Hay una diferencia clave en los orígenes de las estrellas del cine y la televisión estadounidenses y británicas. Mientras que en el primero de esos dos países está aceptado el pasado obrero y perdedor, por aquello del “sueño americano” en su versión más hollywoodense – muchacho o muchacha de un pueblo remoto del Medio Oeste que llega con una mano adelante y otra atrás a Los Ángeles y triunfa en base a esfuerzo mientras trabaja de mozo – un vistazo a la genealogía y a la formación de los nombres más célebres del espectáculo británico muestra lo opuesto.
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