Leandro y Brian Lozano: sobrino y tío, Nacional y Peñarol... el domingo estarán frente a frente en el clásico

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Nacional vs Peñarol: Leandro y Brian Lozano, sobrino y tío, de esquivar las balas y la droga a ser protagonistas del clásico

El Nacional vs Peñarol de este domingo tendrá cara a cara a sobrino contra tío que se criaron como hermanos en el barrio Lavalleja y con el fútbol en la sangre
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01 de septiembre de 2022 a las 16:21

Entre las historias y vínculos que tendrá el clásico Nacional-Peñarol del próximo domingo (15:30) en el Gran Parque Central, se destaca la que vivirán Leandro Lozano, lateral tricolor, y su tío Brian Lozano, volante de los carboneros.

Todo indica que ambos estarán cara a cara por primera vez como jugadores profesionales, ya sea si ambos arrancan como titulares o si coinciden algunos minutos en cancha.

Será un momento especial para estos dos futbolistas que si bien en los papeles son tío y sobrino, en la vida son como hermanos, ya que se criaron juntos bajo el mismo techo y en el mismo predio familiar.

Brian Avelino Lozano Aparicio, de 27 años, es uno de los 10 hermanos de la familia entre los que está el padre de Leandro Nicolás Lozano Fernández, el lateral tricolor de 23.

Brian en Defensor

Esos cuatro años de diferencia hicieron que el vínculo entre ellos fuera más cercano a la que suelen tener un tío y su sobrino.

“Para mí, es mi hermano”, dijo Brian, el Huevo, en mayo de este año en 100% Deporte de Sport 890. “(A) él, por la situación que tiene con su madre y con mi hermano, de toda la vida en la droga y esas cosas, lo criaron mis padres”, agregó el volante, quien no suele buscarle vueltas al hablar de cualquier tema, reconociendo la problemática de su contexto familiar.

“Nos criamos juntos, para mí es mi hermano y pasamos todos los días juntos”, agregó Brian, quien señaló que la relación entre ambos “es muy buena”, aún estando en filas opuestas en los grandes del fútbol uruguayo.

Ambos comenzaron a jugar al fútbol en las calles del barrio Lavalleja, un triángulo en el mapa montevideano entre Sayago, Peñarol, Casavalle, Barrio Borro y el Cementerio del Norte.

Brian y Luis Suárez

Una zona dura. “Yo me crié en el barrio Lavalleja, pegado al 40 Semanas. De chico viví muchos momentos donde salías a jugar al fútbol y se armaba una balacera y no sabías con qué te podías encontrar”, dijo Brian este año a Sport & Show de Sport 890.

“Era muy difícil no seguir el camino de la droga o la delincuencia, yo opté no seguirlo y dedicarme al fútbol. Hoy sigo yendo al barrio donde me crié porque ahí tengo familia y amigos. Es imposible no ir”, agregó.

El futbolista de Peñarol también contó: “Cada uno tiene su historia”. “A mí me tocó pasar momentos muy complicados de niño, temas de delincuencia, rodeado de la droga, tentaciones... Lo vivía con mi hermano, que él toda su vida ha estado en situaciones de droga. Hoy en día está muy bien en ese sentido, muchos años preso... Criarme en ese ambiente fue duro. Siempre supe lo que quería, nunca estuve en malos pasos, no me drogué, no tuve vicios, y eso fue por los valores de mi padre y de mi abuelo, que todos nos criamos en el mismo terreno. Fue duro”.

El volante relató en la charla algo que le ocurrió en mayo, cuando estuvo en Montevideo y fue a cenar a la casa de su familia en el barrio Lavalleja. “Fui a comer a lo de mi abuela, que todavía vive en el barrio, pasaron en un auto y tiraron una ráfaga con una metralleta, le dieron al auto que había alquilado y quedó todo agujereado”.

Brian Lozano en Peñarol

En las calles y campitos del barrio, Brian comenzó a jugar a la pelota, aunque de niño no le gustaba mucho. Arrancó en el fútbol infantil en Tacurú. Después, su representante hasta el día de hoy, Rubens Navarro, lo llevó a una prueba en Boca Juniors, pero no quedó por su físico diminuto.

Luego pasó a las juveniles de Bella Vista, desde los 14 años a los 17, y de ahí llegó a Defensor Sporting, donde se potenció físicamente y mejoró la alimentación en la casita del club.

En los violetas su historia es conocida. Debutó en 2014 de la mano de Fernando Curutchet, quien luego estuvo al frente de las juveniles de Peñarol y hoy está en ese rol en Nacional. Fue figura y lo fichó el poderoso América de México.

Luego, en 2016, llegó a Nacional, club con el que firmó para cumplir el deseo paterno. “En su momento tomé esa decisión para cumplir el sueño de mi padre, mi máximo ídolo. Me quedó una frase marcada de él, antes de debutar en Primera, cuando estaba internado, grave y cuando era difícil que salvara su vida, que me dijo que no se iba a morir sin verme jugar en Primera y Nacional. Eso me movió mucho. Y lo hice por él", dijo el talentoso futbolista recientemente, en su presentación en Peñarol, club del que es hincha.

Leandro Lozano en Nacional

Su padre superó esa complicada situación y lo vio con Nacional, en el que fue campeón uruguayo. Ahora también lo verá con los carboneros.

Leandro, por su parte, es tricolor 100%. Hizo todas las inferiores de los albos, fue capitán de la selección sub 20 que ganó la Libertadores juvenil de 2018 pero luego, al llegar a Primera, quedó libre.

En ese momento, Brian, que estaba en Santos Laguna de México, llevó a su sobrino al club azteca para que se probara durante dos semanas. “Lo llevé a la sub 20 de Santos, ahí estaba jugando de 5, el técnico de la sub 20 lo quería dejar, pero por una situación de cupos extranjeros no se dio. Con el tiempo le dije al presidente, con respeto, de que estaba la posibilidad porque teníamos un solo lateral derecho”.

Esa opción quedó en la nada. Leandro finalmente volvió a Montevideo y se fue a Boston River, donde recomenzó su carrera, convirtiéndose en un lateral seguro y de mucha entrega, lo que hizo que Nacional volviera a abrirle las puertas en este 2022.

Charly, como lo apodan, volvió a su “casa”, como contó a Referí. “Cuando se hizo oficial, me llama el día antes mi representante a las 10 de la noche para decirme que al otro día me tenía que presentar en Los Céspedes a las 8 de la mañana. Estaba con mi señora y le digo: 'Mañana arranco en Nacional'. ¡Una locura! Casi se me caen las lágrimas. Tenía que estar a las 8 y llegué a las 7 de la mañana a Los Céspedes, por la ansiedad que tenía, y estaba Camilo Cándido, era el único jugador que había, y me recibió de buena manera. Fue divino”.

La vuelta de Leandro a Nacional

Para Brian, la llegada de Leandro a Nacional fue “una alegría inmensa”.

“Yo estaba más nervioso que él cuando se planteó la posibilidad de su vuelta al club. En un momento parecía que se caía o que iba. Estaba re-nervioso”, señaló. “Era una oportunidad que se merecía. En su momento, cuando se fue, creo que no fue tan justo la forma en que se fue. Pero él es una persona muy agradecida, se fue muy agradecido de Nacional, fue a Boston River e hizo las cosas muy bien y hoy tiene la oportunidad de estar en su casa, en el club al que le tiene un cariño muy grande”.

Ambos futbolistas suelen hacerse correcciones y darse consejos sobre sus partidos.

A los pocos meses de la vuelta de Leandro a Nacional, Brian regresó al fútbol uruguayo para cumplir su sueño: jugar en Peñarol, el club del que es hincha.

El enganche llega en un momento especial, tras revelar que no la estaba pasando bien en México y quería mejorar su "salud mental".

“Estar cerca de mi familia en todo esto es muy importante. Cuando llegan las vacaciones algunos eligen ir a la playa, pero yo prefiero venir a disfrutar con mi familia y amigos, en mi barrio”, dijo en su presentación en Peñarol. “Esto puede ser muy importante para retomar las bases, e implica perder en algunos aspectos para recuperarse en otros. Hoy estoy haciendo un gran esfuerzo en lo económico, pero en lo deportivo no estoy dando ningún retroceso. Trataré de recuperarme para volver a sentir la pasión del fútbol”, dijo.

Además, con total naturalidad habló de su pasado tricolor. “No me pesa haber jugado en Nacional. Me formaron con muchos valores. En su momento tomé esa decisión para cumplir el sueño de mi padre, mi máximo ídolo”, dijo.

Lozano en el lateral

El domingo, Brian volverá al Gran Parque Central y se reencontrará con Leandro. Habrá algún saludo, quizás alguna foto y por qué no algún insulto como cuando los hermanos Milito se cruzaban en Avellaneda. ¿Cambio de camiseta? Parece difícil.

“Me lo como, seguro”, dijo el Huevo, bromeando, sobre lo que pasará si quedan mano a mano en la cancha, donde este domingo ambos "hermanos" vivirán un partido especial.

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