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Personal de confianza de Sara Goldring retiró dinero de la corredora pocos días antes de la debacle
Los cientos de damnificados de Sara Goldring, la presidenta de la corredora Custodia de Valores Mobiliarios (CVM) que tuvo pérdidas del entorno de US$ 100 millones y que fue denunciada por estafa y apropiación indebida, suelen contar una historia similar. Hasta fines de mayo ingresaban con su usuario a su cuenta en la página de CVM y veían su saldo tal como lo habían invertido. Pero de un día para el otro hubo un apagón que los llevó a perder el rastro de sus inversiones. Cuando volvió la luz se encontraron con una sorpresa: habían perdido en el entorno del 90% del capital invertido.
Hubo muchos que, en esos días de desasosiego de junio, incluso intentaron retirar parte o la totalidad de su dinero. Pero recibieron una respuesta inesperada, también de un día para el otro: no era posible mover un solo dólar porque la empresa estaba intervenía por el Banco Central, argumentaban falazmente las autoridades de CVM (la intervención comenzó recién el 5 de julio luego de que el escándalo se hiciera público).
Así fueron las cosas para la enorme mayoría de los clientes de la corredora de bolsa. Sin embargo, personal de confianza de la empresa logró salvar su bolsillo, dijeron fuentes del caso a El Observador.
Durante los últimos días de mayo, previo a que la empresa transparentara su debacle, hubo movimientos de salida de parte de tres empleados: la mano derecha de Marcos Cukier, el hijo de Goldring, que se desempeñaba en la parte de riesgos, una contadora y la encargada de riesgos.
En estos dos últimos casos hubo renuncias de por medio y, además de retirar su dinero, también se llevaron las inversiones de sus familiares.
Ese no fue el caso, sin embargo, de otros empleados de CVM que también tenían dinero colocado pero que cayeron en la misma situación del resto de la clientela de la corredora de bolsa.
Son varias las denuncias presentadas por este tema en la Fiscalía de Delitos Económicos. Goldring y uno de sus hijos están impedidos de salir del país por decisión judicial.
La Justicia además embargó a Goldring y a CVM. Los embargos son por las cuentas bancarias y depósitos, tanto de la corredora de bolsa, como de su principal accionista.
La empresa, en tanto, alegó que amparó su operativa en el mandato de “libre administración” para inversiones de “perfil agresivo” por parte de sus clientes.
El BCU intervino la corredora de Goldring a principios de julio, junto con la organización vinculada United Broker SA Agente de Valores, debido a "las importantes pérdidas sufridas por algunos clientes sin que el corredor les hubiera advertido de las mismas de manera oportuna". Se designó como interventor de ambas empresas a la Bolsa de Valores de Montevideo.
En la resolución de la intervención, el banco señaló que la corredora de bolsa "ocultó información" e indujo a "engaño" a sus clientes mientras perdía unos US$ 100 millones.
Un mes después el BCU resolvió el desplazamiento de autoridades de la empresa.
"Se me fue de las manos", le dijo Goldring a uno de los damnificados el martes 5 de julio. También le reconoció que había puesto dinero en efectivo de parte de los clientes –aquellos que según CVM tenían "libre administración" y "perfil agresivo"– en una "bolsa" común para intentar salvar la situación.
