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Aumenta la tensión en Argentina: policías rodearon residencia presidencial para reclamar aumento salarial y los acusaron de antidemocráticos
Tercer día de protestas policiales en Buenos Aires, capital y provincia, en reclamo de mejores condiciones de trabajo y más salario.
Un día donde hubo de todo: patrulleros que rodearon la Quinta presidencial de Olivos, un hombre detenido por lanzar una bomba molotov contra uno de los paredones de la residencia presidencial, un oficial de policía con 30 años de servicio que subió a una torre de 15 metros de altura y amenazó con lanzarse al vacío, manifestaciones en numerosos puntos de la ciudad y de la provincia y un fuerte discurso presidencial, que tuvo, cómo no, su réplica.
Los agentes de la Policía bonaerense piden un aumento de 56% y mayor protección laboral y social. Las autoridades provinciales prometieron una respuesta para los próximos días, una demora que como consigna La Nación añadió más tensión al conflicto y extendió la protesta.
Los policías, reseña el medio argentino, con sus uniformes y armas rechazaron, entre gritos y silbidos, el diálogo propuesto por el jefe de la fuerza de seguridad provincial, comisario general Daniel García, y exigieron la presencia del ministro de Seguridad, Sergio Berni, en los piquetes que organizaron en varios puntos de la capital argentina.
Los medios reseñan que desde la mañana de este miércoles una veintena de patrulleros se citaron alrededor de la residencia presidencial, hicieron sonar sus sirenas y expresaron su malestar ante la ausencia de una respuesta precisa a sus reclamos por parte del gobierno provincial de Axel Kicillof.
Fue en ese contexto que un hombre, luego identificado como José María A., de 48 años, lanzó la molotov, que no produjo, por fortuna, heridos. El hombre al ser arrestado aseguró no pertenecer a ninguna organización política y quedó a disposición del Juzgado Federal N°2 de San Isidro que lo indagará en las próximas horas, apunta Infobae.
Mientras la protesta siguió en torno a Olivos, otros grupos hacían lo propio en zonas del Gran Buenos Aires y del interior de la provincia. Una situación que para el mediodía adquiría un cariz de alarma y seria preocupación, junto a la tensión de un par de horas que rodeó la amenaza del oficial policial de lanzarse desde una torre de energía en la zona de La Matanza.
Antes de salir hacia Quilmes, para un acto donde se festejó el 130 aniversario de la empresa cervecera, el presidente argentino presenció la veintena de patrulleros apostados frente a Olivos y mandó a un colaborador con instrucciones de invitarlos a dialogar. La respuesta, según recoge Infobae, fue negativa. Sólo querían protestar y expresaron temor por las represalias.
Fernández salió entonces en helicóptero para el acto en Quilmes donde iba a pronunciar un duro discurso,en el que, sin embargo, comenzó alabando a la empresa cervecera y recordando, con los dedos mostrando la señal de la victoria, que habían llegado al poder para ofrecer producción y trabajo. "Esas dos cosas", reiteró el mandatario.
Pero era solo el comienzo. El presidente argentino se metió en el tema de la pandemia y su poder de paralizarlo todo y como, entonces, todo se cuestiona también. Y citó La Peste, de Albert Camus: "las pandemias, decía Camus, se llevan la salud y la vida de la gente pero también dejan al descubierto las miserias de algunas almas...y en estos días vemos como afloran las miserias de algunas almas, aprovechando el momento de crisis que vivimos".
"No es ético aprovechar el momento de la pandemia para profundizar las crisis y reclamar cosas, que a veces son difíciles de resolver, dijo el presidente.
Y luego, al hablar de los problemas que confronta la provincia, afirmó, serio y grave, que esos problemas no se resuelven escondidos en patrulleros, tocando sirenas, se resuelven hablando frontalmente y el gobierno nacional no se va a hacer el distraído, el gobierno nacional va afrontar este problema junto con el gobernador Kicillof, como lo hacemos diariamente, porque somos además dos amigos en la misma causa".
Fernández, enfático, con el tono más alto, criticó las voces "apocalípticas" que dicen que "no vamos a ninguna parte" y pidió a los argentinos que se den cuenta de todo lo que "hicimos" (trabajo, producción, preservación de la salud). "Que no nos confundan, estamos cargando una mochila que pesa mucho, que recibimos en diciembre de 2010. Vamos a poner a Argentina de pie una vez más". .
Uno de los líderes de la protesta le respondió: "Nosotros nunca nos escondemos. Fue una declaración inoportuna que no suma, resta. La sangre derramada de nuestros compañeros no merece una declaración así del Presidente.
