Javier Conde
Es periodista de la sección Mundo de El ObservadorMundo > "Quisieron matar una idea"
Lula "con un corazón solo para el amor" arremetió contra la "justicia corrupta"
El regalo del 74 cumpleaños de Luiz Inácio Lula da Silva llegó 12 días después, cuando este viernes el juez de ejecución de penas Danilo Pereira Júnior ordenó sin dilaciones su liberación inmediata, tal como había solicitado la defensa. Volvió a pisar las calles el expresidente encarcelado desde el 7 de abril de 2018 en la sede la Policía Federal de Curitiba, al sur de Brasil, condenado a ocho años y 10 meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
La primera caminata fue muy corta y solo una hora y media después de su liberación. Una plataforma rápidamente armada frente al recinto donde pasó estos últimos 19 meses recibió al exmandatario que, rodeado de multitud de partidarios que se desplazaron a Curitiba, lanzó un fuerte ataque contra la justicia brasileña y el gobierno de Jair Bolsonaro.
"El lado corrupto de la justicia, el lado corrupto de la acusación, el lado corrupto de la Policía Federal, el lado corrupto del IRS (Servicio Interno de Impuestos) trabajaron para tratar de criminalizar a la izquierda, criminalizar al PT (Patido de los Trabajadores), criminalizar a Lula".
Llamó "mentiroso" a Bolsonaro, apuntó contra el exjuez Sergio Moro, actual ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, quien lo había condenado, y auguró un país mejor porque en su corazón de 74 años "solo tiene espacio para el amor". Afirmó que se iba sin odio y que "el amor es el que ganará este país". Y reafirmó que "no encarcelaron a un hombre, quisieron matar a una idea"
Lula recobró su libertad porque el jueves, después de semanas de debate, los 11 magistrados del Supremo Tribunal Federal (STF) decidieron por un ajustado 6 a 5 modificar un criterio vigente desde hace tres años y que resultó clave en la denominada operación Lava Jato que remeció el mundo político brasileño: el nuevo fallo prohíbe el encarcelamiento de personas que no hayan agotado todos los recursos legales disponibles. Es decir, que la sentencia no sea firme.
El caso de Lula es uno entre 5000 que podrán beneficiarse de la decisión del Supremo. Sin duda, el del expresidente era el más célebre y el más esperado por una parte del polarizado Brasil, que presenció la defenestración del popular líder y ahora asiste a su regreso a la arena política.
La deliberación de los magistrados fue televisada en directo y seguida en tensión por los brasileños hasta el decisivo voto del presidente del STF, Antonio Dias Toffoli, que rompió la paridad y otorgó la argumentación jurídica para la liberación de Lula da Silva y los demás presos, aunque algunos de esos casos, por mayor peligrosidad, se someterán a prisión preventiva.
580 días
El 12 de julio de 2017, el entonces juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, condenó a Lula por haber recibido un apartamento triplex de 297 metros cuadrados —cuatro habitaciones, piscina y espacio para barbacoa— en el balneario paulista de Guarujá a cambio de favores políticos a la constructora OAS, un conglomerado empresarial brasileño fundado en Salvador de Bahía hace más de 40 años y con operaciones en varios países del mundo.
Ese caso confinó a Lula durante 580 días hasta la tarde de este viernes a esos 15m2 que le asignó la Policía Federal de Curitiba en los que se volcó a la lectura, "más que en cualquier momento", y a ver videos de debate como consigna un despacho de AFP. "Sin permitir, como declaró, que el odio y la rabia se apoderen de mi vida porque quiero salir bien y fuerte".
Sobre el expresidente pesa otra condena de 12 años y 11 meses de prisión por un caso similar, solo dictado en primera instancia y aún no confirmado en segunda. Tiene, además, otros procesos abiertos, todos relacionados con corrupción, de los que se declara inocente y víctima de una "persecución judicial".
Un patrón común que acosa a otros personajes emblemáticos de la escena política latinoamericana. Como la expresidenta y recién electa vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; también al hombre fuerte de Colombia Álvaro Uribe, al expresidente ecuatoriano Rafael Correa, y al expresidente peruano Pedro Pablo Kuczynski que cumple una orden de arresto domiciliario por 36 meses.
Bolsonaro calla, hablan otros
El presidente brasileño guardó silencio. En un acto en Brasilia hizo una referencia indirecta al caso al alabar el papel de su ministro Moro en la lucha anticorrupción, pero rechazó frente a los periodistas hacer cualquier comentario sobre el hombre que esperaba que se "pudriera en la cárcel".
Moro, sin embargo, el jueves emitió un comunicado en el que manifestó su respeto a la decisión del Tribunal Supremo.
Las noticias llegaron del sur y el norte. El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, saludó la liberación del exmandatario. En un mensaje en Twitter escribió que "Conmueve la fortaleza de @LulaOficial para afrontar esta persecución (solo esa definición le cabe al proceso judicial arbitrario al que fue sometido). Su entereza demuestra no solo el compromiso sino la inmensidad de ese hombre. ¡Viva #LulaLivre!".
Fernández había abogado por su liberación el día del cumpleaños de Lula y en medio de la votación que lo eligió como el próximo presidente de Argentina. Un gesto que irritó a Bolsonaro, quien anunció que no acudiría a su investidura del próximo 10 de diciembre.
También Cristina Fernández se sumó al #LulaLivre, al tuitear que "cesa hoy una de las aberraciones más grandes del Lawfare en Latinoamérica".
Desde el Palacio de Miraflores en Caracas, Nicolás Maduro saludó al "hermano Lula" con un "¡Qué viva Brasil!, ¡Qué viva Lula!, ¡Qué viva la unión de nuestra América!".
