Fútbol > EL ANÁLISIS
Peñarol repitió viejas falencias y pese a ganar otro título se llevó preocupaciones
Peñarol campeón. Así como se cerró el 2021 se abrió el 2022. El aurinegro le ganó a Plaza Colonia en el Campus de Maldonado y conquistó la Supercopa Uruguaya en un partido en el que el equipo de Mauricio Larriera volvió a repetir vicios que lo hicieron sufrir demasiado un título que mereció haber obtenido con mayor luz y desahogo.
Tal como le pasó en la seguidilla de empates que acumuló en el Torneo Apertura pasado o en esos dos partidos con el que cerró el año pasado -Sud América para ganar el Clausura y Plaza para obtener el Uruguayo-, Peñarol volvió a demostrar sobre su rival de turno una superioridad que no logró plasmar en el resultado.
El equipo salió decidido a imponer su libreto. Se abalanzó sobre el campo rival, manejó la pelota, impuso un ritmo de juego frenético, llegó con profundidad y buscó abrir el camino del gol con velocidad por afuera.
Sin embargo, lentamente se fue chocando contra una muralla defensiva que le impidió anotar.
Una muralla defensiva que Plaza se vio obligado a montar tras sufrir una pretemporada que fue un martirio: 18 jugadores con covid-19, figuras que emigraron o cambiaron de equipo en el medio (Nicolás Olivera, Santiago Mele, Gonzalo Camargo, Leonai Souza y a último momento Haibrany Ruiz Díaz) y algunas caras nuevas que llegaron y aún no firmaron contrato.
Por eso, Eduardo Espinel optó por refugiarse con una línea de cinco defensores, con tres volantes y dos puntas que quedaron al acecho y que tuvieron el enorme mérito de terminar todas las jugadas que se les presentaron con el espacio que les dejó Peñarol.
Peñarol volvió a cargar el 75% de sus ofensivas por derecha, tal como acontece desde la partida de Joaquín Piquerez a Palmeiras.
Matías Aguirregaray subió con manejo y criterio y se combinó con un Ignacio Laquintana que volvió a arrancar con todo pero que nuevamente no estuvo fino a la hora de asistir.
Cuando Peñarol buscó atacar por izquierda encontró a un Alejo Cruz vivaz y punzante que generó una de las chances más claras del primer tiempo, pero que fue poco habilitado.
Rodrigo Saravia tuvo otra entrando por el centro del área tras buena acción elaborada por derecha, claro.
Walter Gargano manejó el juego como volante central, en la posición que se desempeñaba Jesús Trindade mientras que Saravia -relevo de Damián Musto, lesionado- y Pablo Ceppelini fueron interiores.
El juego fluyó en el medio, la pelota circuló aceitadamente. Pero una vez más, Agustín Álvarez Martínez se vio superado numéricamente por tres zagueros de enorme talla y siempre muy alejado de los volantes que debían caer por los callejones centrales para asociarse con él.
La falta de Lucas Viatri y Ruben Bentancourt como recambios en ataque (se recuperan de covid-19), le impidieron al técnico darle otro apoyo.
Con el correr de los minutos, en el segundo tiempo, la intensidad del equipo fue bajando, sus llegadas sobre zona de terminación se hicieron cada vez más esporádicas y Plaza, con un par de cambios, se empezó a animar.
Con un Nicolás Dibble vertical y picante, un brasileño Vitao, de gran despliegue, y apoyado en su solidez defensiva donde sobresalió un soberbio Jorge Ayala, el equipo de Espinel generó las mejores chances en el complemento.
Plaza encontró espacios a espaldas de Aguirregaray y obligó a Ramón Arias a desplazarse a cubrir más espacios. En cambio, por el flanco izquierdo Edgar Elizalde sigue muy firme y Juan Manuel Ramos cumple adecuadamente en faz defensiva, porque ya es sabido que su fuerte no está en el último tramo del campo, en ataque.
La seguridad de Kevin Dawson, de buen arranque de año, le permitió a Peñarol mantener el arco en cero.
El partido dejó sus secuelas. Cruz se llevó un golpe fuerte que le provocó una torcedura de tobillo importante. Tuvo que salir del campo.
Rodrigo Saravia, el mejor por el despliegue en el campo, y por su afán para pisar el área y rematar al arco, terminó acalambrado.
El partido se fue a alargue donde poco cambió.
Plaza Colonia protestó un penal, pero Andrés Matonte mide más que el simple contacto.
El partido se iba a los penales cuando Ramón Arias, como en el clásico del miércoles, volvió a ser decisivo. Giró en el área como el mejor puntero derecho y la cruzó al segundo palo donde Ayala se metió un autogol de puro cansancio.
Plaza se llevó todas las palmas. Por sus bajas, por su plantel diezmado y por cómo encaró el partido en lo defensivo y cómo desde ese fuerte edificó sus ataques.
Peñarol se llevó la copa. Sobre la hora y con gol en contra.
Se dice que en el fútbol el resultado es todo pero para Larriera el resultado es el producto de una forma de sentir el juego. Y el desafío de 2022 es disimular la partida de Facundo Torres y darle más abastecimiento a Álvarez Martínez. Hay muchos deberes para en una semana arrancar el Clausura. La vuelta de Agustín Canobbio del miércoles (luego de que Uruguay juegue contra Venezuela por Eliminatorias) puede traer algunas soluciones.
La ficha
Peñarol: Kevin Dawson, Matías Aguirregaray, Ramón Arias, Edgar Elizalde, Juan Manuel Ramos; Rodrigo Saravia; Ignacio Laquintana, Pablo Ceppelini, Walte Gargano, Alejo Cruz; Agustín Álvarez Martínez. DT: Mauricio Larriera
Plaza Colonia: Nicolás Guirín, Federico Barrandeguy, Jorge Ayala, Yvo Calleros, Agustín Heredia, Facundo Kidd, Agustín Pérez, Álvaro Fernández, Vitao, Nicolás Dibble y Juan Cruz Mascia. DT: Eduardo Espinel.
Cambios en Peñarol: 65' Christian Olivera x Cruz; 95' Agustín Ávarez Wallace x Aguirregaray, Máximo Alonso x Laquintana; 101' Bryan Olivera x Gargano
Cambios en Plaza: 45' Edhand Greising x Kidd, 101' Christian Rodríguez x Álvaro Fernández, Daniel Bahía x Mascia y Leandro Suhr x Dibble, 117' Ezequías Redín x Barrandeguy
Cancha: Domingo Burgueño Miguel
Jueces: Andrés Matonte, Andrés Nievas y Sebastián Schröeder. VAR: Leodán González y Diego Riveiro
Gol: 120+3 Jorge Ayala (PC) en contra
Amarillas: Vitao, Kidd, Ayala, Á. Fernández (PC)
