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Oro, una revista que quiere recuperar la tradición del papel y combatir el vacío con literatura

Daniel Mella y Gastón Atchugarry están detrás de esta propuesta que reúne escritores consagrados y emergentes, y que pretende recuperar una tradición que se cortó
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13 de mayo de 2023 a las 05:04

No hay declaración de principios, ni bienvenida, ni editorial, solo una suerte de puerta: un gallo gigantesco, en escala de grises, que se para orgulloso bajo la tipografía y que le da paso a la literatura. Porque esa es, sin demasiadas vueltas, la intención de Oro: que la zambullida sea directamente en los textos, que nada prepare al lector, que el impacto contra el papel (de diario) sea como darse la cara contra las baldosas, pero manteniendo la sonrisa intacta, esa que se produce cuando el encuentro con la primera revista literaria uruguaya impresa en mucho tiempo —una que aparece como una suerte de vaso de agua no salada en medio de un desierto inundado por OSE— se da.

El primer número de Oro salió a la venta en la segunda mitad de abril. Su publicación será trimestral, se consigue por vía directa a través de sus redes o en librerías —más detalles al final— y hasta ahora para sus creadores el eco generado es una sorpresa y una gratificación. La preventa superó con creces las expectativas, en la fiesta de lanzamiento el lugar elegido les quedó chico para las 300 personas que cayeron, y toda la repercusión de las últimas semanas ha redoblado las ganas de apostar por un camino que definen como "a contracorriente" y que pretenden que no sea un amor de pocos números. Oro quiere perdurar, extenderse, cruzar las fronteras uruguayas, tratar de impulsar otra vez un ecosistema de revistas literarias que retome de alguna forma un legado aferrado a las raíces rioplatenses.

Sus creadores son el escritor Daniel Mella  —que oficia como editor—, Gastón Atchugarry —director—, y Juan Palarino —diseñador—, pero los dos primeros se han encargado de oficiar en estos días de presentadores o maestros de ceremonia, y lo mismo hacen en esta nota, en la que la charla en torno al número 1 de Oro empieza por la idea de un vacío.

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"El año pasado estuve todo el tiempo con esta idea, que no sé de dónde vino, de que había un vacío en Uruguay de revistas literarias —empieza Mella—. ¿Por qué se me ocurrió eso? No sé. No soy un emprendedor, yo escribo, tengo mis talleres y listo. Pero la idea seguía, y pensé que si yo la estaba pensando, también alguien más. Se lo mencioné a un par de personas, no para conseguir apoyos sino para ver qué eco tenía, y todos me dijeron 'no, acá en Uruguay es imposible'. Pero como la idea seguía, un día lo crucé a Gastón y le dije: 'quiero hacer una revista literaria'. Y me contestó: 'pero ese es mi sueño. Yo quiero tener una revista literaria'. 

"Las revistas literarias me dan una nostalgia de algo que no viví", agrega enseguida Atchugarry. "Es una buena sensación. Ese fue el inicio y así nos embarcamos. Sin tener idea. Improvisando todo. Preguntándonos ¿cómo acá no hay nada de esto acá? ¿No hay porque no hay interés en que haya? ¿O no hay porque es el momento y porque nadie tomó la iniciativa o nadie se lanzó? Apostamos a la segunda."

A lo que también apostaron, está claro y dicho, fue al papel. Y ese es uno de los focos de interés principales de Oro: existe solo en el mundo tangible, la revista solo se puede leer impresa, sin ningún tipo de contenido digital. Esa idea estaba clara desde el principio mismo de las cosas, desde la primera charla; imprimirían en papel de diario por los costos y por su "presencia" también. 

"Estamos viviendo en la era digital, y cuesta admitirlo pero quieras o no sigue estando un escalón por debajo. Está bueno que exista lo digital, pero el papel sigue teniendo una prevalencia", dice Mella, a lo que Atchugary suma: "Hoy se sigue leyendo papel como hace cinco mil años, y realmente ha enterrado a otras innovaciones tecnológicas que tuvieron su auge y caída. El papel sigue con nosotros. Respetamos esa historia, y la homenajeamos con esta revista. Además, la idea es que esto se mantenga. Supimos que la íbamos a hacer en papel de diario antes de tomar esa decisión a efectos económicos. Nos gustaba la imagen de alguien agarrando la revista y doblándola, poniéndosela abajo del brazo. Que se pudiera rayar si querés, anotarla, guardarla impoluta."

Por otro lado, Oro no está sola en su, si se quiere, quijotada. O al menos tiene un legado que retomar, hombros sobre los que pararse y mirar hacia adelante. El Río de la Plata tiene banca a la hora de configurar publicaciones literarias, y si bien el impulso argentino ha sido poderoso —de Sur a V de Vian, pasando por títulos más under como Cerdos & Peces—, Uruguay también dejó su estela con publicaciones como Número —fundada por Manuel Arturo Claps, Idea Vilariño y Emir Rodríguez Monegal en 1949—, Asir o Los huevos del Plata —creada por Clemente Padín en 1968—.

Dice Mella: "Cuando yo era guacho y tenía 19 o 20 años me empecé a juntar con Álvaro Buela, Elvio Gandolfo y laburaba en El Cultural, y ellos tenían, además de pasarme ejemplares cada vez que los visitaba, un montón de revistas porteñas. Había una que se llamaba V de Vian, que era como una revista fanzine, media punk y baratita, pero estaba buenísima y traía cosas a las que yo en esa época no podía llegar. Me acuerdo de lo que era leerla, era algo muy único, difícil de conseguir, lleno de nombres de autores que no conocía en ese momento. Y a mí me generaba la imagen de la gente haciendo ese tipo de cosas en secreto, clandestino, contra la corriente; creo que conecté con cómo a mí me inspiraban esas revistas o esos suplementos culturales, cómo realmente fueron una fuente. Y yo ahora estoy en contacto con un montón de gente que escribe, que está empezando a escribir, gente relativamente joven, y creo que hice ese cálculo de forma inconsciente. Me pregunté: ¿qué tienen ellos como lo que yo tenía en aquel momento? Nada."

Oro busca configurarse en medio de un cruce de varios diálogos. Como explicita Atchugarry, en la revista hay autores uruguayos y un par de argentinos; hay emergentes y consagrados; hay cuento, poesía, adelanto de novela; hay autores de la capital y del interior; hay una búsqueda de paridad en el género de las firmas. Hay una lista de nombres, y es la siguiente:

  • Magdalena Portillo
  • Dolores Reyes
  • Cecilia Pavón
  • Gustavo Espinosa
  • Natalia Parodi
  • Javier Castro
  • Leonardo de León
  • Fernanda Trías
  • Hernán Casciari
  • Eugenia Ladra
  • Inés Bortagaray
  • Magela Ferrero
  • Damián González Bertolino
  • Fabián Severo

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En la producción de Oro hay otras decisiones tomadas. Por ejemplo, que siempre habrá una entrevista central de Mella a un autor —en el primer número es Fernanda Trías; en el segundo será el chileno Alejandro Zambra—, y que también habrá espacio para un autor que no se dedica específicamente a la escritura —esta vez fue la fotógrafa y artista visual Magela Ferrero; próximamente será el actor Daniel Hendler—. Que tienen que corregir algunos detalles, por ejemplo, agregar algo de información de los autores, que en la primera edición no hay. Y finalmente que siempre se abrirá con un poesía.

Oro espera ser un factor de contagio. Atchugarry y Mella quieren ser el germen de un ambiente donde, en un años o dos, haya varias propuestas como esta a disposición. ¿Y por qué? Esto es lo que responden: "Porque una sola está buenísimo y es mejor que nada, pero no alcanza. Tienen que haber dos, tres, cuatro. Compitiendo, mejorándose entre sí. Eso es lo que hace a la vida cultural. Que aparezcan ya. Porque se puede."

Manual de instrucciones para armar una revista literaria

"Esta es una revista en algún punto caprichosa. Los autores que van a aparecer obedecen al capricho de mi gusto. Que sea conocido o desconocido no significa nada para mí si no me parece buena la literatura. Después, no le dimos una consigna específica a ningún autor, no hubo una temática especial. Era más que nada pedirles inéditos, ya sea un poema o un texto. Les planteaba que podía ser desde un cuento, hasta un fragmento de una novela en la que estuvieran trabajando, algo en proceso, un adelanto de algo que fueran a sacar dentro de poco. Si no tenían nada de eso o si preferían, que se dieran la chance de buscar en archivos viejos, cajones, proyectos abandonados o apuntes de diario, cartas personales incluso. Me interesaba esa parte más marginal y rara de los escritores. Empezaron a llegar los textos y uno de los miedos que tenía como editor en este caso era que no estábamos eligiendo los textos que me gustaban de los escritores que me gustaban, que ya sabía que eran textos de calidad. Estábamos recibiendo textos que podían llegar a ser francamente malos, porque hasta los grandes escritores los tienen. En ese caso deberíamos haber empezado a transar con ellos, pero por suerte no pasó. El primer texto que llegó fue la poesía de Magdalena Portillo y ahí nos dimos cuenta de que todos los números de Oro tenían que abrir con eso: con un poema. Es como debe ser: la poesía es la más alta expresión de la literatura, la más antigua." 

Dónde conseguirla

Oro se puede comprar a través de las redes de la revista y, por el momento, en las siguientes librerías: Escaramuza, La lupa, Lautréamont, Las Karamazov, Linardi y Risso, Isadora, Charco, Pocitos libros.

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