Cada película de
Star Wars acarrea la presencia oculta de actores, directores, fanáticos y personalidades que escondidas detrás de trajes de soldados espaciales, extraterrestres o robots cumplen su sueño de participar en las aventuras que transcurren en la galaxia muy, muy lejana. Así como el actual James Bond, Daniel Craig o el actor Joseph Gordon-Levitt, los príncipes de
Inglaterra, William y Harry, grabaron un cameo para la película más reciente de la saga,
Los últimos Jedi.
Pero esa aparición especial, en la que ambos aparecerían calzados en las armaduras blancas de los soldados de asalto de la maligna Primera Orden, no está en la versión final de la película estrenada el pasado diciembre en Uruguay.
El problema fue la altura de los integrantes de la familia
real. William mide 1,87 metros, mientras que su hermano menor alcanza 1,85 metros. Y eso los hacía destacar demasiado entre el grupo de soldados que integraban en la escena, filmada en Londres en abril de 2016, y en la que interactuaban con el personaje DJ, encarnado por Benicio del Toro, dentro de un ascensor.
El diario inglés The Telegraph menciona que la regla de Star Wars señala que la altura máxima permitida para quienes porten el traje de soldados es de 1,80 metros. Y ese fue el factor clave para que eliminaran a los príncipes de la película, algo que no descubrieron hasta su avant premiere en Inglaterra, a la que asistieron.
Lo próximo de Star Wars será Han Solo: una historia de Star Wars, que llegará a los cines locales en el mes de mayo.