Boca Juniors, uno de los clubes emblemáticos dentro de la vida de Diego Maradona, le tributó un conmovedor homenaje al astro del fútbol argentino fallecido el miércoles, que hizo emocionar a su hija Dalma presente en su palco de La Bombonera.
Transcurrían 11 minutos cuando el colombiano Cardona anotó el 1-0 con un certero tiro libre esquinado. De inmediato el habilidoso volante junto a sus compañeros salió trotando hasta el palco que utilizaba Maradona en la cancha de Boca. Allí tomaron una camiseta de la selección argentina con el número 10, y se pararon a aplaudir debajo del palco que es propiedad de la familia Maradona.
En ese sector estaba sentada Dalma Maradona, la hija mayor del astro, que no pudo reprimir las lágrimas, superada por la emoción en ese espacio en el que varias veces acompañó a su padre a ver los partidos de Boca.
Previamente, tal como sucedió con los otros encuentros de la jornada del torneo argentino, rebautizado "Diego Maradona", tanto los jugadores como los árbitros ingresaron ataviados con una camiseta de la selección y el "10" en la espalda, con la silueta inigualable del astro en el pecho.
Antes del encuentro, se escucharon los acordes de "La mano de Dios", la canción de Rodrigo que inmortalizó a Maradona, combinada con el relato de su segundo gol a Inglaterra (2-1) en el Mundial de México-1986, considerada la obra cumbre de la leyenda del fútbol argentino.
Para esta ocasión especial, Boca lució un parche con la silueta de Maradona en el pecho de su camiseta, a la altura del escudo del club xeneize.
Sin público por la pandemia, las tribunas de la Bombonera se vistieron con múltiples banderas dedicadas al astro, incluido un enorme lienzo que el propio Maradona le había regalado a la hinchada de Boca hace casi tres décadas, con un enorme corazón en el centro.
Durante el entretiempo, se apagaron las luces del estadio y en la inmensidad de la Bombonera sólo quedó encendido el sector del palco que le pertenecía a la familia Maradona, con una inmensa bandera amarilla por encima, a la altura de la mitad del campo de juego.
"La consigna para homenajear al mejor del mundo era jugar bien y ganar, porque Diego llevó a nuestro fútbol muy alto, a un nivel incomparable, dándonos a todos los argentinos muchísimas alegrías. Pero debo reconocer que éste fue el partido más difícil que me tocó dirigir por el aspecto emocional", admitió el entrenador de Boca, Miguel Ángel Russo. (AFP)
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