Policía detuvo a cinco sospechosos de usurpar casas en el barrio 19 de Abril

El caso está a cargo de la fiscal de Estupefacientes, Mónica Ferrero, quien investiga una denuncia presentada por el programa habitacional Plan Juntos en setiembre. De acuerdo al comunicado, entre los detenidos hay un menor de 17 años –que fue conducido al Inisa–, y el resto tiene entre 18 y 20, y serán citados a declarar en las próximas horas.

En el operativo, en el que se realizaron 13 inspecciones, participaron efectivos de la Dirección de Hechos Complejos de la Dirección de Investigaciones de la Policía Nacional, la Dirección General de Información e Inteligencia Policial y el Grupo de Reserva Táctica.

Por este tema se reunieron el 23 de octubre para intercambiar información el exdirector de Seguridad y Convivencia Ciudadana, Gustavo Leal, y el exjefe de Policía de Montevideo, Erode Ruiz. Luego de ese encuentro, convocado por Ruiz sin consultar al ministro Jorge Larrañaga, el jerarca fue cesado de su cargo.

Días antes, el 21 de octubre, por orden de Larrañaga, Ruiz había enviado un escrito al fiscal de Corte, Jorge Díaz, poniendolo al tanto de estas denuncias, que habían sido difundidas en radio Sarandí. 

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Según había informado radio Sarandí, una familia radicó la denuncia, acompañada por Leal. Si bien en ese momento las fuentes policiales decían que había versiones contrapuestas sobre lo ocurrido, y la situación era "confusa", finalmente la Policía junto a la fiscal Ferrero reunieron pruebas para detener a estas cinco personas.

Las víctimas declararon que un delincuente entró a su casa con un arma de fuego y que los amenazó para que dejaran libre la vivienda en un plazo de 15 días, so pena de ser asesinados. 

La primera denuncia había llegado a la Fiscalía de Ferrero el 4 de setiembre, cuando una mujer, madre de siete hijos, se presentó ante la sede de la Zona Operacional IV de Montevideo para relatar lo que le había pasado. La mujer dijo que dos delincuentes, a quienes identificó, habían irrumpido en su vivienda y la habían obligado a retirarse.

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Los delincuentes señalados eran el Kaká –imputado con prisión días atrás por rapiña y lesiones personales, e indagado además por dos asesinatos– y al menos uno de los Negros Congo, dos adolescentes conocidos en el barrio por su historial delictivo.

Lo mismo ocurrió con otras familias, que también dieron testimonio de la misma amenaza. Los delincuentes los echaron, pero no para vivir en las casas, sino para usarlas como lugar para "esconderse en la noche" o guardar los objetos que roban en los asaltos por la zona.