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Muebles para ejecutivos despegan a nuevos mercados
Todo surgió en una cena familiar, hace unos dos años. El dueño de Fumaya, Daniel Aliskevich, le planteó a su esposa y tres hijos –también directivos de la empresa–, la idea de construir una nueva planta para incursionar en mercados del primer mundo con la venta de muebles para oficina. El voto positivo fue unánime. El gerente comercial de la compañía, Matías Aliskevich, contó que todos trabajaron arduo para lograrlo.
La planta ya está en pleno funcionamiento desde enero y mañana se inaugurará oficialmente. Está ubicada en la zona de Paso de la Arena (Luis Battle Berres y Las Higueritas) en un terreno de 43.000 metros cuadrados, y supuso una inversión de US$ 1,5 millones. Aliskevich destacó que el proyecto no hubiera sido posible sin la ayuda financiera del Banco República y sin la declaración de interés nacional que obtuvo Fumaya por parte del gobierno.
El emprendimiento surgió como una necesidad de mejorar el proceso de fabricación, duplicar la capacidad productiva y disminuir los plazos de entrega de los muebles. Hoy, el 80% de la producción se comercializa en Uruguay y el 20% se exporta a Chile, Perú, Venezuela, Costa Rica y Paraguay.
El gerente comercial señaló que la flamante planta permitirá apuntar al mercado europeo y a EEUU. “Es un gran desafío, pero estamos convencidos de que nos irá bien. La meta es hacernos más competitivos. Tenemos las condiciones porque la construcción está en pleno boom en todo el globo, lo que incrementa la demanda de mobiliario”, agregó.
Otra etapa
Los directivos de Fumaya no sintieron nostalgia de abandonar la antigua fábrica de La Aguada. Es que la nueva es cinco veces más grande; ocupa 5.000 metros cuadrados y tiene un sector de otros 500 metros destinado a oficinas administrativas. El área de venta al público permanecerá en la calle Constituyente.
La construcción de la planta, además, es a base a bloques térmicos que permiten que la temperatura ambiente sea agradable en días de frío y calor.
Fumaya también pensó en las 85 personas que emplea y construyó en el terreno una cancha de fútbol con vestuarios para que se ejerciten luego del trabajo. “Nos acompañan hace 20 años y queremos que se sientan motivadas. Sin su respaldo, la mudanza tampoco hubiera sido posible”, dijo Aliskevich.
Novedades
La flamante fábrica también le sirvió a Fumaya como llave para gestionar otros negocios. De hecho, la compañía incursionó hace cuatro meses en el mercado local con la fabricación de equipamientos de cocina para grandes obras y hogares particulares.
“Ya hemos provisto a dos edificios de Punta del Este y a 15 casas en Montevideo”, reveló el gerente comercial.
La empresa fue fundada por su bisabuelo hace más de 70 años. Aliskevich expresó que si viviera estaría orgulloso porque desde 2003 hasta 2010 la compañía creció a un ritmo de 20% anual.
El 60% de las ventas de la firma en la plaza local corresponde a las sillas y escritorios para oficina, mientras que el restante 40% corresponde a estanterías y entrepisos metálicos.
“Los uruguayos son clásicos hasta para comprar muebles. Recién desde hace un año notamos que se la da mayor importancia al diseño. Hoy se piden colores vivos y madera más pronunciada”, señaló Aliskevich.
