Análisis independientes de la calidad de arena y sedimentos de la playa Ramírez revelaron valores hasta 5 veces y media más altos que los difundidos por la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) y apuntan directamente al vertido de lodos contaminantes provenientes de las obras de dragado del muelle C del puerto.
El informe fue solicitado por el estudio SPU Abogados SC, especializado en derecho ambiental, a un geólogo de alto grado de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República y docente en el extranjero. La investigación presentada el 4 de febrero, y a la que tuvo acceso El Observador, confirma “valores elevados de plomo” en la playa Ramírez. “La resaca orgánica ha presentado durante enero de 2013 tenores promedio de plomo que superan los 100 miligramos por kilo (mg/Kg), con máximos de hasta 285mg/Kg”, concluye el estudio.
La última cifra es el doble de lo permitido por el índice de calidad de sedimentos del gobierno de Canadá. El texto agrega: “De acuerdo al principio precautorio contemplado en la normativa ambiental, las autoridades responsables debieran implementar y mejorar las medidas tendientes a conocer el problema y a mitigar los posibles impactos a la salud humana”.
Medidas diferentes
El proceso de evaluación incluyó 30 muestras de arena con resaca tomada en tres sectores de la playa y luego analizadas en dos laboratorios de Montevideo. Por la serie A y C, al oeste y al este de la playa, respectivamente, se extrajeron muestras de resaca orgánica con escasa arena, mientras que por la serie B, al centro, se retiraron muestras de arena con escasa resaca orgánica (ver infografía). La toma de muestras se realizó sobre sedimentos superficiales, es decir, los primeros tres centímetros de arena, lo que está en contacto con el veraneante.
La puntualización, a juicio del abogado Marcelo Nievas, no es un mero detalle. “El plomo no se adhiere a la arena”, explicó. Por esto, la serie C, tomada en el lugar donde es más visible la acumulación de una capa de suciedad, registró una media de 153mg/Kb de plomo, con un valor máximo de 272mg/Kg; mientras que la media de la serie B fue de 61mg/Kb, con un valor máximo de 133mg/Kg. El valor más alto se halló en la parte oeste: 285mg/Kg. Allí la media fue de 118mg/Kg.
Los análisis efectuados por el Servicio de Evaluación de la Calidad y Control Ambiental de la IMM han arrojado valores significativamente distintos. En julio de 2011 se registraron 311mg/Kg en el oeste; seis meses después bajó a 133mg/Kg (menos de la mitad del estudio independiente), hasta llegar a llegar a una concentración de plomo de 50,9 partes ppm (partes por millón) en noviembre de 2012, según datos del laboratorio canadiense Actlabs a pedido de la IMM. Esta cantidad es 5,5 veces menos que la encontrada a fines de enero por el geólogo.
El informe de SPU Abogados SC concluye que “es posible deducir que las muestras estudiadas por el laboratorio canadiense corresponderían a arenas con escasa resaca orgánica”.
Las muestras de enero de 2012 se tomaron durante la detención de las obras de dragado por la temporada (mismo contexto que ahora); mientras que las de noviembre tuvieron lugar dos meses después de que se supo que la Administración Nacional de Puertos (ANP) vertió lodos de forma no autorizada en la Boya del Barro, frente a la playa Ramírez, y hubo un detenimiento temporal de las actividades.
Las variaciones no preocupan a Néstor Campal, director de Saneamiento de la IMM. “Los sedimentos de la playa van y vienen al ritmo de las tormentas”, había dicho a El Observador. El jerarca desechó que se “generalice” a toda la playa y a su entorno y que “no se tienen elementos” que apunten al dragado.
Las normas
El límite máximo aceptado por Canadá para la calidad de sedimentos es de 140 mg/Kg; mientras que la Agencia de Protección Ambiental de EEUU acepta hasta 400mg/Kg. La IMM toma como referencia la norma estadounidense y, por tal motivo, Nievas y su colega Mauricio Fioroni critican haber adoptado una escala menos rigurosa para un país que vende su imagen de Uruguay Natural.
No obstante, los abogados iniciarán acciones legales contra la ANP, la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), la IMM y el Banco Interamericano de Desarrollo (financista de la obra) por los errores y omisiones en los controles requeridos por las tareas de dragado al constatarse un “deterioro notorio y en alza” de la costa de Montevideo durante los trabajos. No solo porque se excede la norma canadiense, sino porque se viola el artículo 47 de la Constitución que establece que la protección del medio ambiente es de interés general. “El límite de la contaminación sería la afectación de la salud humana. A nuestro juicio está en grave riesgo el que se bañe en esa playa”, afirmó Nievas. Fioroni, por su parte, agregó: “Están moviendo lo más sucio, lo acumulado en más de un siglo de mugre (por los desechos del puerto), y sin el cuidado que tiene que tener. Es material sumamente tóxico”.
Durante la investigación llevada a cabo por los abogados se les informó que cada viaje a Boya del Barro y no al punto alejado de la costa designado por la Dinama significaba un ahorro de US$ 40.000.