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Pequeños productores avícolas del noreste de Canelones donaron ponedoras de huevos a una cárcel
La Cooperativa Nacional de Façoneros de Pollos Unidos (Conafpu) realizó la donación de un plantel de gallinas y de materiales para construir un galpón para viabilizar la producción de huevos en un complejo carcelario, destacó a El Observador Daniel Pereyra, presidente de la cooperativa.
El plantel donado se conforma con 228 gallinas. Cada una tiene un costo de $ 350, por lo cual la inversión total es de unos $ 80.000, a lo que se añaden todos los insumos para construir el galpón, equivalentes a otros $ 20.000.
Este emprendimiento se enmarca en el Plan Dignidad Carcelaria 2020-2025, según informó en su portal el Ministerio del Interior (MI).
La gestión productiva será desarrollada por personas privadas de libertad de la Unidad N⁰ 10, ubicada en San José.
Santiago González, director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del MI, resaltó el impacto que tienen este tipo de iniciativas para la reinserción de las personas privadas de libertad.
“Tratar de transformar, trabajar la tierra, meter más educación, más oficios y más convenios para que cuando salgan tengan una oportunidad real que hasta ahora es muy poca. Son muy pocos los que se rehabilitan y son muchos los que reinciden y nosotros queremos bajar la tasa de reincidencia de manera radical para que la sociedad pueda tener una vida más segura en el afuera”, dijo González.
Se proyectan obtener 1.400 huevos semanales para la alimentación de las personas privadas de libertad y funcionarios del establecimiento de Juan Soler y de otras cárceles del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR).
El emprendimiento permitirá que los internos trabajen y se capaciten en el oficio.
“Las gallinas se entregaron con todo el saneamiento, con todas las vacunas, con 13 semanas de edad, por lo cual en un par de semanas ya estarán poniendo huevos y eso lo harán durante unos dos años”, añadió Pereyra.
El espacio productivo ocupa 210 m2 y fueron 20 personas privadas de libertad las que realizaron las tareas de construcción y armado, fabricaron los nidales y, además, llevaron adelante las instalaciones eléctricas y sanitarias.
En la primera etapa se empleará a cuatro personas privadas de libertad, pero esa cifra se irá ampliando de acuerdo al funcionamiento y necesidades del emprendimiento.
“El Plan Dignidad con el paso del tiempo se va a transformar en una política de estado y esto se va a ver cuando pasen los años. Me parece que el legado del (ex) ministro (Jorge) Larrañaga es relevante para todo el país desde el punto de vista de la democratización de las oportunidades, la igualación de las oportunidades y nosotros estamos por eso”, señaló Sebastián Ferrero, secretario general de la Intendencia de San José.
El senador Carlos Camy, presidente de la Comisión Especial de Seguimiento de la Situación Carcelaria del Parlamento, también estuvo en la inauguración del emprendimiento.
“Una vez más, como lo vienen haciendo en todo el territorio nacional, se está, por parte del INR y de la Dirección Nacional de Convivencia del Ministerio del Interior, cumpliendo con uno de los compromisos principales del exministro Larrañaga que es el Plan de Dignidad Carcelaria, que tiene que ver con la posibilidad de la rehabilitación, que es un precepto constitucional que, en este caso, en un ejemplo concreto, se plasma y se nota el compromiso”, afirmó.
Conafpu, además de brindar el asesoramiento técnico y capacitación, donó el tejido antipájaros, la lona, las tijeras y las chapas para el techado, seis comederos y bolsas de ración.
A futuro se busca que este modelo de emprendimiento se extienda a establecimientos penitenciarios de todo el país para impulsar la capacitación laboral y favorecer el autoabastecimiento de las personas privadas de libertad.
El valor del cooperativismo
Por otro lado, Pereyra destacó el valor de otro emprendimiento de la cooperativa que preside, relacionado con promover el cooperativismo en el noreste de Canelones. Para eso se ayuda a diferentes sociedades de fomento para que los productores vinculados puedan realizar, por ejemplo, compras en conjunto, accediendo a una reducción interesante en los costos.
La última compra conjunta fue de cascarilla de soja, con un ahorro en el precio que los productores abonaron de 30%. En otras oportunidades las compras y ahorros consideraron semillas, fertilizantes o raciones.
Fue la sexta compra en conjunto. Se compraron 30 toneladas a granel a ALUR, a US$ 199 la tonelada. El precio fue especial, considerando la característica de los productores involucrados. El producto se embolsó en un molino y se entregó a productores de las sociedades de fomento de Migues, San Jacinto, Tapia, San Bautista y Los Arenales.
“Conafpu no regala nada en todo esto, lo que hacemos es aportar nuestra experiencia ayudando en toda la gestión administrativa, por decirlo de algún modo”, añadió.
Cooperativa formada en medio de una crisis
