El pasado martes Nelson Marcenaro lamentó en su cuenta de Twitter el fallecimiento de Néstor Montelongo. Al día siguiente felicitó a su hermano Roland por haber sido nombrado como el mejor entrenador de la temporada 2020 en la Segunda División. Este jueves, a los 68, falleció de un infarto.
Se fue así un hombre que no solo escribió con mayúsculas su historia en el fútbol sino que una persona muy especialmente querida en el ambiente deportivo ya que desde 2014 dedicó su tiempo y su vida a juntar alimentos y a conseguirle facilidades de vivienda a exjugadores de fútbol necesitados por razones económicas.
Marcenaro comenzó su carrera profesional con 15 años jugando en Progreso en la B. Se desempeñaba como volante central. En 1971 fue convocado para una selección preolímpica y el entrenador Ricardo Zamora lo colocó de zaguero izquierdo, puesto en el que hizo el resto de su carrera. Walter "Cata" Roque lo llevó a Portuguesa de Venezuela en 1971 donde compartió equipo con el campeón mundial Jairzinho.
En 1978 pasó a Peñarol con el que fue campeón uruguayo en 1978, 1979, 1981 y 1982. En ese último año conquistó la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental.
Integró la selección uruguaya que conquistó el Mundialito de 1980.
Pasó a Cerro en 1984 y se retiró en 1985 en Emelec de Ecuador.
En 2014 creó la agrupación Nostálgicos del Fútbol con el fin solidario de dar una mano a excompañeros de fútbol de su época.
La idea surgió a raíz de la situación que atravesaba de su excompañero en Peñarol, Juan Vicente Morales.
El 23 de agosto de 2020 confesó a Referí que subastó su medalla de campeón Intercontinental de 1982 para ayudar a Morales: "Antes de ir a Japón por la Intercontinental, me desgarré y no fui. Cataldi me dio la medalla. Recuerdo que hace poco la subasté porque precisábamos capital para colocar a Juan Vicente Morales en una casa de salud".
En esta nota, Marcenaro hizo esa revelación y además repasó su carrera explicando cómo padeció y se recuperó de un ACV sufrido en marzo de 2020.
El hombre se las ingeniaba para ayudar a los futbolistas de cualquier forma, como quedó patente en esta nota que le hizo un hincha que fue en busca de su autoógrafo para hacerle un regalo a un amigo.
"Acá no tenés fecha de cuándo te morís", le dijo a Referí en la entrevista del 23 de agosto del año pasado. La muerte lo sorprendió a los 68 años pero no podrá borrar la huella que dejó como futbolista ni, mucho menos, su obra solidaria para ayudar a los necesitados.
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