Las protestas y los disturbios sociales que afectan a Colombia obligaron a suspender por minutos el duelo de Copa Libertadores entre Junior y River Plate en la ciudad colombiana de Barranquilla, mientras sigue en suspenso la disputa del partido entre Atlético Nacional- Nacional pactado para disputarse en Pereira.
Decenas de miles de manifestantes colombianos tomaron nuevamente las calles para protestar contra el gobierno y los abusos policiales, en el marco de la crisis que estalló hace dos semanas por el deterioro social que agudizó la pandemia de coronavirus.
El torneo de clubes más importante del continente no escapó al malestar social.
Los gases lacrimógenos empleados para dispersar a los manifestantes en los alrededores del estadio Romelio Martínez en Barranquilla le arrancaron lágrimas al entrenador de River Plate, Marcelo Gallardo, en la previa al partido ante Junior y obligaron al árbitro uruguayo Esteban Ostojich a detener temporalmente el juego en dos oportunidades.
Un fotógrafo de AFP constató que los gases se sentían dentro del estadio y las detonaciones se escuchaban en la transmisión de televisión.
Varios jugadores se vieron visiblemente afectados por los gases.
El país vive el estallido social más grave de las últimas décadas y parte de las protestas se manifiestan en contra de la organización de la Copa América 2021 entre el 13 de junio y el 10 de julio próximos en conjunto con Argentina.
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