Los pescadores de Gaza denuncian que Israel impuso la prohibición de exportar como un castigo colectivo

Los pescadores de Gaza, con sus exportaciones perecederas paralizadas, estuvieron entre los primeros en sentir el impacto de la decisión adoptada por el gobierno ultraderechista de coalición que lidera el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

La restricción, que se suma a otras de similar tenor, estrangula la ya debilitada economía del territorio, que suma un severo bloqueo de 16 años, que tanto Israel como Egipto mantienen desde que el grupo islámico Hamas tomó el control del enclave de 365 kilómetros cuadrados en 2007, donde viven 2 millones de personas y presenta una de las mayores densidades poblacionales del mundo.

El bloqueo, que según Israel es necesario para impedir que Hamas se arme y cuya duración no ha sido informada, limita severamente el movimiento de personas y bienes dentro y fuera de Gaza, cierre que también castiga a los fabricantes de prendas de vestir, que tienen por destino Cisjordania, uno de los principales mercados para el pequeño sector exportador de Gaza.

Pescadores, empresarios y defensores de los derechos palestinos condenaron la última medida de Israel y denunciaron que se trata de una forma de “castigo colectivo” contra todos los habitantes, incluidas decenas de miles de trabajadores que dependen en gran medida de las exportaciones a Israel y Cisjordania para mantenerse a flote.

Los casi 4.000 pescadores de Gaza, con sus exportaciones bloqueadas y dependientes de una actividad casi artesanal que brinda muy pocos réditos debido al saqueo del mar Mediterráneo, aseguran que se ven inmersos en una situación desesperante.

“Ahora no puedo ganarme la vida”, afirmó Khalid al-Laham, de 35 años, desde su casa en la ciudad sureña de Khan Younis. "Tengo que pedir prestada comida en las tiendas", dijo el hombre, luego de participar en una asamblea pescadores. Al-Laham, advierte que la lucha también ha llegado a los pocos comerciantes más o menos prósperos de la Franja de Gaza.

"El pescado es completamente diferente a cualquier producto, es sensible", dijo Mohammed Abu Hasira, de 38 años, propietario de un popular restaurante en Gaza cerca de la costa del Mediterráneo. “Deberían castigar a los culpables. ¿Por qué nos castigan con ellos?”, se pregunta el comerciante. Por lo pronto, sus planes de de exportar camiones cargados de productos del mar se vieron frustrados por la decisión israelí. En unos pocos minutos, sus ganancias se evaporaron y sus costos se dispararon.

En total, el nuevo bloqueo ha provocado la pudrición de 26 toneladas de pescado y ha provocado una pérdida de US$ 300.000, informó el principal sindicato de pescadores de Gaza, una cifra astronómica para la frágil economía del enclave.

Además, la restricción representa una reversión de las recientes medidas militares israelíes para aliviar el bloqueo y la presión sobre Gaza con el objetivo de evitar que las tensiones desemboquen en otro conflicto sangriento, como las cuatro escaladas de violencia registradas en los últimos 15 años entre las milicias de Hamas y el Ejército de Israel.

Ahora, el cierre de las exportaciones pone en duda la voluntad de Israel de permitir que unos 21.000 palestinos residentes en la Franja de Gaza sigan ingresando diariamente a Israel para trabajar, como así también la extensión de nuevos permisos.

"El sistema de defensa no permitirá que las organizaciones terroristas se aprovechen de las instalaciones civiles y humanitarias", dijo el Ministerio de Defensa de Israel, que no descartó medidas más severas para “disuadir a los militantes de introducir explosivos”. Medidas que para los observadores independientes revela su incapacidad para dar una respuesta efectiva a los incidentes de seguridad.

"En lugar de encontrar medidas proporcionadas y razonables, simplemente impone medidas radicales y cierres punitivos", dijo Miriam Marmur, portavoz de Gisha, un grupo israelí de derechos humanos. La activista, además, recordó que los empresarios de Gaza han lidiado con lo que describe como “controles burocráticos exasperantes e indignidades rutinarias”.

Los pescadores, por su parte, afirman que su lucha refleja cómo el bloqueo ha dañado una parte vital de la economía de Gaza. La pesca representa el 6% de todas las exportaciones, según Naciones Unidas (ONU). Restricciones que también impiden importar motores, fibra de vidrio y otros materiales necesarios para reparar las destartaladas embarcaciones.

Al cierre del principal cruce comercial se suma el bloqueo naval que limita hasta dónde pueden adentrarse los pescadores en el mar Mediterráneo, y cuánto y qué tipo de pescado pueden capturar. De hecho, si se acercan demasiado a la frontera marítima, corren el riesgo de que la marina israelí les dispare, o que sus barcos sean confiscados.

En una torre a pocas cuadras del puerto marítimo de Gaza, Muhammad al-Ghussein, ingeniero y portavoz de la Asociación de Empresarios Palestinos, dijo que todos los comerciantes de Gaza compartían las preocupaciones de los pescadores. "Detener las exportaciones es como asestar un golpe fatal a un sector que ya está muriendo", afirmó.

(Con información de agencias)