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Murillo, el 9 que quiere Polilla y que vendía comida en la calle
No fue sencilla la vida para el 9 que quiere Peñarol. El hombre la peleó para ganarle a la vida. Y su hambre de gloria queda patentizada en su pasado. Miguel Ángel Murillo salía todos los santos días a pelearla por las calles de su ciudad. Por aquellos años se ganaba la vida ayudando a su madre a vender comida en la calle. "Ella solita salía a las calles a vender frutas, pescado, para que sus hijos pudiéramos sobrevivir. Gracias a ella el sustento diario siempre lo tuvimos. En mis ratos libres la ayudaba, ella con el platón y yo con el canasto a vender de todo en la calle. Hasta el mediodía porque de tarde debía ir a entrenar", contó a la Revista El Cali.
¿Cómo se inició el 9 que quiere Polilla para Peñarol? Como muchos, en el club de su barrio. Luego pasó a escuelita Eymar Fútbol Club donde lo fundamentaron. Llegó posteriormente a la división profesional de América dirigido por el reconocido profesor Umaña. Pero por problemas económicos no se pudo quedar.
Se probó en Tolima, pero no quedó. Y contó: "Tuve la fortuna de llegar a la sub 19 de Pereira donde marqué 9 goles en 12 partidos y ser observado por Jarin Gorayeb que me llevó a Cali".
El día de su debut profesional el ténico era el uruguayo Julio Comesaña, hoy en Sud América, quien deslumbrado por lo que había observado y ayudado por los comentarios de sus asistentes, lo puso a jugar.
Fue goleador y campeón con el Cali. A fines del año pasado Boca le puso en la mira y soñó con jugar con Tévez, pero parece que terminar haciéndolo con Diego Forlán.
El técnico de Peñarol, Jorge Da Silva, le abrió la puerta de Los Aromos. Lo considera un jugador distinto para el medio.
"Vi muchos videos de él, tengo mucha información de él y fue todo muy positivo, es un chico joven que si bien esta última etapa no tuvo tanta continuidad, fue goleador. Es un jugador diferente para nuestro medio. Nos podría dar opciones diferentes a las que tenemos en el plantel".
