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Murió el expresidente chino Jiang Zemin: una charla con Batlle que ayudó a bajar tensiones con EEUU
En el convulsionado mundo de principios del siglo XXI, varios meses antes que dos aviones se estrellaran contra la torres gemelas en Nueva York, las relaciones entre China y Estados Unidos pasaban por uno de los momentos más álgidos desde que Henry Kissinger fuera la punta de lanza para el acercamiento de su país con el gobierno de Mao Tse Tsung a principio de los 70.
La temperatura se había elevado a raíz de un incidente aéreo. Un avión estadounidense que realizaba actividades de espionaje en El 1° de abril de 2001 en el Mar del Sur de China, próximo a la isla de Hainan, había chocado con un avión de combate de la Armada del Ejército Popular de Liberación. La colisión había obligado al avión estadounidense, con 24 tripulantes abordo, a descender en Hainan en donde fueron detenidos e interrogados, mientras se procedió a la incautación de la aeronave. Durante diez días escaló la tensión entre Beijing y Washington, hasta que la administración estadounidense accionó diplomáticamente para bajar el pulso de la situación.
Nueve días después del "accidente" aéreo y cuando la situación aún era compleja, el presidente chino Jiang Zemin llegó a Montevideo en visita oficial. El 10 de abril de 2001, llegó el mandatario chino al Aeropuerto Internacional de Carrasco en donde fue recibido con los honores protocolares de estilo y en una ceremonia que incluyó una salva de 21 cañonazos.
A media tarde depositó una ofrenda floral al pie del monumento de Artigas en la Plaza Independencia y luego se trasladó a la vieja Casa de Gobierno, en donde mantuvo una audiencia con el presidente Jorge Batlle.
La reunión, dispuesta en la sala en donde solía sesionar el Consejo de Ministros, contaba con integrantes de las dos delegaciones lo cual también incluía traductores para facilitar la comunicación.
Sin embargo, Batlle sorprendió a todos los presentes cuando le empezó a hablar a su par chino en alemán. El presidente uruguayo había ido al Colegio Alemán y sabía que Jiang también dominaba el idioma.
Los mandatarios estuvieron un buen rato conversando ante la mirada de varios testigos que no podían descifrar el contenido la charla. Pocas horas después, en una cena en el edificio Mercosur, el presidente chino le comentó a Batlle que estaba con dificultades para establecer un canal de comunicación fluida con la Casa Blanca. El uruguayo, entonces, le sugirió que la mejor forma de llegar al republicano George W. Bush era a través de su padre, quien también había sido presidente una década antes y que en el momento del acercamiento con China defendía los intereses de Estados Unidos en Naciones Unidas.
La visita de Jiang siguió su curso protocolar en Montevideo: fue recibido por el intendente Mariano Arana, por el vicepresidente Luis Hierro López y por la Suprema Corte de Justicia. También dio una conferencia de prensa en la que abordó los temas bilaterales y fue consultado por el polémico caso del avión estadounidense.
"Teniendo en cuenta los importantes papeles de ambos países, creo que debemos encontrar una solución adecuada a este problema. He llevado ya una semana fuera de mi país y otras autoridades quedaron en el país que tratan de buscar una solución al problema. Confío en su capacidad de resolver adecuadamente este problema", dijo el presidente chino.
Sin embargo, parte de la solución al problema se la estaba llevando de forma inesperada de una visita a Montevideo en la que pudo practicar su alemán.
Seis meses después de esa conversación, el presidente de Estados Unidos se encontró con su par uruguayo en Nueva York, en donde se celebraba la Asamblea General de las Naciones Unidas. "Le tengo que agradecer que usted le dio un consejo al presidente de China que funcionó", le dijo Bush, algunos meses antes de que Batlle tuviera que acudir a él por otra crisis.
