Luca está disponible desde el 18 de junio en Disney+
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > DISPONIBLE EN DISNEY+

Luca: lo nuevo de Pixar es una sencilla y divertida historia sobre la amistad, ideal para ver en familia

Ambientada en la costa italiana en la década de 1960, la película sigue a dos monstruos marinos infiltrados en un pueblo humano, y ofrece una hora y media de pura diversión
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27 de junio de 2021 a las 05:05

Ligera como una brisa veraniega y divertida como una tarde en la playa. Así se puede presentar a Luca, la nueva película de Pixar, que se estrenó el pasado viernes en Uruguay en la plataforma Disney+, y que ofrece un simpático y entretenido plan familiar, a la vez que funciona como una contracara a las obras más metafísicas y portentosas del estudio de animación, como la reciente Soul. Esas son las que se llevan los Oscar, mientras que las películas como Luca son las que provocan unas cuantas risas y ayudan a olvidar los horrores del mundo por un rato.

Un soplo de luz, color y calor en este invierno uruguayo, la película se ambienta en la costa de la Riviera de la Liguria italiana en la década de 1960, y tiene como protagonista al niño del título, un monstruo marino que vive junto a su familia bajo el mar y se dedica a pastorear a unos peces/oveja que todo el tiempo amagan con escaparse. Frustrado con su vida monótona y en un acto de rebeldía contra los estrictos mandatos de sus padres, que pretenden llevarlo a vivir con un peculiar tío a las profundidades del océano, Luca hace la gran Ariel de La Sirenita, asoma la cabeza por encima de la superficie y conoce a Alberto, otro integrante de su especie que se ha radicado en tierra firme.

Los dos jóvenes se hacen amigos, y gracias a la habilidad que les permite asumir apariencia humana cuando salen del agua —su verdadera apariencia solo se hace patente cuando se mojan—, comienzan a explorar el mundo humano, encarnado en el pueblo costero italiano de Portorosso. Obsesionados con las motos Vespa, los dos amigos tratarán de adquirir una, aunque ese plan quedará pronto eclipsado por otro desafío: un triatlón del pueblo compuesto por pruebas de natación, ciclismo y –el toque italiano– la ingesta a toda velocidad de un plato de pasta. Ambos se inscriben a la competencia como favor a Giulia, una habitante local con la que traban amistad, y con la que formarán equipo para derrotar a Ercole, el bully de la localidad y campeón vigente.

El gran problema para Luca y Alberto, además de que el primero se fugó de su casa, es que los humanos temen a los monstruos marinos como ellos, y en caso de que se devele su secreto, algo que siempre está a punto de suceder, sus vidas correrán peligro.

Luca es un monstruo marino que se obsesiona con los humanos y se infiltra entre ellos

Lejos de las reflexiones sobre la existencia del alma, el funcionamiento del subconsciente o el envejecimiento, Luca es una historia simple sobre la amistad, el descubrimiento y la maduración (ese subgénero llamado en inglés coming of age), en la que el mensaje final se transmite de una forma sencilla, pero que tampoco es central a la conclusión de la historia.

En el fondo, Luca es una historia sobre la aceptación de lo diferente y de uno mismo, y del peligro de los prejuicios, que cada espectador puede llevar hacia el reflejo del mundo real que quiera: algunos verán un romance subyacente entre Alberto y Luca que les recordará incluso al amor de verano de Elio y Oliver de Llámame por tu nombre —la ambientación italiana ayuda a la comparación—, y el hecho de que tengan que esconder su aspecto real como una analogía con la vida de integrantes del colectivo LGBTQ. De todos modos, el director de Luca, el italiano Enrico Casarosa, ha dicho que no lo veía de esa forma, sobre todo considerando que sus protagonistas son preadolescentes.

Otros, en tanto, podrán verlo como una analogía a la inmigración ilegal, con personas que llegan desde el mar en busca de una nueva vida y que son vistas con recelo por los nativos, como sucede actualmente en Europa, incluso en Italia, con la llegada de inmigrantes en balsas. Incluso puede verse sin mensajes sociales o políticos y pensar simplemente en ese momento de la vida en el que los niños empiezan a crecer y a sentirse un poco raros consigo mismos, pero también a definir los sueños que perseguirán en su vida.

Cualquiera sea la lectura que se haga, lo cierto es que en Luca las pretensiones son bajas, y lo más importante es la diversión. Una historia directa, accesible para cualquier público y con unos cuantos guiños, sobre todo musicales y cinematográficos, a la cultura pop italiana de mediados del siglo XX, con canciones de Rita Pavone y Edoardo Bennato (si, el de la canción de Italia 90) en su banda sonora.

Pero ojo, que aunque esta película seguramente no entre al panteón de Pixar junto a Up, Wall-E, Intensa-mente, Toy Story y Coco —probablemente la última gran obra del estudio—, también regala escenas y escenarios bellísimos.

Luminosa y colorida, más allá de la hermosa recreación de la costa italiana hay también varias escenas oníricas en los que los responsables de la animación se permiten juegos fantásticos y hasta una referencia al cine de Hayao Miyazaki, el responsable de Studio Ghibli, que seguramente también es recordado con el nombre del pueblo pesquero donde se infiltran Luca y Alberto, dada la cercanía de su nombre con el de Porco Rosso, película del maestro japonés de la animación que se ambienta en la costa italiana en el período entreguerras.

Ágil, directa y entrañable, Luca permite pasar una hora y media de alegría y entretenimiento puro frente al monitor o la televisión, ya que fue estrenada solamente en streaming. Eso que puede interpretarse como una decisión de parte de Disney, el dueño de Pixar, de ofrecer un estreno de peso en la plataforma Disney+ para captar público, o como una falta de confianza en la película en comparación con otras producciones del estudio con más abolengo que se estrenaron en cines en los países donde estaban abiertos, o en la plataforma, pero con un sistema de “acceso premium”, lo que significa que el espectador paga aparte para verla o espera un mes y medio para verla gratis.

La amistad y la aceptación de las diferencias son dos temas recurrentes en Luca

Luca no generará discusiones sobre si está pensada para niños o adultos, ni peleará probablemente estatuillas doradas. Pero no por eso es inferior a otras producciones de Pixar, que demuestra también que puede hacer historias más sencillas y livianas, que igual encantan y hacen disfrutar. Y a veces, que una película pueda hacer eso bien, ya es mucho.

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