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Los puntos que ilusionan y los que preocupan de la celeste

El equipo mostró signos para ilusionarse y otros a ajustar
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18 de junio de 2018 a las 05:00
La pasión que despierta un Mundial a veces hace correr el riesgo de que el debate se desmadre. Por eso el partido debut de Uruguay en el Mundial merece pasar por el tamiz del frío análisis. Claro, en este país futbolero no hay medias tintas. Para algunos, el gol de Josema Giménez tapó cualquier falencia y lo que importa es la victoria heroica; a otros, la victoria no termina de sacarles un rictus de preocupación. La realidad suele ir por el camino del medio. Es decir: el equipo de Tabárez logró una victoria fundamental, ante quien en los papeles es el rival más duro de la serie, y que además adquiere valor extra por la cantidad de equipos favoritos que no pudieron ganar en su debut. Pero también es cierto que la victoria dejó puntos a corregir, más o menos urgentes.

Hechos positivos

Juego de propuesta

El equipo cumplió con lo que se le había visto en los últimos meses: una intención de tratar mejor el balón, de no hacer tanto un juego de respuesta sino agregarle propuesta, sin abandonar el despliegue físico, la solidaridad táctica y la presión en la salida rival. Uruguay dominó el partido. No solo por el 57% de posesión –una estadística incompleta si se la analiza aislada- pero también tuvo más situaciones de gol y mucha mayor efectividad en los pases. Y de hecho, a pesar de que el gol llegó en el minuto 89, generó muchas ocasiones claras, particularmente tres de Suárez y dos de Cavani. Fueron muchas para un planteo rival tan defensivo. Y con un poco más de efectividad de sus delanteros estrella, el partido podría haberse abierto antes y generar más espacios para el equipo celeste. No se ganó sufriendo; el empate hubiese sido muy injusto.

Defensa sin aprietos

Si se analiza fríamente, Egipto no tuvo casi ocasiones claras de gol. El máximo peligro lo dieron los pocos contragolpes en los que la defensa uruguaya quedó mal parada, pero lo terminó resolviendo la zaga. Muslera fue un espectador en buena parte del encuentro. Era un punto importante, teniendo en cuenta que muchas veces, por atacar un poco más, se descuidan los objetivos originales. Quedó claro que Tabárez sigue pensando de atrás para adelante, pero le agregó más control de la pelota, lo que transforma a Uruguay en un equipo más peligroso, que no solo necesita a Suárez y a Cavani para que resuelvan todo arriba. Es más imprevisible.

Quedó bien posicionado

Uruguay cumplió con lo que Argentina, Alemania y Brasil no: arrancar con victoria. Ahora se enfrenta al rival más débil del grupo, y por más que no puede confiarse, debería llevarse una victoria cómoda y seguir evolucionando en su cambio de matriz de juego. Además seguramente no sufra tanto la falta de espacios ante un rival que suele salir a atacar a pesar de su pobreza de recursos.

Hechos negativos

Faltó volumen de juego

Que Uruguay haya dominado a Egipto no significa que haya conseguido una receta perfecta. En el primer tiempo tuvo la pelota pero le costó mucho generar volumen de juego. Si clasifica a octavos, se encontrará con rivales mucho más duros, que lo obligarán a ajustar su plan y recurrir a más defensa. Eso lleva a un punto importante: el nuevo esquema aún no ha sido probado ante grandes rivales.

El momento del cambio

Cierto que a muchos no le gustaba como jugaba Uruguay, pero el cambio también plantea la pregunta: ¿es momento para cambiar un esquema que lleva años? Tabárez siempre ha manifestado que juega con los jugadores que tiene: con más futbolistas de buen pie y afán ofensivo, ha ajustado la mira.

¿Hay equipo para jugar así?

Diego Forlán, uno de los bastiones históricos del proceso, hizo algunas puntualizaciones importantes el viernes en Canal 12. "Se habla de que De Arrascaeta no tuvo un buen partido. Pero la verdad no es culpa de ellos, es culpa del sistema. Nosotros queremos jugar a una cosa y estamos medio medio".
"Tenemos dos jugadores que técnicamente juegan a otro fútbol. Los demas no. En equipos como España o Brasil, los defensas están en la mitad de la cancha. Godín y Josema están atrás, no se van. Por eso todo el mundo destaca la solidez defensiva de Uruguay. No sabemos jugar en triángulos hacia arriba. No tenemos salida de los laterales, tenemos uno que defensivamente es muy bueno (Cáceres) pero ofensivamente juega con pierna cambiada. Además tanto Luis y Edi jugaron muy centrados. Ninguno cayó a las bandas. No voy en contra del Maestro, él sabrá por qué. Cuando entraron Cebolla y Pato, con un poquito nada más cambio el equipo.

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