso a 12 o 13 los tuvimos que traer en camioneta para ponerlos en una carpa, para que se den calor entre ellos, darles algún energizante”, añadió.
Lamentó que uno apareció muerto y que otro, desaparecido, seguramente se lo llevó la corriente.
En ese predio productivo, donde están acostumbrados (como en el sector productivo en general y en el lechero en particular) a convivir con las dificultades que implica producir a cielo abierto, seguían sin servicio de energía eléctrica algo más de un día después del temporal, con todo lo que eso implica: duplicar el esfuerzo para que con base en una serie de manejos y uso de herramientas disponibles los animales sigan teniendo acceso al agua, a la comida y al ordeñe diario, eso además de cuidar el producto obtenido para remitirlo en las condiciones adecuadas.
“El tambero está acostumbrado a las sorpresas y a que ocurran de noche y los domingos”, dijo el productor, con una buena dosis de humor en medio de una adversidad de la que van saliendo adelante, una más en un sector de alta relevancia por el alimento que trasladan a la sociedad, cuyo esfuerzo no siempre es debidamente reconocido.
