Lula dijo que Zelensky no puede querer todo y debe negociar para alcanzar la paz en Ucrania

Estas declaraciones, consignadas en un cable de la agencia AFP, se dieron antes del viaje que Lula reprogramó a Beijing y que comenzará el próximo martes 11. A la vez, el presidente brasileño agregó: “Volodimir Zelensky no puede tampoco quererlo todo". 

Eso, a su criterio, y para encaminar un diálogo sostenible, significaría que Ucrania reconozca la autonomía de la península de Crimea, la estratégica base naval de Sebastopol en poder del zarismo desde 1783 y que perduró en poder de Moscú durante la era soviética. En 2014, cuando cayó el presidente pro-ruso Viktor Yanukóvich, las autoridades de Crimea organizaron un referéndum en el que se preguntaba a los ciudadanos si querían independizarse de Kiev y unirse a Moscú. 

El 95,5% de los votantes, de acuerdo con los datos oficiales, apoyaron la opción de unirse a Rusia. Kiev lo desconoció y reclama la soberanía sobre esa península. El punto de Crimea es menos controvertido que la presencia de las tropas rusas en el este ucraniano, la llamada República del Donbás.

Los dichos de Lula durante un encuentro con periodistas en el Palacio presidencial del Planalto, en Brasilia, se dan días antes del viaje que suspendió por problemas de salud hacia Beijing. Sin duda, el diálogo entre el presidente chino Xi Jinping y Lula tendrá como asunto destacado la propuesta china de diálogo por la paz de diez puntos, pero que no contempla la retirada de efectivos rusos para sentarse a dialogar, cosa que Zelensky rechaza.

"El mundo necesita tranquilidad. Necesitamos encontrar una solución a la guerra", agregó Lula quien tendrá una nutrida agenda de Estado y cuya visita oficial se extenderá hasta el sábado 14 de abril.

No cabe duda de que Beijing se convirtió en una de las capitales donde más se conversa sobre la guerra de Ucrania. Hace pocos días estuvo allí Pedro Sánchez, el presidente de España. Luego fue el turno del francés Emmanuel Macron y de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comunidad Europea.

Con todos ellos, Xi Jinping habló de cómo encaminar el diálogo sobre la guerra, pero también sobre temas comerciales y de inversiones externas. El comercio entre el viejo continente y la potencia asiática muestra cada vez más elevadas importaciones chinas y exportaciones europeas estancadas. Ese desbalance comercial es un rompedero de cabeza para los políticos y también para los empresarios europeos. 

Desde 2009, Brasil tiene a China como principal socio comercial y en 2022 las exportaciones brasileñas hacia puertos chinos alcanzó los U$S 150.500 millones, con un superávit para Brasil de U$S 29.000 millones. Por lejos, las oleaginosas y las carnes son los principales productos demandados por China, que tiene 1.400 millones de habitantes. Según datos oficiales, más del 30% de las exportaciones brasileñas van hacia el gigante asiático, mientras que más del 22% de sus importaciones provienen de allí. 

La semana anterior del viaje reprogramado, se supo que Brasil y China dieron los primeros pasos para establecer el comercio bilateral en monedas locales, excluyendo al dólar. Se firmaron dos acuerdos durante el Seminario Económico Brasil-China, realizado en Beijing.

El primer acuerdo establece que el banco brasileño BBM, con sede en la ciudad de Salvador y controlado por el chino Bank of Communications (BoCom), ingresa en el CIPS (China Interbank Payment System), que permite las transacciones en monedas locales. 

"La expectativa es la reducción de costos de transacciones comerciales con cambio directo entre el real y el yuan" y el BBM será el "primer participante directo de ese sistema en Suramérica", apuntó un comunicado de la Agencia Brasileña de Promoción de Exportaciones e Inversiones. 

Lula tenía previsto estar presente en la firma de los acuerdos, pero una neumonía lo obligó a postergar el viaje. Sin embargo, 240 empresarios, diputados, senadores y gobernadores de distintos signos políticos estuvieron presentes en el Seminario Económico Brasil-China.

En total, la misión oficial brasileña firmó 20 acuerdos en el área comercial, protocolos fitosanitarios, de tecnología, desarrollo, transición energética y otros ámbitos de colaboración en el marco de la asociación estratégica bilateral.

Respecto de la guerra en Ucrania, Lula propuso crear un grupo de países que puedan favorecer el diálogo y se mostró "confiado" de que a su regreso de Baijing ese grupo "estará creado". Cabe destacar que Celso Amorim, principal asesor de Lula para asuntos internacionales, se reunió con Vladimir Putin el 25 de marzo en Moscú, donde abordaron este tema aunque no se sabe qué pudieran haber acordado.

"Decir que las puertas están abiertas para la negociación de paz sería una exageración, pero afirmar que están cerradas tampoco es verdad", dijo Amorim tras el encuentro con Putin.

A su regreso de Beijing es probable que Lula viaje a Tokio ya que el primer ministro de Japón, Fumio Kishida invitó este viernes al mandatario brasileño a participar en la cumbre del G7 que se celebrará entre el 19 y el 21 de mayo en Hiroshima.

Kishida, citado por la agencia nipona Jiji, dijo que "la violación del derecho internacional por parte de Rusia y sus amenazas nucleares nunca deben tolerarse". El primer ministro japonés dialogó el viernes por teléfono con Lula, según informó el Ministerio japonés de Exteriores en un comunicado. 

En Hiroshima donde Estados Unidos tiró la primera bomba atómica en agosto de 1945, estarán presentes los jefes de estado del G-7 y otros líderes de países que no forman parte de ese grupo. Entre ellos, estarán invitados el ucraniano Volodomir Zelensky, el mandatario surcoreano, Yoon Suk-yeol, el primer ministro indio, Narendra Modi, y el presidente indonesio, Joko Widodo.