Angela Merkel reconoció el miércoles haber cometido "un error" al querer endurecer las normas sanitarias contra el covid-19 en Alemania para el fin de semana largo de Semana Santa y confirmó el abandono del plan que había provocado numerosas críticas.
"Un error debe llamarse error y, sobre todo, debe corregirse y, si es posible, a tiempo. Sé que esta propuesta ha causado una incertidumbre adicional, lo lamento profundamente y por ello pido el perdón de todos los ciudadanos", dijo la canciller alemana en un discurso tras una reunión de urgencia con los líderes de los estados regionales alemanes.
Esta idea de un endurecimiento de las medidas por cinco días durante Semana Santa fue pensada "con las mejores intenciones", según Merkel, para "desacelerar y revertir la tercera ola de la pandemia", pero "no se puede hacer en un lapso corto de tiempo".
El gobierno alemán renunció, por tanto, a imponer restricciones anticovid reforzadas para el fin de semana largo de Semana Santa, tras la críticas por estas medidas que incluían el cierre de tiendas y oficios religiosos organizados por videoconferencia, indicaron este miércoles fuentes gubernamentales.
La canciller y los 16 estados regionales, que habían decidido este dispositivo el lunes al término de más de doce horas de discusiones, tenían previsto reunirse este miércoles para nuevas negociaciones sobre el tema.
"La canciller invitó a los ministros presidentes [de los estados regionales] con poca antelación para hoy [miércoles] a las 11h00 y creo que hablaremos de manera muy crítica de lo que pasó hace dos días", declaró Armin Laschet en una reunión del parlamento del estado de Renania del Norte-Westfalia.
Las críticas contra la decisión de endurecer las medidas de restricción llegaron incluso desde las filas del gobierno.
El ministro del Interior conservador de Baviera, Horst Seehofer, dijo que estaba "asombrado de que, de todos los partidos cuyo nombre tienen una C [de cristiano] sugieran que las iglesias se abstengan de celebrar servicios, especialmente en Semana Santa".
Las organizaciones profesionales critican por su parte los anunciados cierres de negocios, en un contexto económico ya muy deteriorado, hasta el punto de que 120.000 tiendas están amenazadas de cierre definitivo en Alemania.
Estas críticas se reflejan en unas encuestas alarmantes para los conservadores del CDU-CSU, a los que hace unas semanas todavía se les auguraba la victoria en las elecciones de septiembre.
AFP
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