Mel Brooks cumple 95: cuatro películas para homenajear a un maestro del humor de Hollywood

Nacido como Melvin Kaminsky en Nueva York, Brooks empezó a actuar luego de combatir en la segunda guerra mundial. Tras su debut como comediante de stand-up y como imitador en clubes nocturnos, en la década de 1950 pasó a trabajar en televisión, lo que fue su puerta de entrada al cine, aunque también hizo carrera en el teatro en Broadway. Para la pantalla chica fue, por ejemplo, el creador de la serie Súper agente 86, entre otros éxitos.

Sin embargo, sus proyectos de más alto perfil se dieron en el cine, con una docena de proyectos dirigidos además de otros en los que se desempeñó como guionista, actor y productor —incluyendo proyectos por fuera de la comedia como El hombre elefante, de David Lynch, en la que su nombre no figuró oficialmente para que el público no creyera que se trataba de una comedia—. Sus trabajos se caracterizaron por la sátira y la parodia, tanto de géneros cinematográficos como de películas puntuales, o también de eventos históricos.

Estas cuatro obras son algunas de las más representativas de su trabajo.

Los productores 

Estrenada en Uruguay como Con un fracaso...millonarios, su debut como director lo hace contando la historia de un productor teatral y un contador que deciden estrenar una obra deliberadamente fallida como parte de una estafa. Luego de encontrar un musical centrado en los nazis, se encuentran con un éxito impensado que los obliga a revertir su plan. Brooks ganó el Oscar a Mejor guion original pero también provocó una polémica por su temática, con la segunda guerra mundial mucho más fresca en la mente del público de ese momento. Sin embargo, con el tiempo se ganó su estatus de clásico, y tuvo una remake en 2005, también guionada por Brooks.

Locura en el Oeste

Inspirada por los wésterns clásicos del cine de Hollywood, esta película paródica plantea un duelo entre los habitantes de un pequeño pueblo y un gobernador local que busca echarlos de la localidad para construir nuevas vías de tren y facturar. Como parte de su plan, contrata a un hombre negro condenado a la horca como sheriff, con la expectativa de que los habitantes se escandalicen y se vayan, sin embargo, el nuevo alguacil se gana al pueblo y establece una oposición contra esta amenaza. 

El joven Frankenstein

Una de sus obras más conocidas, estrenada en 1974 y que guionó junto a Gene Wilder, protagonista de esta parodia del cine clásico de terror, en la que encarnaba a un nieto del célebre doctor que asumía la misión de retomar sus experimentos y revivir al monstruo. Además de sus componentes paródicos, la película toma elementos estéticos (como la fotografía en blanco y negro) y hasta decorados de las películas a las que homenajea. Brooks dijo en 2014 que la consideraba "su mejor película" como guionista y director, aunque no la más graciosa, y también fue adaptada como un musical.

Las locas, locas aventuras de Robin Hood

Uno de sus últimos proyectos como director, junto a Drácula: muerto pero feliz, y ya en la década de 1990, es una burla a las incontables adaptaciones cinematográficas del arquero del bosque de Sherwood, que no fue tan bien recibida como sus obras previas, pero que acercó el humor de Brooks a una generación más joven.